Como señala el autor, este libro procura «conocer la forma como se define a cada tipo de institución financiera», sus funciones y operaciones «con sus particulares características, (?) las particularidades de los distintos tipos de crédito que pueden otorgar, o de los instrumentos mediante los que pueden captar recursos monetarios, denominados como papeles de deuda, y los lineamientos generales bajo los cuales se debe administrar a cada institución».
El texto se orienta a profesionales y universitarios de áreas contable-económico-administrativas y pretende fundamentar como referente lo relacionado con los mercados de dinero y capitales y su vinculación con el sistema financiero mexicano; sin embargo, resulta interesante como fuente de consulta para cualquier persona interesada en el tema.
De incuestionable aplicación práctica, el texto, incluye un sumario de las leyes que rigen al sistema financiero mexicano; precisa con claridad el marco conceptual en que se desarrollan las instituciones, los instrumentos disponibles y las actividades e instrumentos más significativos que emplean las autoridades para supervisarlo y vigilarlo.
Por tratarse de un tema tan vasto, se ha omitido algún concepto importante, como el arrendamiento puro, operación regulada por las «Reglas básicas para la operación de las arrendadoras financieras», publicadas en el Diario Oficial de la Federación. El libro comprende dos capítulos: el marco legal y el normativo del sistema financiero mexicano. El primero desarrolla temas como el objeto de la ley y de las entidades financieras, sus operaciones, órganos ejecutivos y administrativos, requisitos de constitución, asociación y liquidación, al igual que algunas funciones de los organismos de gobierno encargados de su supervisión y vigilancia.
El segundo capítulo aborda una selección de funciones de las instituciones que regulan el sistema financiero, sus operaciones, órganos administrativos, facultades y órganos consultivos.
Valdría la pena agregar aspectos fundamentales de la ley orgánica, funciones y operaciones que pueden realizar las principales instituciones de banca de desarrollo e integrar los más importantes fideicomisos públicos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico, con lo que contaríamos con una obra de amplia difusión.
Esto no disminuye la importancia del tomo que deberá revisarse a principios de cada año para adicionar o modificar artículos y disposiciones que hayan reformado los legisladores o las autoridades del sistema financiero mexicano.