La mano del emigrante
Manuel Rivas
Cuentos
Punto de lectura. España, 2002. 154 págs.
Manuel Rivas
Cuentos
Punto de lectura. España, 2002. 154 págs.
«La escritura –anota Rivas– es un acto sensorial. Filma con el nervio óptico, sin obturador. Circula por la sangre. Las palabras tienen color y sabor. Huelen. Y, por supuesto, suenan».
Declaratoria de principios o convicción estética, la sentencia cobra vida en La mano del emigrante, un venturoso capricho de la pluma gallega, donde Rivas cumple aquella promesa suya de confundir géneros, de hacer del periodismo un cuento al narrar la realidad con oficio y belleza.
Así las cosas, quien abra esta mano emigrante hallará en su palma una historia de desprendimientos, con olor a morriña y a mar, apuntalada por un puñado de fotos hechas por el mismo Rivas.
Podría suponerse que se trata de una historieta o una novela ilustrada. No es así. Es un cuento, parte verdad parte mentira, en cuyas páginas el autor quiso dejar olvidadas algunas postales de su tierra natal.
La pérdida y el apego irrigan sangre y nostalgia a esta mano expatriada, donde el lector encontrará una estupenda narración y, al pasar sus páginas, en medio de la brisa marina y el vuelo de los paíños, sabrá de las tristezas que brotan en los puertos, de las ausencias y de las muertes.
Declaratoria de principios o convicción estética, la sentencia cobra vida en La mano del emigrante, un venturoso capricho de la pluma gallega, donde Rivas cumple aquella promesa suya de confundir géneros, de hacer del periodismo un cuento al narrar la realidad con oficio y belleza.
Así las cosas, quien abra esta mano emigrante hallará en su palma una historia de desprendimientos, con olor a morriña y a mar, apuntalada por un puñado de fotos hechas por el mismo Rivas.
Podría suponerse que se trata de una historieta o una novela ilustrada. No es así. Es un cuento, parte verdad parte mentira, en cuyas páginas el autor quiso dejar olvidadas algunas postales de su tierra natal.
La pérdida y el apego irrigan sangre y nostalgia a esta mano expatriada, donde el lector encontrará una estupenda narración y, al pasar sus páginas, en medio de la brisa marina y el vuelo de los paíños, sabrá de las tristezas que brotan en los puertos, de las ausencias y de las muertes.