¿Ha escuchado la música New Age? ¿Ha oído la armonía de los instrumentos medievales, clásicos y hasta folklóricos, al lado de modernos sintetizadores, bajos y guitarras eléctricas? La música New Age imita sonidos de la naturaleza y mezcla – en feliz conjunción- elementos del barroco, del jazz, del rock, de todas las tendencias para crear una música nueva que recrea, y además, inspira paz y esperanza.
La música New Age se difunde cada día más; es una hermosa y positiva manifestación del movimiento del mismo nombre que, en otras áreas del pensamiento y de la actividad humana, funciona de la misma manera, aunque no con los mismos resultados.
El New Age es plenamente un fruto de nuestro tiempo, un deseo de bondad sin compromiso, tomar lo que me gusta de aquí y de allá sin normas, sin reglamentos, muchas veces sin lógica. Un perol donde cabe todo, con el que cada quien se fabrica su religión, su personal filosofía y forma de vida.
Ya hace tiempo que pensadores y sociólogos vaticinaban como un fenómeno novedoso, el renacer de un sentimiento religioso en el mundo occidental. Después del dominio del racionalismo y positivismo, el hombre parecía reconocer otra vez la necesidad de un ser trascendente.
En ese entonces -años 60- se pedía, se exigía a las iglesias que miraran al exterior, que participaran en la vida pública y en la evolución social, so pena de quedarse sin feligreses y desaparecer. Muchas iglesias, incluyendo la católica, se abrieron al mundo del momento y a sus costumbres, algunas tanto, que perdieron profundidad y contenido.
Pocos años después cambió la tendencia, cansado el mundo de lo exterior, deseaba explotar lo interior; la experiencia personal e intimista. De allí que se volviera la mirada a las religiones orientales que ofrecían ese ingrediente anhelado.
Ahora, al despuntar el tercer milenio, los sentimientos religiosos siguen otras modas muy al gusto del consumidor.
Se desea creer pero sin compromiso, se desean explicaciones pero las que acomoden a cada uno. Cómodo caldo de cultivo donde parecen renacer casi todas las formas de magia, superstición, metafísica, misterio o misticismo conocidas por la raza humana; la astrología y el ocultismo destacan en el moderno catálogo de ideas.
Las iglesias tradicionales no han recuperado feligreses, sino que muchas pequeñas minorías se han afiliado a estas nuevas creencias que requieren sólo un poco de buena voluntad. En este panorama se inserta el New Age del que hablamos ampliamente en nuestras páginas junto con otras modalidades de esta nueva «religiosidad burguesa».