Luz de aquí
Tomás Segovia
FCE. México, 2005 77 págs.
Tomás Segovia
FCE. México, 2005 77 págs.
A los transterrados españoles les debemos más que a Hacienda. En el terreno intelectual, uno de los más granes acreedores es Tomás Segovia, premio Juan Rulfo 2005.
Nació en Valencia en 1927 y llegó a México en la adolescencia, estudió filosofía en la UNAM y es uno de los pocos poetas decentes que nos quedan.
Esta entrega es la edición facsimilar de su primer libro de poemas, escritos gracias al apoyo de la Beca Guggenheim y que transpiran la animosidad de la juventud y los sentimientos propios de esa edad.
El tono es apasionado y febril y entraña las constantes del amor: temor, lejanía, desesperación? la lista es larga.
De estilo clásico y melancólico, la obra muestra la alta factura de una poesía que se echa de menos en estos días tan corrientes, en los que lo dicho va impregnado muchas veces de vacío.
Luz de aquí ofrece una poesía que alegrará al lector joven, quien hallará señas de identidad, y al lector maduro, quien valorará las referencias clásicas en su justa medida.
«Te persigo como a la muerte -sufre el joven Segovia-, quiero saltar al frío mortal donde brilla el inhóspito amor, ciego de desnudez».
Nació en Valencia en 1927 y llegó a México en la adolescencia, estudió filosofía en la UNAM y es uno de los pocos poetas decentes que nos quedan.
Esta entrega es la edición facsimilar de su primer libro de poemas, escritos gracias al apoyo de la Beca Guggenheim y que transpiran la animosidad de la juventud y los sentimientos propios de esa edad.
El tono es apasionado y febril y entraña las constantes del amor: temor, lejanía, desesperación? la lista es larga.
De estilo clásico y melancólico, la obra muestra la alta factura de una poesía que se echa de menos en estos días tan corrientes, en los que lo dicho va impregnado muchas veces de vacío.
Luz de aquí ofrece una poesía que alegrará al lector joven, quien hallará señas de identidad, y al lector maduro, quien valorará las referencias clásicas en su justa medida.
«Te persigo como a la muerte -sufre el joven Segovia-, quiero saltar al frío mortal donde brilla el inhóspito amor, ciego de desnudez».
