El llanto. Historia cultural de las lágrimas
Tom Lutz
Ensayo
Taurus. México, 2001. 666 págs.
Tom Lutz
Ensayo
Taurus. México, 2001. 666 págs.
«Llorar nos permite distraernos de la causa de nuestra angustia (…) desentendernos del mundo y fijar la atención en nuestros sentimientos, que en ese momento rebasan al mundo o, cuando menos, nuestra capacidad para procesar cualquier información nueva que provenga del exterior».
Lutz recorre el misterio del llanto y hace una verdadera historia de las lágrimas, desde la psicología, la literatura e incluso la fisiología y la religión.
Una teoría sobre su poder catártico –explicada por el autor– sugiere que nos sentimos mejor gracias a la «liberación» que permite soltar el llanto. Sin embargo, ante esta teoría, previa a Aristóteles, Lutz indica que sería más correcto decir que las lágrimas liberan las emociones.
Santo Tomás, en algún lugar de la Suma Teológica, se pregunta si llorar alivia el alma. Concluye que sí, «porque lo doloroso duele aún más cuando lo mantenemos encerrado».
El autor se dirige con profundidad a los interesados en el tema, intentando varias interpretaciones al hecho específicamente humano del llanto, a su universalidad, al placer físico que supone y hasta a la forma en que lo usamos para manipular, chantajear o fingir emociones (quién no conoce las «lágrimas de cocodrilo»).
Lutz recorre el misterio del llanto y hace una verdadera historia de las lágrimas, desde la psicología, la literatura e incluso la fisiología y la religión.
Una teoría sobre su poder catártico –explicada por el autor– sugiere que nos sentimos mejor gracias a la «liberación» que permite soltar el llanto. Sin embargo, ante esta teoría, previa a Aristóteles, Lutz indica que sería más correcto decir que las lágrimas liberan las emociones.
Santo Tomás, en algún lugar de la Suma Teológica, se pregunta si llorar alivia el alma. Concluye que sí, «porque lo doloroso duele aún más cuando lo mantenemos encerrado».
El autor se dirige con profundidad a los interesados en el tema, intentando varias interpretaciones al hecho específicamente humano del llanto, a su universalidad, al placer físico que supone y hasta a la forma en que lo usamos para manipular, chantajear o fingir emociones (quién no conoce las «lágrimas de cocodrilo»).
