Quincalla
José Montelongo
Novela
Editorial Jus. México, 2004. 228 págs.
José Montelongo
Novela
Editorial Jus. México, 2004. 228 págs.
La novela inicia con una trepidante persecusión; de pronto el lector está inmerso en la antigua ciudad de México, color sepia, elegante incluso en el vicio. Hasta ahí la historia parece predecible: una novela policiaca. Luego viene un giro hacia otros horizontes. Aparece el México posrevolucionario, de pueblos insignificantes y caminos de tierra, que recuerda a Rulfo y Magdaleno. Una familia numerosa, un padre echador y pendenciero; una madre frágil, casi insignificante y un muchacho que observa todo y rumia en su interior los misterios de la condición humana.
Otro viraje inserta a México en el mundo: noticias de la gran guerra, emigrantes. La madurez del personaje no inhibe a los fantasmas que lo persiguen en una permanente «tormenta bajo el cráneo».«¿Quién soy? ¿qué sentido tiene todo esto? ¿por qué el ser y no la nada?» masculla mientras golpea a un gringo gordinflón o corretea a un criminal por un mercado.
Es permanente la obsesión del autor por el sonido, por la sinfonía de las letras. Trata al lenguaje con tanto esmero, que en ocasiones la narración olvida su cometido y se detiene en hermosas descripciones, en rescatar palabras: «pérfido, lúbrico, precámbrico».
El título remite a un conjunto: objetos metálicos de poco valor, algunos de adorno o capricho… que al juntar el autor con riesgo y maestría producen un caleidoscopio de aventuras, dudas, búsquedas.
Otro viraje inserta a México en el mundo: noticias de la gran guerra, emigrantes. La madurez del personaje no inhibe a los fantasmas que lo persiguen en una permanente «tormenta bajo el cráneo».«¿Quién soy? ¿qué sentido tiene todo esto? ¿por qué el ser y no la nada?» masculla mientras golpea a un gringo gordinflón o corretea a un criminal por un mercado.
Es permanente la obsesión del autor por el sonido, por la sinfonía de las letras. Trata al lenguaje con tanto esmero, que en ocasiones la narración olvida su cometido y se detiene en hermosas descripciones, en rescatar palabras: «pérfido, lúbrico, precámbrico».
El título remite a un conjunto: objetos metálicos de poco valor, algunos de adorno o capricho… que al juntar el autor con riesgo y maestría producen un caleidoscopio de aventuras, dudas, búsquedas.
