Cuando Kim Woo Chong caminab a por las calles de Corea vendiendo periódicos, nade veía más que un escuálido muchachito de 14 años con enormes ganas de vivir. Su
padre era prisionero en Corea del Norte y Kim debía vender un mínimo de 100 ejemplares para que todos en su familia tuvieran una porción de arroz. La situación en Corea era crítica y su familia, como muchísimas otras, durmió en ocasiones con los estómagos vacíos. Pero él tenía un sueño: formar un grupo empresarial que ayudara al progreso social de su país.
En 1967, con visión, esfuerzo y escasos 10 mil dólares, rentó, con unos compañeros, un pequeño local para la confección de prendas de vestir. Veinticinco años después, el grupo es un conglomerado diversificado en el campo de la electrónica automotriz y los astilleros navales. La Corporación Daewoo, que él fundó y dirige, es una de las mayores en el mundo, con 82 mil trabajadores en muchos países y sus operaciones sumaron el año pasado 29 billones de dólares, superando en ventas a empresas como Xerox y Nabisco.
Kim Woo Choong es conocido como empresario exitoso pero, sobre todo, por su labor humanitaria en favor de sus empleados y las comunidades donde sus empresas se localizan.
El mundo es tuyo… recoge pequeños escritos: “Durante mucho tiempo deseé engarzar las conchas marinas que he ido recogiendo en las playas de mi vida y compartir con la juventud mis experiencias, sueños y esperanzas”.
Lo que más llama la atención es su forma de pensar. Su formación coincide con la doctrina social cristiana y cuando habla de la empresa destaca fundamentalmente su función social, enfatizando que en el campo empresarial -y en el de la vida en general-, el fin no puede justificar los medios. “Nunca he pensado que Daewoo es de mi propiedad. No soy su dueño, soy especialista en su administración”. La razón -insiste- por la que algunas personas critican a los empresarios es porque no utilizan el dinero en beneficio social, y ése es el reto: es más importante usarlo con prudencia que saberlo ganar.
El libro está escito fundamentalmente para jóvenes, pues ellos serán quienes desafien lo desconocido y recorran panoramas nuevos: “aunque el mundo está inundado con una enorme cantidad de libros sobre ideologías, nuestra juventud no tiene fácil acceso a las experiencias personales que las han fundamentado”. El mundo es tuyo… habla sobre innovación, creatividad, ideales, valores familiares, liderazgo, profesionalismo… Su lectura es fácil y enriquecedora. “A medida que tus huesos se fortalezcan, debes bajar más la cabeza. Tenemos tanto que aprender de las gotas de sudor en la frente del campesino, del aceite en el uniforme del trabajador fabril, del carñoso contacto de la madre que prepara el desayuno en la oscuridad que precede al amanecer. Abre tus ojos y oídos a las imágenes y a los sonidos de tu alrededor”.