El sentido positivo, primario de conspiración, dice Juan José García Noblejas en su libro Medios de conspiración social, implica respirar juntos, compartir el mismo aliento (como concordar, conjuntar, convenir), una especie de juego social, de suma positiva, en el que todos participan y salen ganando. Lo opuesto justamente a conjura, una conspiración que acaba mal.
¿Habrá forma de que muchos medios y todos sus públicos iniciemos una conspiración a favor de los valores? ¿Una conspiración que practique y fomente esos tesoros universales e intemporales? ¿Acaso no estamos cansados de la corrupción, la inseguridad, la trampa y el engaño en tantos rubros?
ISTMO recoge el reto de descubrir en realidades inéditas, en culturas diferentes, raíces, ideas o valores, patrimonio de toda la humanidad.
Con ese fin, la revista se renueva y ofrece más secciones que ayuden a decidir con más acierto. No sólo desde el punto de vista intelectual, social o económico sino también en lo relativo a lo más íntimo y valioso de la persona.
A lo largo de sus 46 años de edición ininterrumpida, ISTMO se ha dirigido especialmente a los líderes que, en cada área y grupo social, abren cauces y se esfuerzan por tomar decisiones eficaces y rectas.
¿Quiénes son esos líderes? Todos los empresarios conscientes de su responsabilidad social, educadores y maestros de cualquier nivel, capacitadores y voluntarios de trabajos educativos o asistenciales, dirigentes de un proyecto, un equipo deportivo, un coro una madre o padre de familia. Aquellos que se preocupan por construir un futuro y un legado para los demás.
Hace unos meses leí una frase que dijo Michael Marshall, obispo asistente de Londres: «Si tuviéramos que escribir un epitafio para esta civilización, podría ser: creada para amar a la gente y usar cosas, terminó amando a las cosas y usando y abusando de la gente».
Para corregir ese rumbo, ISTMO apoya y promueve la conspiración a favor de los valores.