Orgullo y prejuicio
Jane Austen
Novela
Ed. Andrés Bello. Chile. 1997, 371 págs.
Jane Austen
Novela
Ed. Andrés Bello. Chile. 1997, 371 págs.
La vida del hombre engarza pequeños momentos, pensamientos que nacen de los instantes cotidianos, tantas veces desapercibidos que, sin embargo, determinan nuestras decisiones más importantes. Jane Austen, la sutil escritora inglesa del siglo XIX, tuvo la agudeza de descubrir este mecanismo y echarlo a andar en sus novelas. El resultado es fascinante.
Ejemplo brillante de su pluma es Orgullo y prejuicio, escrita en 1813. Bastan unas pinceladas que retraten una tarde familiar para quedar atrapados en una historia que nos parece íntimamente cercana, por más que se desarrolle en las primeras décadas del siglo pasado. Todos los personajes buscan lo mismo que nosotros, la felicidad. ¿En qué momento nos acercamos o nos alejamos de ella?
Orgullo y prejuicio son defectos hermanos, uno nace de la opinión que tenemos de nosotros mismos; el otro, de nuestro juicio sobre los demás. Lizzy Bennet descubre, a lo largo de la novela, que detrás de sus más agudas suposiciones le espera siempre una sorpresa; deberá ser capaz de reconocerla para hacer felices a quienes le rodean y encontrar, ella misma, lo que anhela.
En Jane Austen se distinguen el realismo y la crítica aguda a los valores superfluos de la sociedad inglesa, pero no es la suya una lección severa. Su estilo es ligero, maneja nuestro interés con astucia y nos enseña que, sin dejar de lado lo que nos hace mejores, siempre podemos ser un poco más humanos.
Ejemplo brillante de su pluma es Orgullo y prejuicio, escrita en 1813. Bastan unas pinceladas que retraten una tarde familiar para quedar atrapados en una historia que nos parece íntimamente cercana, por más que se desarrolle en las primeras décadas del siglo pasado. Todos los personajes buscan lo mismo que nosotros, la felicidad. ¿En qué momento nos acercamos o nos alejamos de ella?
Orgullo y prejuicio son defectos hermanos, uno nace de la opinión que tenemos de nosotros mismos; el otro, de nuestro juicio sobre los demás. Lizzy Bennet descubre, a lo largo de la novela, que detrás de sus más agudas suposiciones le espera siempre una sorpresa; deberá ser capaz de reconocerla para hacer felices a quienes le rodean y encontrar, ella misma, lo que anhela.
En Jane Austen se distinguen el realismo y la crítica aguda a los valores superfluos de la sociedad inglesa, pero no es la suya una lección severa. Su estilo es ligero, maneja nuestro interés con astucia y nos enseña que, sin dejar de lado lo que nos hace mejores, siempre podemos ser un poco más humanos.