El laberinto sentimental
José Antonio Marina
Anagrama. Barcelona. 1998, 8a ed. 280 págs.
José Antonio Marina
Anagrama. Barcelona. 1998, 8a ed. 280 págs.
«De niño escuché una historia maravillosa que aún no he olvidado —cuenta José Antonio Marina. Según dicen, la gente esperaba en el muelle de Nueva York la llegada del barco que traía los nuevos capítulos de Dickens. ¡Qué maravillosa adicción! ¡Qué fantástica complicidad! Entonces decidí que yo también escribiría novelas por entregas. No soy novelista, sino científico, pero el sueño se mantiene. […] aquí va la nueva entrega». De esta forma magistral, sencilla y amena se vislumbran las sorpresas que promete el autor en cada capítulo de su cuarta obra El laberinto sentimental. Laberinto significa construcción llena de rodeos y encrucijadas donde es difícil orientarse. Los sentimientos o emociones que padecemos son eso precisamente: encrucijadas, impulsos, percepciones que nos acompañan durante toda la vida y ayudan o dificultan orientar nuestra existencia al bien propio de la naturaleza humana. Para Marina es posible elaborar una ciencia de los sentimientos, porque son mensajes cifrados cuya interpretación permite conocer la ignorada textura del corazón: son la holografía de nuestra personalidad. Se trata de poner la inteligencia al servicio de la afectividad y los estados de ánimo a nuestro servicio. ¿Es posible y conveniente? Sí, somos inteligencias emocionales y nada nos interesa más que los sentimientos, porque en ellos consiste la felicidad o la desdicha.
