CONFESIÓN
Lev Tolstoi
Ensayo
Acantilado. Barcelona, 2008. 146 págs.
Las obras que superan el paso del tiempo, de los lectores, son pocas. Sea por la profundidad psicológica de los personajes, libros como Guerra y paz son difíciles de olvidar.
Estas obras monumentales pueden ?en ocasiones? convertirse en un obstáculo para conocer auténticamente a sus autores. Junto con Dostoyevski, Tolstoi es de los memorables de la literatura rusa y universal. Sin embargo, su obra crece en admiración tras conocer ciertas pinceladas de su vida.
Otro riesgo acompaña libros tan excelsos: la soberbia. La fama, junto con la riqueza, los placeres y los honores, son embriagantes.
Tolstoi se percató de la nadería en la que vivía y fue entonces cuando llevó a cabo primero una conversión interna y posteriormente una re-unión con el cristianismo. Este tránsito lo narra en Confesión, una breve autobiografía donde el autor se convierte en su propio personaje y en cuya búsqueda va recordando los motivos de la vida.
Y en este camino es donde realmente madura Tolstoi, tal vez no como escritor, pero sí como persona, quien al final de su propio via crucis comparte: «Entonces fue como si alguien me dijera: ?Atención, acuérdate?. Y me desperté».
Lev Tolstoi
Ensayo
Acantilado. Barcelona, 2008. 146 págs.
Las obras que superan el paso del tiempo, de los lectores, son pocas. Sea por la profundidad psicológica de los personajes, libros como Guerra y paz son difíciles de olvidar.
Estas obras monumentales pueden ?en ocasiones? convertirse en un obstáculo para conocer auténticamente a sus autores. Junto con Dostoyevski, Tolstoi es de los memorables de la literatura rusa y universal. Sin embargo, su obra crece en admiración tras conocer ciertas pinceladas de su vida.
Otro riesgo acompaña libros tan excelsos: la soberbia. La fama, junto con la riqueza, los placeres y los honores, son embriagantes.
Tolstoi se percató de la nadería en la que vivía y fue entonces cuando llevó a cabo primero una conversión interna y posteriormente una re-unión con el cristianismo. Este tránsito lo narra en Confesión, una breve autobiografía donde el autor se convierte en su propio personaje y en cuya búsqueda va recordando los motivos de la vida.
Y en este camino es donde realmente madura Tolstoi, tal vez no como escritor, pero sí como persona, quien al final de su propio via crucis comparte: «Entonces fue como si alguien me dijera: ?Atención, acuérdate?. Y me desperté».
