LA HISTORIA COMIENZA
Amos Oz
Novela
FCE/Siruela. México, 2007. 119 págs.
Amos Oz
Novela
FCE/Siruela. México, 2007. 119 págs.
Érase una vez una historia que no sabía cómo comenzar.
El inicio de una narración es uno de los mayores dilemas que enfrenta el escritor. «¿Quién ?dice Oz? no ha tenido la horrible experiencia de estar sentado delante de una hoja en blanco que le sonríe a uno con su boca desdentada?».
Amos Oz es más conocido por sus novelas, sin embargo, su vena ensayística no tiene nada que pedirle a la narradora. Su visión crítica del mundo (es miembro de un importante grupo pacifista para el conflicto palestino-israelí) se ve reflejada en su agudeza y sensibilidad literaria.
Esta recopilación de ensayos sobre literatura aborda los comienzos de diferentes obras de autores como Gógol, Kafka, S. Yizhar, García Márquez y Carver; y analiza el porqué de los inicios que eligieron estos autores.
En realidad, podría empezar el texto casi de cualquier forma, siempre que logre sostener la historia y, sobre todo, la atención del lector. No importa si el comienzo es largo, incomprensible, atractivo o desconcertante. Lo importante es que sea seductor, que logre que el lector permanezca «dentro», ya que, como concluye Oz, «es en el interior (?) donde debe estar el buen lector cuando lee».
El inicio de una narración es uno de los mayores dilemas que enfrenta el escritor. «¿Quién ?dice Oz? no ha tenido la horrible experiencia de estar sentado delante de una hoja en blanco que le sonríe a uno con su boca desdentada?».
Amos Oz es más conocido por sus novelas, sin embargo, su vena ensayística no tiene nada que pedirle a la narradora. Su visión crítica del mundo (es miembro de un importante grupo pacifista para el conflicto palestino-israelí) se ve reflejada en su agudeza y sensibilidad literaria.
Esta recopilación de ensayos sobre literatura aborda los comienzos de diferentes obras de autores como Gógol, Kafka, S. Yizhar, García Márquez y Carver; y analiza el porqué de los inicios que eligieron estos autores.
En realidad, podría empezar el texto casi de cualquier forma, siempre que logre sostener la historia y, sobre todo, la atención del lector. No importa si el comienzo es largo, incomprensible, atractivo o desconcertante. Lo importante es que sea seductor, que logre que el lector permanezca «dentro», ya que, como concluye Oz, «es en el interior (?) donde debe estar el buen lector cuando lee».
