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Cuando la lógica de la noticia devora a la realidad

La lógica de la noticia implica, entre otras, dos premisas: que los ciudadanos esperamos forzosamente nuestra ración informativa y que los medios han de amortizar los gastos de su montaje y operación, procesando y vendiendo a los anunciantes el tiempo que su público dedica a esa cuota diaria de informaciones.
Esto implica que hay conseguir noticias, aunque en ocasiones no las haya y que deben ser llamativas, aunque por su naturaleza no lo sean. Pero resulta que la verdad, que también tiene su lógica, no lleva el mismo ritmo de celeridad e inmediatez de la noticia. Ni se pueden entender todas las realidades con base en los hechos evidentes, ni explicar su contexto e implicaciones en unos cuantos minutos. Por eso, con mucha frecuencia, la lógica de la noticia y la lógica de la verdad chocan o una devora a la otra.
Los altibajos de la salud del Papa lo pusieron en evidencia. Sus ingresos al hospital «obligaron» a los medios a enviar precipitadamente a sus comentaristas «estrella» con el anhelo de cubrir en vivo su probable fallecimiento, y a ir y venir entre Roma a México, con el riesgo de semejar buitres sobrevolando a su presa.
Encontrarse con que toda la información religiosa y médica se canaliza a través de un solo vocero que no emite ni siquiera un comunicado noticioso cada día, sino cada 2 o 3 (la recuperación de un enfermo no es asunto rápido ni espectacular) ha trastornado esa lógica de la noticia y llevado a muchos comentaristas a especular, a echar mano de lo que sea, con el afán de encontrar «nota». Que si el Papa debería renunciar, que si su lucidez es ficticia, que si se oculta o tergiversa la información… Los corresponsales, los enviados especiales, deben justificar su paga.
Con la evolución tecnológica la información gana en cantidad e instantaneidad, pero pierde en calidad.  ISTMO aborda en este ejemplar aspectos de la manipulación a través de los medios.  Ser consciente  de algunas estrategias no la impiden, pero al menos nos previenen.
Sin embargo, no es fácil modificar o corregir este proceder. Decía Chesterton: «No anunciamos con carteles luminosos que un hombre no se ha caído de un andamio. Con todo, este último hecho es en el fondo más emocionante, en cuanto indica que un hombre, animada torre de misterio y terror; todavía se tiene en pie. (…) No puede esperarse razonablemente que el periodismo insista sobre los milagros permanentes. (…) No pueden publicar las venturas de toda la humanidad. No pueden contar los tenedores que no se roban, ni los matrimonios que no se disuelven judicialmente. De ahí que toda su pintura de la vida sea necesariamente falaz».

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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