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Fujimori En el principio fue el golpe

Si tuvieras oportunidad de elegir ¿escogerías volver a nacer en el Perú? Esta es una de las preguntas de una encuesta que la Datum hizo en 1990 y la respuesta fue abrumadora: 70% de los encuestados contestó NO. Tres años después volvió a aplicarse y la cifra se había revertido: 70% de los encuestados dijo SÍ.
El país de las mil caras, en frase de Vargas Llosa, es la nación de las mil lúgubres máscaras: terrorismo, narcotráfico, cólera y corrupción generalizada habían liquidado la esperanza de los casi 23 millones de habitantes. Eso, por no hablar de la economía con una hiperinflación de 7,650% anual en 1990, una severa recesión económica y una caída del PIB del orden del 20% en el período 1988-90.
Actualmente se ha recuperado la confianza en el futuro del Perú, hasta los grupos que se oponen al Presidente Fujimori, que critican su autoritarismo y la ilegalidad del autogolpe del 5 de abril de 1992, reconocen, -a su pesar- muchos de sus logros. Pocos creían en el chino Fujimori dice de sí mismo el presidente -; el pueblo votó por mí porque percibió que no soy de la élite blanca tradicional. Vieron que el candidato Fujimori no estaba atado a compromisos partidarios
Un hombre aparentemente sin carisma ni cualidades oratorias, de estatura media y hablar sencillo y franco. Recibe a una delegación de periodistas mexicanos en el Palacio de Gobierno con pantalón de mezclilla y chamarra beige (viene de una gira) y se queda solo en la sala frente a las cámaras, las grabadoras y el bombardeo de preguntas.
No hay aparato, ni siquiera su jefe de prensa lo acompaña. Y con esa misma sencillez contesta todas las preguntas. Se ríe y demuestra sentido del humor, pero ante todo seguridad, una seguridad impactante que le dan sus logros de tres años. El tecnócrata, ingeniero, profesor universitario y ex-rector de la Universidad Agraria, ha recuperado la esperanza para su país.
El autogolpe, una solución «imaginativ
Al mencionar el 5 de abril de 1992 dice que fue «una respuesta imaginativa no violenta. ¿Por qué íbamos a defender un sistema político llamado, entre comillas, democracia que nos llevó a la mayor violencia en América Latina (25 mil muertos en 12 años), a la hiperinflación y a una deuda externa casi impagable?»
Por el momento no creo en la estructura partidaria que supone un ciclo cerrado y que genera corrupción, al menos en mi país. Convocamos al gobierno a la gente capaz, sea del partido que sea. El modelo de partidos no podía continuar porque dejó de ser una democracia. Era necesaria una reforma estructural del Estado y del sistema político y económico. Y tenemos resultados».
El 5 de abril del 92, ante una situación ingobernable, con el apoyo del ejército y las fuerzas, del orden, disolvió transitoriamente el parlamento, declaró la reorganización total del poder judicial, cesó a gobernadores regionales, postergó elecciones municipales y asumió todos los poderes.
La comunidad internacional reprobó por supuesto esta actuación, y el terrorismo lanzó una terrible ofensiva, pero Fujimori, además del ejercito, tenía el apoyo del pueblo. Su popularidad de acuerdo con las estadísticas se había mantenido en un promedio de 65% pero tras el golpe subió hasta 81%. La sociedad peruana sabía que necesitaba empezar de nuevo para lograr algo.
Posteriormente convocó a elecciones para un nuevo Congreso Constituyente que redactó una nueva Constitución que fue aprobada por referéndum nacional en 1993. Esta ley fundamental tiene dos características en opinión de Jaime Yoshishama, Presidente del Consejo Constitucional: se orienta a una economía de libre mercado y busca mayor participación popular.
El poder judicial se ha reorganizado por medio de una comisión nombrada por los Colegios de Abogados, quienes después de un año de trabajo han nominado a los vocales, jueces y fiscales, de acuerdo a los criterios de: competencia profesional, honestidad, calidad humana, capacidad de apertura y posición conciliadora. Se busca, por supuesto, la absoluta independencia del poder político, además de que sea eficiente, rápido y transparente, afirma el doctor Fernando Trasegnies. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Lima y miembro del Jurado de Honor de la Magistratura.

No he comprado un solo tanque

Se dijo mucho que Fujimori estaba manejando por los militares, a lo que el propio presidente responde: Es al revés, aquí el Presidente tiene un control real sobre las fuerzas armadas, cosa rara en América Latina. Es una aberración que se diga que hay una alianza; el poder militar está comandado por el poder civil. El Presidente nombra a los comandantes generales y está al frente de las fuerzas del orden; yo incluso, llego a vivir en los cuarteles.
A pesar del estado de emergencia de buena parte del país por la lucha contra el terrorismo, Fujimori agrega: “No he comprado un solo tanque, un solo misil a los militares, en cambio sí hemos comprado maquinaria pesada y les he ordenado que no estén acuartelados, que abran caminos, que construyan carreteras, que luchen en forma efectiva contra la pobreza y que se ganen la simpatía de la población”.
El ejército ha sido un aliado indispensable para el gobierno actual por la lucha frontal contra el terrorismo. Se ha trabajado intensamente, en todos los niveles, para que las fuerzas armadas respeten y difundan los derechos humanos; esto se ha logrado en gran medida a través de un «decálogo» que se enseña en la instrucción militar. Ha sido una forma de que la población acepte nuevamente al ejército y colabore con él contra la guerrilla.
Dieciocho batallones de ingeniería trabajan constantemente en la construcción de carreteras, vivienda y obras de irrigación. Entre 1991 y 93 pusieron en servicio 4,662 km. de carreteras.
Por otro lado, los conscriptos cooperan también en campañas de atención médica y odontológica en las comunidades rurales, ofrecen cortes de pelo, reparten despensas y llevan diversión con bandas de música.
Sin embargo, las fuerzas armadas no son suficientes para dar seguridad en el accidentado y extenso territorio peruano (I’ 285,216 km2) y desde hace unos años se formaron los Comités de Autodefensa, integrados por población civil y con origen en las rondas campesinas. Estos grupos -5,782 en el país-, reciben armamento, reglamentación y entrenamiento del ejército para defender a sus comunidades de los «terrucos» o senderistas. Hasta ahora ninguna de estas células, en relación permanente con las fuerzas armadas, se ha vuelto anárquica según afirma el Almirante Cabanillas.

El «Presidente Gonzalo» y la «Ley del Arrepentimiento»

El mayor triunfo de Fujimori contra el terrorismo fue la detención, el 12 de septiembre de 1992, del líder guerrillero Abímael Guzmán o «Presidente Gonzalo» como gustaba firmarse. A raíz de ello y de su petición de paz tras las rejas, suman cientos los jefes senderistas que han capitulado.
«El efecto psicológico es el que menos cuesta y tiene un impacto arrollador, dice Fujimori quien ríe al explicar que él fue cien por ciento responsable del diseño de la vestimenta, la jaula y el escenario con que se presentó en la televisión al cabecilla del movimiento Sendero Luminoso.
En mayo del mismo año se había promulgado la Ley del Arrepentimiento que ofrece a los guerrilleros que se entregan, y dan información sobre sus dirigentes, reducción o perdón de la pena, garantía de secreto de identidad o cambio de identidad, trabajo, cambio de domicilio y extensión de los beneficios a familiares. «Para marzo de este año había 2 mil arrepentidos», afirma el Almirante Luis Cabanillas, Subjefe del Estado Mayor, quien además de explicar la nueva imagen del ejército, da a conocer cifras sobre la lucha contra el terrorismo.
Actualmente hay 3,781 terroristas presos (30% son mujeres, por cierto muy sanguinarias), 3,957 traficantes de droga y 887 sentenciados del fuero privativo militar.
Hemos trabajado intensamente para transformar las cárceles del país que se habían convertido en cuarteles senderistas, donde hacían entrenamientos diarios e incluso izaban la bandera del grupo terrorista agrega el Almirante. Se están construyendo 27 cárceles y remodelando muchas de las existentes.
El preside te Fujimori ofreció terminar con el MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru) en 1993 y con Sendero Luminoso en 1995. «Casi lo he logrado -afirma el Jefe de la nación -. El MRTA está controlado en un 95% y sin duda para 1995 estará también lo que queda de Sendero. Esto no quiere decir que la pacificación esté consolidada. Se requiere todo un programa de corto, mediano y largo plazo de lucha contra la pobreza y en eso estamos».
Lógicamente se han denunciado casos de gente que se acoge a la Ley del Arrepentimiento y delata a personas inocentes. «Lamentablemente ha habido varios casos – señala Fujimori-, son correcciones que hay que hacer para evitar ese tipo de injusticias, pero no puedo admitir que el terrorismo prospere so pretexto de defender los derechos humanos. Defendemos los derechos humanos de los terroristas pero al mismo tiempo los de la sociedad peruana».

Pragmatismo y cirugía mayor a la Economía

La situación del Perú al terminar el período de Alan García era tan caótica que la población aceptó una serie de medidas (tres años sin aumento salarial, por ejemplo) que difícilmente hubiera aceptado cualquier otro pueblo.
«En Perú faltaba una gerencia – afirma el ingeniero Jorge Camet, ministro de Economía y Finanzas (quien no votó por Fujimori)-. Eramos un paria en la comunidad internacional porque habíamos suspendido unilateralmente los pagos de la deuda externa. La inflación, de niveles excesivos, pasó a 157% en el segundo año de gobierno, a 59% en el tercero y se espera que en 1994 quede en 20%. El PIB creció 2% el primer año, el segundo fue negativo a causa de una sequía y el tercero creció un 7%, el más alto porcentaje de toda Sudamérica.
»Por supuesto todas estas medidas han tenido un alto costo social y económico -agrega Camet- pero no hay que olvidar de qué desastre venimos, de la ineficiencia total. Las múltiples e ineficientes empresas estatales se han liquidado o están en venta, esperamos que no quede una sola empresa pública. La burocracia se ha reducido notoriamente; en el Ministerio de Industria, por ejemplo, de 950 empleados quedaron 180 en un año.
»La tasa de empleo y la remuneración no ha aumentado como quisiéramos, la recaudación tributaria de sólo un 4% no alcanzaba ni para pagar, los sueldos de la burocracia, subió al 10% y esperamos llegar este año al 12,5%. En la medida que aumente subiremos los sueldos».
El gobierno de Alberto Fujimori apuesta por un neoliberalismo radical. Está en venta PetroPerú, ya se vendió la Telefónica y se ofrecerán al mejor postor todas las propiedades estatales.
«En años recientes -dice el Presidente- capitalistas peruanos sacaron del país no menos de 10 mil millones de dólares para ir a depositarlos en Estados Unidos, Suiza y Gran Caimán. Ahora inversionistas extranjeros están arriesgando su dinero en mi país. No hago ninguna distinción en cuanto al origen de los capitales, lo que necesitamos es estabilidad y rentabilidad.

200 mil familias viven del cultivo de coca

La lucha contra el narcotráfico se ha visto muy obstaculizada por la guerrilla. El Presidente Fujimori no cree que sea un problema que pueda resolverse en corto plazo. Se calcula que 200 mil familias viven del cultivo de la coca en cerca de 120 mil hectáreas. Mientras no tengan opciones aceptables con otros cultivos u otras formas de vida, poco se puede hacer.
«Hemos eliminado la represión para los agricultores que cultivan coca, ahora nos enfocamos hacia los medios de transporte que llevan la pasta básica; la fuerza aérea ha tomado el control de aeródromos y aeropuertos con éxito (funcionaban muchos aeropuertos clandestinos en la sierra, donde los narcotraficantes iban y venían a su antojo). Nuestra intención es también apoyar otros productos agrícolas que puedan ser competitivos para desalentar el cultivo de la coca. Sin embargo, insisto en que se debe combatir con mayor énfasis la demanda de narcóticos en los países industrializados».

Reelección, la gran interrogante

El período de Alberto Fujimori termina en 1995. De acuerdo a la nueva Constitución que entró en vigor el 31 de diciembre de 1993, la reelección es posible y, desde luego, es pregunta obligada para el Presidente.
Hay varios personajes que desean competir en las urnas contra el hombre que derrotó a Vargas LIosa; el más fuerte parece ser Javier Pérez de Cuéllar quien fuera Secretario General de la ONU, pero también está el alcalde de Lima, Ricardo Belmont; el Gobernador del Cuzco, Daniel Estrada y el ex presidente Fernando Belaúnde.
Sin embargo Fujimori no se pronuncia todavía, no afirma ni niega su candidatura, simplemente dice que decidirá a último momento. Si no presenta su candidatura, muchos lo verán como una sorpresa. «Bueno, pudiera ser… -afirma- sería algo inusitado, imprevisto, propio del señor Fujimori».

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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