Parte de guerra
Julio Scherer García y Carlos Monsiváis
Nuevo Siglo/Aguilar. México. 1999, 269 págs.
Julio Scherer García y Carlos Monsiváis
Nuevo Siglo/Aguilar. México. 1999, 269 págs.
El 2 de octubre de 68, efectivamente, no se olvida, pero tampoco acaba de entenderse.
Julio Scherer, con documentos del general Marcelino García Barragán, escribe El tigre Marcelino, primera sección del libro. Memoranda, oficios, mapas y fotografías recuerdan aquellos tensos momentos, en los que un movimiento presuntamente sólo estudiantil enfrentaba a un sistema político autoritario y cerrado.
En la segunda parte, Carlos Monsiváis escribe El 68: las ceremonias del agravio y la memoria. (No obstante su buena escritura, comete algún error histórico al afirmar que el estado mayor presidencial fue creado por Alemán y no por Lázaro Cárdenas). Ante el coro juvenil: «No queremos olimpiada, queremos revolución», el sistema político contestó fácticamente: «No queremos democracia, queremos juegos olímpicos».
De manera distinta, hoy se repite 68: los estudiantes de la UNAM son otros, Zedillo no es Díaz Ordaz, los militares están expuestos a más críticas por Tlatelolco y Chiapas por culpa casi siempre de civiles… y sin embargo, vivimos en un sistema político abierto, en medio de un proceso democrático amenazado por problemas económicos y resistencias oligárquicas. Este libro aporta nuevos elementos de la represión en Tlatelolco, no así sobre la posible conjura comunista, que aún no debemos descartar, si bien no está probada.
Julio Scherer, con documentos del general Marcelino García Barragán, escribe El tigre Marcelino, primera sección del libro. Memoranda, oficios, mapas y fotografías recuerdan aquellos tensos momentos, en los que un movimiento presuntamente sólo estudiantil enfrentaba a un sistema político autoritario y cerrado.
En la segunda parte, Carlos Monsiváis escribe El 68: las ceremonias del agravio y la memoria. (No obstante su buena escritura, comete algún error histórico al afirmar que el estado mayor presidencial fue creado por Alemán y no por Lázaro Cárdenas). Ante el coro juvenil: «No queremos olimpiada, queremos revolución», el sistema político contestó fácticamente: «No queremos democracia, queremos juegos olímpicos».
De manera distinta, hoy se repite 68: los estudiantes de la UNAM son otros, Zedillo no es Díaz Ordaz, los militares están expuestos a más críticas por Tlatelolco y Chiapas por culpa casi siempre de civiles… y sin embargo, vivimos en un sistema político abierto, en medio de un proceso democrático amenazado por problemas económicos y resistencias oligárquicas. Este libro aporta nuevos elementos de la represión en Tlatelolco, no así sobre la posible conjura comunista, que aún no debemos descartar, si bien no está probada.
