México secreto
Francisco Martín Moreno
Novela
Joaquín Mortiz. México, 2002. 473 págs.
Francisco Martín Moreno
Novela
Joaquín Mortiz. México, 2002. 473 págs.
Esta novela es una invitación a la reflexión histórica. Si seguimos la tesis de Vargas Llosa de que los literatos dicen lo que los historiadores callan, tendríamos que buscar qué dice Martín Moreno que no dicen los historiadores de un tema sugerente: México y la Primera Guerra Mundial.
Aunque varios de los aspectos aludidos —como el famoso telegrama Zimmermann— ya han sido analizados por gente de la talla del historiador de origen austríaco Friedrich Katz, el estilo de México secreto hace accesibles datos interesantes. Personajes de la historia mexicana desfilan ante el lector, uno de los principales es sin duda Venustiano Carranza, quien queda mal parado.
Las novelas históricas pueden ser de ficción como cualquier historia oficial, pero aquí el lector encontrará entre renglones literarios verdades históricas. La ventaja del literato sobre el historiador es que no tiene tantas ataduras; ambos quehaceres, el literario y el historiador se reúnen en este caso para hablar de Alemania, Estados Unidos y la Revolución Mexicana.
Esta lectura me confirmó la sospecha que sembró en mí Friedrich Katz: que los alemanes del imperio sabían más historia de México que nuestros vecinos estadounidenses y, muy probablemente, más que los propios mexicanos. Descubra el lector las razones.
Aunque varios de los aspectos aludidos —como el famoso telegrama Zimmermann— ya han sido analizados por gente de la talla del historiador de origen austríaco Friedrich Katz, el estilo de México secreto hace accesibles datos interesantes. Personajes de la historia mexicana desfilan ante el lector, uno de los principales es sin duda Venustiano Carranza, quien queda mal parado.
Las novelas históricas pueden ser de ficción como cualquier historia oficial, pero aquí el lector encontrará entre renglones literarios verdades históricas. La ventaja del literato sobre el historiador es que no tiene tantas ataduras; ambos quehaceres, el literario y el historiador se reúnen en este caso para hablar de Alemania, Estados Unidos y la Revolución Mexicana.
Esta lectura me confirmó la sospecha que sembró en mí Friedrich Katz: que los alemanes del imperio sabían más historia de México que nuestros vecinos estadounidenses y, muy probablemente, más que los propios mexicanos. Descubra el lector las razones.