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Entre China y Latinoamérica

China es el motor de la economía mundial: en 2003 consumió 40% del cemento del mundo, 27% del acero, 25% del aluminio y 7% del petróleo. Tiene reservas por 450 billones de dólares y en 15 años ha multiplicado por 3.5 su producto interno bruto (PIB). De 1995 a 2003 el PIB subió entre 7 y 10%, mientras que el mundial sólo lo ha hecho entre 3 y 5%. Resulta difícil encontrar una empresa internacional de importancia que no se haya instalado ya en China, porque ven claramente las ventajas futuras de una economía en activos inversores o consumidores. Este mercado que crece a tasas de más de 8% y que, tras años de imponer una verdadera muralla al comercio exterior, hoy acoge a los inversionistas con los brazos abiertos.
En los últimos 500 años el centro de gravedad de la economía del mundo se instaló en Occidente. En los siglos XVI y XVII se movió del Mediterráneo al Norte de Europa, luego cruzó el Atlántico a América del Norte, el siglo XX ha sido bautizado, y con razón, como el de Estados Unidos. Se puede asegurar que el XXI será de China.
Los chinos llaman a su economía «economía de mercado a la China» porque resuelve contradicciones del modelo occidental. Combina mercado con proteccionismo, libertad con seguridad, defensa agrícola con desarrollo industrial, construcción de la infraestructura pública con estabilidad monetaria, respeto a las tradiciones con modernidad y fortaleza internacional sin sacrificar sus posiciones, en especial sus demandas territoriales.
En 20 años se ha convertido en el país económicamente más dinámico del planeta. En 2003 superó a Estados Unidos como el principal receptor mundial de inversiones externas.
En China el poder reside en el Partido Comunista Chino (PCCh), cuya principal misión es mantenerse alejado de confrontaciones ideológicas. El líder Deng Xiaoping decía que «ser rico es glorioso» y recomendaba a los campesinos no pensar en Marx, sino en cultivar mejor sus tierras. El líder actual, Hu Jintao, ocupa los cargos de presidente del PCCh, presidente del Gobierno y presidente de la Junta Central Militar. En un reciente discurso descartó un cambio al estilo occidental y alabó al partido único y la centralización del poder.
Ningún país como el suyo ha subido de golpe cada escalón del desarrollo económico. Tras este ascenso se halla el poder productivo de una vasta máquina de manufactura de bajo costo y los apetitos crecientes de sus más de 1000 millones de consumidores. Su pueblo se ha convertido para algunos en el mayor recurso natural del planeta. Para otros, en cambio, representa una amenaza.

LATINOAMÉRICA SURCA EL PACÍFICO

Nuestros países figuran en el primer grupo. Les interesa comprar barato para aumentar la calidad del nivel de vida de su gente y exportar a los mejores precios sus manufacturas y materias primas.
Con excepción de Cuba, todos sostenían una relación lejana con China. Intercambios comerciales de poca magnitud y temor a la penetración comunista que podría acarrearles un mayor comercio. Esto ha cambiado, hoy interesa a todos relacionarse con el gigante de Oriente y aprender de su extraordinario desarrollo. El intercambio comercial se ha ido incrementando con rapidez. Ahora se importan manufacturas de China y se exportan materias primas, como cobre y aluminio, y alimentos, como soya, vino, frutas
Damos algunos datos relevantes de estas relaciones:
Chile. Fue el primer país sudamericano en establecer relaciones diplomáticas con China. Exporta commodities especialmente cobre e importa manufacturas. Su volumen de comercio ha subido año tras año y es hoy su segundo socio latinoamericano. En 1996 el presidente Eduardo Frei visitó China y después, Jiang Zemin regresó la visita.
Brasil. Tiene el mayor volumen de negocios y también invierte. La compañía Vale do Río Doce concluyó un acuerdo con el Yanguang Group, de China, y la Itochu Corporation, de Japón, para crear juntos una empresa productora de carbón mineral y metalúrgico, destinados a fabricar acero. Y PETROBRAS, la mayor corporación estatal brasileña, efectúa exploraciones frente a las costas del mar de China.
También se firmó un acuerdo de colaboración en energía atómica y Brasil ha ofrecido su tecnología de producción de etanol y sus productos derivados, para aliviar la escasez de energía de la nación asiática. Desde los años 70, los automóviles brasileños empezaron a usar etanol (que se extrae de la caña de azúcar) como combustible,.
Recientemente se inauguró en Pekín la exposición «Brasil-China: un salto necesario», para conmemorar el XXX aniversario del establecimiento de sus relaciones. Participaron cerca de 100 empresas, bancos y compañías brasileñas de más de 20 sectores y exhibieron productos agrícolas, ropa y objetos de arte en madera. Naturalmente, buscan socios chinos para establecerse allí.
Argentina. Es otro país que ha buscado reforzar su relación con China. Atendiendo a una invitación del presidente chino, Hu Jintao, su homólogo Kirchner realizó una visita de seis días. Ambas naciones desean reforzar sus lazos comerciales y establecer una red de intereses como amigos y socios estratégicos a fin de crecer juntos. Las relaciones políticas bilaterales son  excelentes, tanto por su nivel de interlocución como por la ausencia total de problemas, lo que las hace muy fluidas y fáciles, y porque ambas economías se complementan.
Los presidentes firmaron tres protocolos operativos que abordan cuestiones de transporte aéreo, complementación sanitaria y cultura, y tendieron excelentes lazos en materia comercial. Hu Jintao visitará Argentina el próximo noviembre.
Acompañaron a Kirchner más de 200 hombres de negocios procedentes de la mayoría de los sectores productivos. Y por primera vez en una visita de Estado se unió a la comitiva presidencial un grupo de hombres de negocios del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los argentinos quieren comprar máquinas textiles y materiales ferroviarios de China y realizar una fuerte cooperación tecnológica en pesca, construcción ferroviaria, infraestructuras, exploración de minerales y otras áreas.
Venezuela. Su relación con China es tan estrecha que tiene preparado un plan poco conocido para vender un millón de barriles diarios de petróleo en caso de decidir cortar el suministro energético a Estados Unidos, medida que usaría contra el presidente George Bush antes de las elecciones. Su relación comercial se centra especialmente en la venta de petróleo y orimulsión, combustible hecho a base de asfalto que fabrica Venezuela.
México. De modo permanente realiza acciones tendentes a reforzar relaciones con China. Hace poco creó en Xiamen, ciudad costera de la provincia de Fujian, un grupo de trabajo de alto nivel destinado a facilitar el comercio bilateral y la inversión recíproca. Bo Xilai, ministro chino de Comercio, y Fernando Canales Clariond, secretario mexicano de Economía, suscribieron un acuerdo sobre la fundación del grupo.
Bolivia. La firma petrolera china Shengli International invertirá más de mil quinientos millones de dólares en Bolivia en proyectos energéticos.
Comunidad Andina. Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela constituyen la Comunidad Andina (CAN), lo que quedó del antiguo Pacto Andino tras la retirada de Chile.
Los acuerdos tomados y las intenciones comprometidas en las relaciones entre esa comunidad y China son muy significativos para el resto de Latinoamérica. Han registrado un activo desarrollo a raíz de la puesta en marcha del mecanismo de consulta política y cooperación, establecido en la Segunda Reunión del Mecanismo de Consulta Política y Cooperación China-CAN, celebrada en Pekín.
Ambas partes aseguraron que se trataba de un instrumento trascendente y positivo para el fomento de sus relaciones. Expresaron su disposición para adoptar, sobre la base de los principios de igualdad y beneficio mutuo, iniciativas destinadas a incrementar la confianza recíproca. También, dijeron, buscarían intensificar esfuerzos para mejorar la cooperación en los sectores de telecomunicaciones, diplomacia, medios de comunicación, agricultura y protección del ambiente.
Por último, coincidieron en que el acelerado progreso económico del gigante asiático y los constantes avances de la integración andina prestan hoy mayor fuerza y condiciones más favorables para la cooperación mutua.
China se comprometió a exhortar a sus empresarios a celebrar ferias, exposiciones o simposios en los países andinos y dará facilidades a los sectores empresariales de esos países para que efectúen allá actividades de promoción económica y comercial.
De acuerdo con el comunicado, ambos deben continuar afianzando la coordinación y colaboración en asuntos políticos, económicos, sociales y culturales. La parte andina reafirma su adhesión a la política de que Taiwan forma parte inalienable del territorio chino y ratifica que no establecerá ni desarrollará con esta región ninguna relación o contacto oficial, ni respaldará su acceso a las organismos internacionales constituidos exclusivamente por Estados soberanos. Como los países centroamericanos (con excepción de Panamá) sí reconocen a Taiwán, China no comercia con ellos.
Por su parte, el gigante asiático apoya a la CAN en sus esfuerzos por fomentar el proceso de integración regional, preservar la democracia, alcanzar el desarrollo estable y progreso social y participar más en la cooperación regional Asia-Pacífico. Igualmente, desea colaborar de manera estrecha en el combate al lavado de dinero, el narcotráfico y la delincuencia transnacional organizada.
Asimismo, se comprometen a hacer frente a los nuevos desafíos que la globalización ha acarreado a las naciones en vías de desarrollo, concertar posiciones y compartir experiencias sobre crecimiento socioeconómico sostenible y erradicación de la pobreza.
Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Esta organización se estableció en 1989, con la participación de Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Estados Unidos. Luego se sumaron China, Hong Kong, Papúa Nueva Guinea, Tailandia, Taiwan, Rusia, Vietnam, Chile, Perú y México. APEC se propone liberalizar el comercio y facilitar inversiones y cooperación técnica y económica. Sus 21 miembros tienen una población del orden de 45% de la del mundo, 55% del PIB mundial y aportan más de 45% de las transacciones comerciales internacionales.
Una de sus características es la falta de formalidad y el alto nivel de sus participantes. En noviembre de 2004 se realizará la reunión de APEC en Santiago de Chile. Asistirán los presidentes de los países miembros y otros dignatarios a discutir una recargada agenda de proyectos en pro del desarrollo de sus economías y del mundo. La pertenencia de Chile, Perú y México fortalece su relación con China, que indirectamente aprovecha el resto de la región.
Tratados de libre comercio. Nada mejor que establecer este tipo de tratados con China para reforzar las relaciones económicas. Actualmente Chile se encuentra negociando uno que podría concretarse en la próxima reunión de APEC y que entraría en vigencia en 2005.
NO TODO ES COMERCIO
Destacan ciertos aspectos de la relaciones chino-latinoamericanas dignos de imitarse, como la disminución del desempleo, de los niveles de pobreza, el tratamiento del medio ambiente, la lucha contra las drogas y el desarrollo del turismo como actividad económica relevante. No así la falta de libertad religiosa.
Pobreza y desempleo. Sin lugar a dudas, tanto Latinoamérica como China presentan el problema de la pobreza, pero con diferentes enfoques para solucionarla. Algunos opinan que se superará merced al crecimiento económico. Que la acumulación de riqueza de los pudientes se desbordará y llegará a los pobres. En cambio, otros consideran que solamente se resolverá aplicando programas sociales que permitan la repartición del ingreso. China figura entre los últimos, si bien la solución se aplica con lentitud y busca mejorar fundamentalmente las condiciones de vida de los campesinos.
En Shanghai se ha efectuado recientemente una conferencia sobre pobreza. De ahí salió la Agenda de Shanghai, que presentó las siguientes recomendaciones:
• Adoptar una visión de largo plazo.
• Intensificar las actividades con tiempo, un enfoque global y una secuencia adecuada.
• Desarrollar capacidades en las funciones administrativas y gerenciales para alcanzar éxito en las actividades establecidas.
• Crecer de manera sostenida para crear empleos.
• Que colaboren todos los interesados: gobierno, sector privado, sociedad y afectados.
• Financiar adecuadamente y reducir a niveles sostenibles la deuda externa como Argentina a fin de emprender programas en gran escala y de largo plazo.
• Abrir el comercio para reducir la pobreza del mundo.
• Respetar y habilitar a los pobres para obtener resultados, pues constituyen un activo y un agente de cambio.
• Prestar especial atención a las personas extremadamente pobres, a las disparidades de género. Promover la participación de jóvenes, discapacitados y los menos privilegiados.
• Al atender las limitaciones de agua, saneamiento y energía se mitigará a largo plazo la pobreza, estrechamente vinculada a la «sustentabilidad» ambiental.
• Experimentar y evaluar los resultados de manera sistemática con el propósito de reducir la pobreza.
• Afrontar de manera definitiva el flagelo del VIH/SIDA.
China aplicó esta agenda y disminuyó el número de pobres, de 80 millones en 1993, a 29 millones en 2003. Su proporción decreció de 8.7 a 2.9%. Para este fin se invirtieron 3.6 billones de dólares en 2003 y 1.2 billones en 2004.
En nuestros países la pobreza tiene índices mucho mayores y las políticas implantadas para reducirla no comprenden en general la Agenda de Shanghai. Más bien apuntan a subir las tasas de crecimiento, que no han sido suficientes, y a programas de educación, salud y vivienda, que fructifican a mayor plazo.
En China los campesinos han sido un objetivo básico. Con la plena aplicación de políticas favorables para el de-sarrollo agrícola, el control macroeconómico sí los ha beneficiado. Un creciente número de agricultores que emigraron a las ciudades en busca de fortuna han vuelto a su pueblo a cultivar cereales y han aliviado la presión del empleo.
Medio ambiente. En la segunda mitad del pasado siglo se generalizó en el mundo la preocupación ambiental. A partir de los años 60 se empezaron a concertar acuerdos y a crear instrumentos jurídicos para evitar la contaminación marina, que se redoblaron en los 70. En 1972, en Estocolmo, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano se incorporó a los temas de discusión la relación entre de-sarrollo económico y degradación ambiental, y posteriormente se creó el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), principal organismo internacional en esta materia.
Después de legislar sobre impacto ambiental y políticas sobre manejo de recursos naturales, los países relativamente industrializados se concentraron en establecer medidas orientadas a minimizar los desechos, controlar la contaminación y mejorar el acceso al agua potable. Asimismo, afianzaron la capacidad para el tratamiento de las aguas recicladas y montaron instalaciones para eliminar desechos sólidos y conservar recursos naturales, como bancos de pesca, suelo y tierras cultivables.
El Protocolo de Montreal de 1987, sobre sustancias que afectan la capa de ozono, fue otro tema importante. Alcanzó niveles muy altos la reducción de la capa de ozono, que protege la vida de la luz ultravioleta. Debían rebajarse las concentraciones de dióxido de carbono, principal gas vinculado al recalentamiento global, y de gases de efecto invernadero. En 1997 los países industrializados adoptaron el Protocolo de Kioto para reducirlas.
A diferencia de Latinoamérica, China ha desarrollado estrictas políticas ambientales. Un aspecto clave es la conservación de los bosques, acelerando la reforestación. El Gobierno asigna un presupuesto para crear bosques ecológicos, se populariza la plantación voluntaria para que cada persona plante de 3 a 5 árboles al año y se exhorta a contribuir a las entidades empresariales y sociales creando bosques de valor económico, para el turismo y otros propósitos. Brasil, al contrario, ha privatizado y entregado selvas del Amazonas a la explotación comercial.
Drogas. Se trata de un flagelo que azota al mundo y en especial a nuestros países, con un elevado número de jóvenes desempleados, que por influencia de las drogas se transforman en delincuentes. En cada caso se toman medidas diferentes para combatirlo. En Bolivia y Colombia se disminuyen las plantaciones de marihuana y coca. En otros paises persiguen su comercio y transporte, pero los resultados no han bastado y el problema sigue casi igual.
China ha conseguido mejores resultados. El Gobierno libra una campaña nacional. Ha cortado el paso y trasbordo de drogas en Kunming y Guangzhou y ha promovido la abstinencia forzosa entre los consumidores. Además, los organismos de seguridad pública revisan los lugares recreativos en que se consume droga y aplican fuertes medidas correctivas que han funcionado por la disciplina social del pueblo.
Turismo. Se trata de una actividad económica poco aprovechada tanto en China como nuestra región. El flujo de turistas es pequeño y no se conoce suficientemente su potencial. Empero, la Organización Mundial del Turismo (OMT) predice que el coloso asiático llegará a ser el mayor destino turístico del mundo y la cuarta mayor fuente de turistas. Unos 100 millones de chinos viajarán al extranjero hacia el año 2020. Gracias a la mejoría del nivel de vida y a la prosperidad del sector turístico, cada día más chinos vacacionan en el extranjero: unos 20 millones en 2003, casi 22% más que el año anterior.
Los chinos cuentan con autorización para viajar a naciones a los que el Gobierno concede el estatus de «país aprobado» (EDA). Hasta la fecha se han suscrito acuerdos con 73 países y regiones, incluyendo Cuba, Brasil y Argentina. También concedieron el EDA a México y Chile, con los que firmará los acuerdos respectivos en los próximos meses. Aunque no basta contar con el EDA, se deben promover activamente nuestras riquezas turísticas; para ello, nada mejor que asignar un agregado de turismo en las embajadas.
Religión. Los chinos son agnósticos y no aceptan credos religiosos cuyas autoridades estén en Occidente porque pervierten sus valores y afecta su cultura. De allí que persigan a los miembros de la Iglesia Católica Romana.
La constitución autoriza distintas religiones, siempre y cuando estén registradas, pero persigue y encarcela a los feligreses de cualquier credo y secta que no permita el PCCh. Entre ellos, los 16 millones de católicos. Al menos 10 obispos y 25 sacerdotes y seminaristas se encuentran en prisión, en campos de trabajo o bajo arresto domiciliario, la mayoría en Hebei, centro neurálgico del catolicismo chino.
Cuando los dirigentes de países de mayoría católico se reúnen con sus contrapartes chinas, deberían insistir en la libertad religiosa. Tema por otra parte nada fácil porque el Vaticano sostiene relaciones diplomáticas con Taiwan.
Para terminar, menciono otra noticia que une a China con nuestros pueblos futbolizados. En junio pasado, tras un análisis riguroso y debates académicos, 36 expertos en historia deportiva, arqueología y cultura de China concluyeron que el fútbol nació hace 2,300 años en Linzi, antigua capital del reino. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que se hallaba en Pekín para participar en la ceremonia inaugural de la Copa de Asia, reconoció el hecho en un discurso allí mismo.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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