Tríptico
Augusto Monterroso
Fondo de Cultura Económica. México. 1996, 417 págs.
Augusto Monterroso
Fondo de Cultura Económica. México. 1996, 417 págs.
Quien quiera sonreír, no perder el buen humor, ver el lado amable, paradójico y lúdico de la vida, aun la de los escritores, quien esto desee lea Tríptico, aun a riesgo de volverlo a leer en un movimiento perpetuo de cuentos, ensayos, notas, consideraciones y diversiones sin que falten sus particulares opiniones políticas. Tríptico está compuesto por diversos géneros literarios y por tres obras publicadas previamente por separado: Movimiento perpetuo, La palabra mágica y La letra e. En cambio, aunque sea un tríptico, cuenta con cuatro estudios críticos, uno de los cuales, además, se titula modestamente: Introducción general, exceso que se perdona por el subtítulo: Augusto Monterroso: el humor que muerde.
Para algunos, La letra e será la parte más desconcertante de Augusto Monterroso en este Tríptico, por transmitirnos sus notas, reflexiones, ensayos y fábulas escritas previamente en un diario. Su sentido del humor comienza por la autoironía: la de quien hace publicar su fotografía al lado de otro famoso escritor, con la leyenda “Augusto Monterroso al lado de un hombre normal” (el primero de 1.60m y el segundo de 1.90); o que anota: «Charles Lamb era un hombre bajito, tímido y sarcástico, cosas que, si uno se fija, tienden siempre a juntarse». Yo me quedo con Monterroso por su estricta autocrítica llena de buen humor. Por éste y mucho más, Tríptico merece ser leído.
Para algunos, La letra e será la parte más desconcertante de Augusto Monterroso en este Tríptico, por transmitirnos sus notas, reflexiones, ensayos y fábulas escritas previamente en un diario. Su sentido del humor comienza por la autoironía: la de quien hace publicar su fotografía al lado de otro famoso escritor, con la leyenda “Augusto Monterroso al lado de un hombre normal” (el primero de 1.60m y el segundo de 1.90); o que anota: «Charles Lamb era un hombre bajito, tímido y sarcástico, cosas que, si uno se fija, tienden siempre a juntarse». Yo me quedo con Monterroso por su estricta autocrítica llena de buen humor. Por éste y mucho más, Tríptico merece ser leído.