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Muerte sin fin

Muerte sin fin
José Gorostiza
UNAM-Casa Juan Pablos. México, 2001. 63 págs. Facsímil de la edición de la Impresa

«En poesía lo que importa es la intensidad», dijo alguna vez Gorostiza (1901-1973). Lo decía con conocimiento de causa. A 50 años de la presente edición, Muerte sin fin sigue resplandeciente. Llamarada de imágenes precipitada sobre el papel, el poema cumbre de Gorostiza arde sin consumirse, como la zarza bíblica, ante los ojos del lector. Con intensa crepitación, el autor baila en torno a la muerte y la vida, y alrededor, también, de las dudas que ambas suponen. Por su complejidad, el poema no deja de asombrar a corazones y cerebros. Lo mismo literatos que filósofos escudriñan en él tras algún significado luminoso. Pero no hace falta tanta ciencia para adentrarse en Muerte sin fin. Basta un par de ojos inquietos que sigan su abraso, siempre quemante; a veces por frío, a veces por calor. Artífice de los silencios –dice Silva-Herzog Márquez– Gorostiza supo incubar en el barullo burocrático una de las cúspides de la poesía mexicana. «Secretario del secretario de Relaciones Exteriores, llegaba a las siete de la mañana a su oficina y, “en vez de ver barrer a los mozos” se puso a escribir Muerte sin fin».
istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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