Breve historia de Inglaterra
G.K. Chesterton
Testimonio
El Acantilado. Barcelona, 2005. 249 págs.
Se puede escribir historia sin fechas, aunque parezca increíble. Y no podía ser otro que el genio de la paradoja, G. K. Chesterton, quien produjera una obra donde las referencias cronológicas de los últimos dos mil años de la actual Gran Bretaña brillan por su ausencia. Esta carencia, excepcional en libros de su género, no afecta a su precisión, sino que, como afirmaría su «enemigo» dialéctico Bernard Shaw, Chesterton fue el «más conciso y a la vez más completo historiador que este país desamparado pudo encontrar».
Si la historia, parafraseando a Bloch, no es más que el presente comprendido en profundidad, no cabe la menor duda de que el autor del padre Brown lo consigue. Va al fondo de las cuestiones: quiénes son y por qué son como son los anglosajones en los albores de la Gran Guerra (1914-1919), momento en el que salió a la luz el libro. De forma sencilla y profunda a la vez, Chesterton nos lleva de la mano al explicarnos el porqué de la importancia del rey Arturo, de Ricardo Corazón de León, de Cronwell o de la Reina Victoria.
Un hilo conductor recorre toda la obra: la religión es el factor fundamental en la formación del carácter de una nación, no sólo de la inglesa sino de todas las culturas. Quizá una pequeña cronología de la historia de Gran Bretaña a mano no estaría de más para entender algunos pasajes.
G.K. Chesterton
Testimonio
El Acantilado. Barcelona, 2005. 249 págs.
Se puede escribir historia sin fechas, aunque parezca increíble. Y no podía ser otro que el genio de la paradoja, G. K. Chesterton, quien produjera una obra donde las referencias cronológicas de los últimos dos mil años de la actual Gran Bretaña brillan por su ausencia. Esta carencia, excepcional en libros de su género, no afecta a su precisión, sino que, como afirmaría su «enemigo» dialéctico Bernard Shaw, Chesterton fue el «más conciso y a la vez más completo historiador que este país desamparado pudo encontrar».
Si la historia, parafraseando a Bloch, no es más que el presente comprendido en profundidad, no cabe la menor duda de que el autor del padre Brown lo consigue. Va al fondo de las cuestiones: quiénes son y por qué son como son los anglosajones en los albores de la Gran Guerra (1914-1919), momento en el que salió a la luz el libro. De forma sencilla y profunda a la vez, Chesterton nos lleva de la mano al explicarnos el porqué de la importancia del rey Arturo, de Ricardo Corazón de León, de Cronwell o de la Reina Victoria.
Un hilo conductor recorre toda la obra: la religión es el factor fundamental en la formación del carácter de una nación, no sólo de la inglesa sino de todas las culturas. Quizá una pequeña cronología de la historia de Gran Bretaña a mano no estaría de más para entender algunos pasajes.