Contra el fanatismo
Amos Oz
Ensayo
Siruela. Madrid, 2003. 100 págs.
Amos Oz
Ensayo
Siruela. Madrid, 2003. 100 págs.
Los continuos atentados suicidas de palestinos con las correspondientes e igualmente sanguinarias represalias israelíes nos mantienen en ascuas. Por eso se agradece encontrar voces que buscan la paz profundizando en las raíces del problema, sin negar las justas demandas de ambos lados.
La voz de Amos Oz (Jerusalén, 1939) es absolutamente autorizada: con una infancia y juventud fanática en el incipiente estado de Israel, con su participación en la Guerra de los Siete Días, se transforma en uno de los fundadores del Movimiento por la Paz israelí. Este cambio lo marcó porque «traidor, a ojos del fanático, es cualquiera que cambia. Y es dura la elección entre convertirse en un fanático o en un traidor. No convertirse en fanático significa ser, hasta cierto punto y de alguna forma, un traidor a ojos del fanático. Yo he hecho mi elección y este libro es prueba fehaciente de ello».
Literato y periodista comprometido con sus convicciones, obtuvo el Premio Israel de Literatura 1998. Intelectual prestigiado dentro y fuera de su país, usa el bisturí racional para enfrentarse también a un mundo que alberga «el medio siglo más plagado de ideologías, seguido del medio siglo más ferozmente egoísta, hedonista y volcado en los aparatos».
La voz de Amos Oz (Jerusalén, 1939) es absolutamente autorizada: con una infancia y juventud fanática en el incipiente estado de Israel, con su participación en la Guerra de los Siete Días, se transforma en uno de los fundadores del Movimiento por la Paz israelí. Este cambio lo marcó porque «traidor, a ojos del fanático, es cualquiera que cambia. Y es dura la elección entre convertirse en un fanático o en un traidor. No convertirse en fanático significa ser, hasta cierto punto y de alguna forma, un traidor a ojos del fanático. Yo he hecho mi elección y este libro es prueba fehaciente de ello».
Literato y periodista comprometido con sus convicciones, obtuvo el Premio Israel de Literatura 1998. Intelectual prestigiado dentro y fuera de su país, usa el bisturí racional para enfrentarse también a un mundo que alberga «el medio siglo más plagado de ideologías, seguido del medio siglo más ferozmente egoísta, hedonista y volcado en los aparatos».