Suscríbete a la revista  |  Suscríbete a nuestro newsletter

Testimonios

MAESTRO, AMIGO, LÍDER Y COMPAÑERO

A través del tiempo he conocido y tratado a muchas personas. He observado sus trayectorias, virtudes, errores, defectos, ideales y logros. Les he aprendido y, probablemente, algo habrán aprendido de mí. Pero hablar de un ser extraordinario que ha cruzado por nuestro camino, es tarea muy difícil. Faltan palabras para expresar la grandeza de alguien que aunque ha recibido innumerables reconocimientos, ha sabido esconder sus cualidades extraordinarias en un vivir y actuar en un marco de sencillez.
La mente de un hombre superior está siempre en constante desarrollo y en armonía con los valores y principios éticos, fundamento para tomar las decisiones del día a día que van delineando su proceder y su razón de ser, al asumir los compromisos.
Su comportamiento íntegro y honesto va creando cimientos de confianza en quienes le rodean y, al tratarlos con respeto, tolerancia, generosidad y espíritu grande, se convierte en líder y modelo a seguir, incapaz de engañar y mucho menos defraudar a los demás.
Su actuar siempre responsable, a través de la autodisciplina y esfuerzo propio, generan la fortaleza y eficacia necesarias para desempeñar sus labores; proyecta optimismo y confianza en el propio potencial, que va desarrollando al máximo y se refleja en los impresionantes resultados en todas las áreas: personal, académica, directiva, empresarial, editorial, etcétera. En paralelo, propicia el desarrollo del potencial de todos los que le rodean creando un clima de colaboración hacia todos los demás.
Su aprendizaje permanente le da creatividad e iniciativa para poner en marcha nuevas formas de trabajar, de organizarse y organizar, para alcanzar las metas que se propone.
Todo este actuar se finca en dos virtudes características: humildad y firmeza. Humildad, que no es apocamiento, sino reconocer las habilidades y limitaciones propias y firmeza, que no es el endurecimiento estéril, sino fortaleza de carácter para acometer lo que conviene, con una perseverancia que supera los obstáculos.
Predicar con el ejemplo es la parte más difícil del actuar humano, porque ser congruente con uno mismo y con los demás, requiere de todas las cualidades mencionadas y refleja la verdadera esencia. Ningún discurso, por bueno que sea, puede rendir frutos si no le sigue un actuar congruente. Es una responsabilidad ante nosotros mismos y ante los demás.

En fin, cuando todas esas cualidades se practican durante toda una vida, sólo queda admirar y seguir a ese hombre que es Carlos Llano, gran maestro, mejor amigo, líder y compañero, a quien se rinde -y me uno plenamente- un merecido homenaje.
Carlos Acedo Valenzuela. Cofundador y Director General del IPADE de 1971 a 1980, Actual Secretario General del INFONAVIT

 

«APRENDISTE MUCHO GRACIAS A DON LLANO»

Siempre he dicho que el doctor Llano es un hombre fuera de serie. Para mí fue un privilegio trabajar con él más de 13 años. Es una persona muy organizada, con inmensa capacidad de trabajo, inteligente, enérgica, humana y con un gran don de gentes. Recordaba, perfectamente detalles de comunicaciones de años muy anteriores, saludaba por su nombre a toda la gente que trabajaba en la UP.
Ciertamente fueron años muy difíciles por la carga de trabajo que generaba: más de 120 cartas para mecanografiar a la semana, además sus conferencias, agenda, viajes, llamadas, etcétera. Lo apoyábamos varias secretarias y aún así varias veces estuve a punto de renunciar por exceso de trabajo, pero me iba de vacaciones, y al regreso? ¡ya ni me acordaba! ¿Era su don de gentes?, ¿su entusiasmo por el trabajo? ¿el que yo podía ayudar con un granito de arena?… Creo que todo influía para que regresara con muchas ganas al trabajo. Esos 13 años se pasaron muy rápido y lo mejor fueron las enseñanzas que recibí de él. Mi mamá siempre me dice: «tú aprendiste mucho gracias a Don Llano».
Josefina Agüero Hernández. Secretaria de Carlos Llano de 1980 a 1994

 

UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN

Pergeñar unas líneas de reconocimiento a la ingente labor del profesor Carlos Llano es un placer y una enorme responsabilidad. Uno siente la impotencia de la palabra para expresar la vastedad de ideas y sentimientos que afloran al embrujo del maestro y colega amigo. Consciente de que su realidad vital ?empresario, directivo, docente, investigador, prolífico escritor? es más amplia y rica que la descripción del que intenta trazar un retrato, apunto aquí unas breves pinceladas.
Carlos Llano es un hombre que aúna variedad de tareas, habilidades y compromisos, con rigor y densidad de pensamiento. A sus dotes de gestor sólido y prudente, suma un carácter emprendedor que le invita a proponer y realizar iniciativas «impensables». Siendo un directivo sensato, es un visionario ocurrente. Se trata de un tandem sólo alcanzable para consumados equilibristas.
Hay dos facetas de su trabajo en las que le he tratado más. Desde el punto de vista de la enseñanza, estamos ante un «animal» pedagógico. Es un maestro en el más amplio y noble sentido de la palabra. Con su leguaje fácil y llano, hace honor a su apellido, desata nudos en la urdimbre mental y emocional interior del alumno, para que este se enfrente a su mejor destino. Como todo profesor enamorado de su vocación-profesión, ata la libertad y la exigencia con la ternura y el afecto, logrando una mezcla explosiva para sus interlocutores.
En su condición de escritor, he de confesar que no soy imparcial. He leído, pensado, subrayado, prácticamente toda su producción literaria. Nunca le he estudiado sin garabatear en los márgenes del libro de turno las reacciones que su texto provocaba en mí. Con él, leer es charlar. Siento que a través de sus páginas, lector y autor entablan una fecunda y desafiante relación epistolar.
Creo que él no es consciente del enorme impacto que tiene en tantos y tantos lectores agradecidos. Cómo ha manejado esa creciente influencia social, es uno de sus mejores logros. A guisa de ejemplo, su último trabajo sobre la humildad, debería ser una lectura obligada para tanto directivo fatuo y narcisista que vende recetas y pócimas de management falsas e inexistentes.
Por último, el profesor Llano es fundamentalmente, una buena persona. Un hombre cabal, íntegro, amigo de sus amigos, que se ha consagrado con ilusión, paciencia, tesón y sentido del humor al sublime empeño de ser persona de bien. Es indudable, y a las pruebas que me remito, que ha triunfado en toda regla. Desde mi Madrid del alma, cerca de un país hermano y querido, México, enhorabuena, maestro.
Santiago Álvarez de Mon. Profesor del IESE, Universidad de Navarra

 

CARÁCTER AFABLE Y ENÉRGICO

Conocí al doctor Llano Cifuentes un poco antes de inscribirme en el Programa AD-2 del IPADE en 1969. Desde un principio me sentí atraído por su personalidad tan excepcional, de la cual puedo subrayar su carácter afable y cariñoso junto con un carácter enérgico y a veces hasta agresivo.
Como ingeniero químico, para mí fue muy valioso revisar temas de Relaciones humanas; Economía; Finanzas; Planeación estratégica… Los cursos que impartía Carlos eran, además de amenos, extremadamente motivadores.
Después de terminar el curso, permanentemente he participado en los programas de continuidad por lo que he visto como el doctor y el IPADE, se han superado año con año en todas las áreas de humanidades, filosofía y administración de empresas.
Me alegra este merecido homenaje y me uno con entusiasmo a los múltiples aplausos que sin duda recibirá por su enorme capacidad como maestro y su dedicada entrega, bondad y simpatía. Especialmente le agradezco su amistad, que nos ha hecho partícipes tanto a mí como a mis hijos, que también lo estiman y admiran mucho. ¡Enhorabuena Carlos!
Ignacio Aranguren Castiello. Participante IPADE, 1969 Presidente y Director General de Arancia Industrial SA de CV 75

 

AÑOS DE FRUTOS

Conozco muy poca gente, posiblemente ninguna, que tenga 75 años de frutos tan opimos y brillantes como los que tiene mi amigo Carlos Llano. Si los enumero, se me escaparía alguno; si los describiera, posiblemente me quedaría corto; pero si me dedicara a recordar, lo haría para traer a mi disfrute algunas experiencias que he tenido con Carlos desde que nos conocimos.
El viaje a Roma, a Barcelona, a Pamplona, lleno de sorpresas, iniciativas y, lo más importante, de intenciones para incidir a través de la docencia en la preparación profesional de los empresarios.
Haber compartido con Carlos área, temas y propósitos en el IPADE me ha dejado recuerdos imborrables y de alguna manera intransmisibles. A pesar de los nueve años que le llevo de ventaja aprendí muchísimo de él en todos los terrenos.
Carlos, como tu misión en la vida es enseñar y ayudar al desarrollo de la mente, del espíritu y del alma, que Dios te dé muchos años más.
José María Basagoiti Noriega. Profesor del área de Factor Humano en el IPADE. Presidente del Consejo de Administración de la empresa agrícola y ganadera San Ignacio de Loyola

 

EN EL INICIO DE MUCHOS PROYECTOS

En 1966 Manuel Senderos Irigoyen, mi socio, me invitó al patronato del colegio Cedros. Desayunábamos en el University Club de Reforma y junto a mí se sentaba Carlos Llano. Desde entonces nos hicimos buenos amigos. Ese Patronato, formado por empresarios, veía que las empresas no crecían, no por falta de oportunidades, sino por falta de preparación de nuestros directores.
Entonces el grupo se dividió en dos, los padres de familia se quedaron en el Cedros y los empresarios iniciamos un proyecto, liderado con mis dos amigos Carlos Llano y Manuel Senderos, para fundar una escuela de negocios.
La primera y más famosa escuela de negocios era Harvard Business School. Fuimos y nos dijeron que ellos habían iniciado hacía 60 años y que nadie tenía frescos los inicios, pero nos recomendaron el IESE en Barcelona que había iniciado hacía nueve años y contaba con el apoyo de muchos doctores de Harvard. En esa época, la imagen de los negocios en España se veía anticuada, sin embargo, fuimos y encontramos un grupo muy dinámico que puso dos condiciones: enviar a dos profesores a México para confirmar si había la oportunidad, y que los promotores fuéramos profesores de tiempo parcial. Vinieron y vieron que en la ciudad de México se concentraba más de 50% de los negocios nacionales… y aceptamos la ayuda.

Los siguientes pasos liderados por Carlos y Manuel fueron:

  • Elegir al grupo de profesores de tiempo completo y mandarlos al IESE en Barcelona para que se entrenaran en el método del caso, incluyéndonos los promotores para que lo conociéramos bien.
  • Buscar una sede, que fue la ex hacienda de Clavería y acondicionarla de acuerdo a los planos de Harvard y el IESE y ayudados por el buen gusto de don Pedro Casciaro.
  • Buscar a los primeros participantes, directores de empresa exitosos, con al menos cinco años de experiencia y que representaran más del 50% del capital empresarial del país.
  • Contratar a cinco profesores de Harvard y formar el comité asesor gracias a las recomendaciones de George Moore presidente de City Bank de Nueva Cork, muy amigo mío y de Manuel Senderos.

Milagrosamente, en menos de 10 meses iniciamos el curso de Alta Dirección que no fue sino el inicio de muchos otros proyectos como el Colegio Cedros y la Universidad Panamericana.
Gracias a Carlos y a todo el equipo de colaboradores, y gracias a Dios, en estos 40 años hemos visto sus frutos. Hemos colaborado en muchos proyectos siguiendo su amistad y apoyo en momentos difíciles como la muerte de seres queridos. La amistad de Carlos es una de las que más aprecio.
Eneko Belausteguigoitia A. Cofundador del IPADE. Directo General Grupo Beta San Miguel.

 

ILÓGICA FUNDACIÓN DE UNA UNIVERSIDAD

En 1952, don Ismael Sánchez Bella, doctor en Derecho y catedrático en Argentina, recibió de Josemaría Escrivá de Balaguer la encomienda, un tanto ilógica, de echar a andar en Pamplona la Universidad de Navarra.
Para tal efecto, llegó a Pamplona el 16 de julio y con visión optimista comenzó a solucionar los tres problemas que enfrentaba: conseguir las instalaciones, conseguir alumnos que se inscribieran a la escuela de Derecho y conseguir cuatro catedráticos, porque uno ya lo tenía: él mismo.
Así inició lo que después se conoció como un «docto encierro» a decir de los pamplonicas que vieron por las calle del casco viejo a catedráticos y alumnos desfilando en sentido inverso al encierro de los toros, que hace que Iruña sea conocida en el mundo entero.
En 1978 tuve la suerte de convivir con don Ismael en la ciudad de México. Recuerdo un día de verano en que durante la mañana presidió el vicerrector de la Universidad de Navarra una sesión con los profesores de la escuela de Derecho de la Universidad Panamericana. En la sesión, su entusiasmo y optimismo nos hizo soñar con proyectos y metas, muchas de las cuales con el tiempo han sido realizadas.
Al terminar, me pidió que lo acompañara a un recorrido por el centro de la capital. Allí, surgió un diálogo que a pesar del tiempo no he podido ni querido olvidar:
-No sabes cómo admiro el trabajo que estáis haciendo en la Universidad Panamericana y la visión que tuvo Carlos Llano, a pesar de las incomprensiones y hasta burlas que pudiera haber recibido de doctos académicos, que pensaron y aun dijeron que esa no era la manera de echar a andar una universidad.
-Don Ismael le agradezco el cumplido, pero caiga en cuenta que estamos solos y ya no necesita decir eso. Estuvo bien hacerlo antes para animar a los profesores, pero decirlo ahora es demasiado.
-No Juan, lo digo de todo corazón. La visión que tuvo al plantear el nacimiento después de haber comenzado con gran fuerza una escuela de negocios, es algo que en la lógica academicista no sólo no cuadraba sino que se consideraba un absurdo destinado al fracaso.
“Cuando llegué a Pamplona a echar a andar la universidad había cuando menos 20 catedráticos preparados en la investigación, la docencia, el estudio y la cátedra, deseosos de apoyar la iniciativa. En México no tenéis esa tradición universitaria; todavía no hay interés por dedicar toda la vida y los esfuerzos a hacer una carrera como catedráticos de universidad, por ello creo que su visión fue genial dadas las circunstancias a finales de los sesenta”.
Estos conceptos vertidos un mediodía, resumen la visión de un hombre que a partir de la generación de una escuela de negocios, echó a andar toda una universidad.
Carlos Llano es dueño de un cúmulo de virtudes excepcionales que le hicieron instrumento idóneo para comenzar dos instituciones hermanadas con características muy específicas. Su categoría intelectual nadie pone en duda: filósofo y humanista de vocación con una inteligencia privilegiada desarrollada a base de incansable estudio.
Su gran capacidad para la especulación filosófica no se quedó en las aulas, la formación empresarial recibida de su padre y el entendimiento de las relaciones económicas, financieras y humanas que juegan en la empresa, conjuntaron una personalidad difícil de integrar, que para beneficio de la Universidad Panamericana y del IPADE, se da en su misma identidad.
La mente académica, formativa, investigadora y educadora de Carlos Llano se conjugó con su talante pragmático, cuidado de los detalles y visión financiera exitosa, para dar como resultado la institución de la que don Ismael mostró su sorpresa y su admiración.
Sirva este comentario para recordar la génesis de nuestra Universidad, sin dejar de considerar a otros actores determinantes, como Gonzalo Ortiz de Zárate, Ernesto Aguilar-Álvarez, Juan Soto, Alberto Pacheco, Mary Pliego, Gabriel Castellanos, Salvador Mier y Terán y José Arce, entre otros.
Juan de la Borbolla R. Director Adjunto a Rectoría, UP Campus Guadalajara

 

¿UN FILÓSOFO DEDICADO A LOS NEGOCIOS?

Por muchos años he tenido la suerte de trabajar con Carlos Llano. Le conocí en 1959 en la Ciudad de México, al poco de haber vuelto, después de los años que vivió en España y los que pasó en Roma al lado de san Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei. Por entonces ya había obtenido el grado de doctor en Filosofía.
En aquellos ya remotos años compaginó muy bien su dedicación a la enseñanza de temas filosóficos con una actividad empresarial. Fue Director General de «La Suiza», compañía dedicada a la fabricación y venta de chocolates, que dirigió con acierto y donde mostró su capacidad empresarial que a los pocos años aplicó con éxito en el IPADE.
Durante su estancia en México en 1970, Josemaría Escrivá se reunió con empresarios del IPADE. En aquel emotivo encuentro se dirigió a Carlos, y poco más o menos le dijo que le debía un «desagravio público». Y nos explicó que cuando Carlos dejó Roma años atrás, donde había hecho su doctorado en Filosofía, y vino a México para trabajar en unos negocios familiares, le dijo en broma, refiriéndose a su profesión de filósofo -un muy probable obstáculo para hacer negocios- que todo el dinero que iba a ganar cabría en la palma de su mano y le sobraría sitio. Josemaría, mirándole con cariño, le tendió la mano abierta, invitándole a depositar allí lo que había ganado. Carlos se levantó, muy seguro, tomó la mano de san Josemaría y le estampó un beso. La ovación de todos los asistentes fue instantánea y unánime.
Desde el principio de su trabajo en el IPADE se supo ganar el aprecio y la admiración de consejeros, directivos, profesores y participantes de los muchísimos cursos que ha impartido como director y profesor del Área de Factor Humano. Años más tarde, ya como rector de la Universidad Panamericana y del IPADE, mostraría también sus cualidades en el ámbito universitario.
He colaborado con él en muchos consejos de labores educativas y sociales y he podido comprobar su capacidad intelectual y dotes humanas. Es justo mencionar la ayuda que proporciona a todos los que trabajamos con él, y su fortaleza y energía en los casos que lo ameritaban.
Pienso en Carlos como un hombre de enorme simpatía, que sabe querer a la gente, de inteligencia penetrante y dotado de muchas otras cualidades: fortaleza, lealtad, generosidad, aprovechamiento del tiempo? Es de sobra conocido su prestigio ante empresarios e intelectuales, del que seguramente otros muchos podrán testimoniar.
Adrián Galván Torres. IPADE AD-2 1968-69


CUATRO DÉCADAS DE CONVIVENCIA

En 1969 ocurrieron dos sucesos que han influido en mi vida de manera fundamental. El primero fue mi ingreso al programa AD-2 del IPADE y el segundo, conocer allí a Carlos Llano, profesor y fundador del instituto y poco después de la Universidad Panamericana.
Desde un principio se mostró como el hombre brillante y talentoso que es, con enorme habilidad para transmitir sus conocimientos humanísticos y enseñanzas practicas en materia empresarial, con una visión trascendental en lo social, y los principios morales. Con el tiempo, lo invitamos como consejero de nuestra empresa familiar y sus consejos han tenido para nosotros una importancia perdurable.
En la actualidad tengo el privilegio de trabajar con él en el Consejo Superior del IPADE y la Universidad Panamericana, y este tiempo en el cual compartimos un sinnúmero de experiencias es por demás enriquecedor de mente y espíritu. No es fácil, reconocer la vida y obra de un hombre pero, me atrevo a afirmar que lo considero el alma y el corazón de nuestras instituciones.
Hoy tras casi cuatro décadas de convivencia puedo decir que además de gran maestro, es en lo personal, un gran amigo.

Carlos Gaciarce Ramírez. Presidente de Consorcio AGA Presidente del Consejo Superior del IPADE y la UP

 

SU SENTIDO DEL HUMOR HACE TODO MÁS CÁLIDO

Con Carlos Llano he tenido una relación de amigo, es el tipo de persona que aunque no nos vemos con frecuencia, nos entendemos con la mirada, rápido y con franqueza. Sé que cuento con él para todo y especialmente para recibir consejos sabios. Además, aprecio mucho su sentido del humor que hace que se vea todo en proporción más humana y cálida.
Creo que su liderazgo en el ámbito educativo ha sido muy importante, especialmente en la formación integral de personas para las empresas.
Envío a mi querido amigo Carlos, una felicitación por sus 75 años y por su trayectoria, que es la de un hombre querido, respetado y admirado.
Carlos Gonzalez Zabalegui. Presidente de Controladora Comercial Mexicana, S.A. De C.V.

 

LÍDER CON CABEZA Y ACCIÓN

La primera pregunta que viene a mi mente es ¿qué representa Carlos Llano para mí? Y me encuentro con cientos de respuestas, pues ha sido amigo, compañero, maestro y consejero en el andar compartido.
Es un hombre que mantiene a su niño interior espontáneo y lo hace evidente en su plática, en sus clases y discursos llenos de matices de excepcional sentido del humor, inyectados de la simplicidad de la vida cotidiana, escritos para el oído y dichos para el corazón.
Ser que vive en plenitud y disfruta su relación con los demás. El amigo ideal que escucha, impulsa, acompaña, orienta, que está, que ama y que arrasa con su ejemplo de congruencia.
Como filósofo, proporciona herramientas para observar la vida desde diferentes perspectivas, con la palabra o la frase precisa para dar luz. Ante una pregunta, va más allá, la concatena a una respuesta integral del hombre, no lo aísla, ni segmenta; lo integra, lo lleva del pensamiento propio al aprendizaje con los demás, a la formación del ser, del carácter, la voluntad y el espíritu.
Cree en la empresa y el empresario y da pautas éticas para que apuesten por el hombre. Lanza retos e influye en cada persona que se acerca a él. Es fuente de inspiración, líder con cabeza y acción. Gracias, Carlos, amigo y compañero.
Ary Kahan. Miembro del Foro Económico Mundial de Davos

 

MI MÁS ENTRAÑABLE AMIGO

He tenido el privilegio de tratar al doctor Llano por casi medio siglo. Primero como profesor en el IPADE, después como consejero. Ha sido para mí como un hermano mayor, mi mentor, consejero y con mucho, al que más confianza he tenido. Conoce de mis problemas empresariales y personales, lo considero mi más entrañable amigo.
Maestro de muchísimas generaciones, imparte su cátedra con cultura y agilidad, llena de anécdotas y salpicada de gracia que la hace única e inolvidable. Ha destacado como asesor de innumerables empresas. Sus consejos siempre apegados a la más estricta ética contienen la experiencia de muchos años al frente del IPADE, institución que dirigió hasta convertirlo en la más prestigiada institución de enseñanza superior en su ramo.
Humanista y vehemente defensor de la dignidad, es admirable en muchas vías: como escritor, filósofo, académico y como consejero. Sin embargo, mucho más admirable como hombre. Su gran calidad humana hace que se le quiera más cuanto más se le trata. Carlos es uno de los hombres más sencillos, abiertos y generosos que he conocido. Creyente y practicante de los más altos valores, su vida entera es un ejemplo a seguir.
José Lanzagorta Rozada. Presidente de Asesoría y Gerencia Empresarial S.A. de C.V.

 

UNA LARGA AMISTAD

Conozco a Carlos Llano desde 1966 cuando fundamos IPADE y me precio de ser su amigo desde hace 40 años.
Carlos es una persona de inteligencia privilegiada, capacidad de comunicación excepcional, de energía inagotable, espíritu de empresa envidiable y, más que nada, de un gran corazón que abarca muchos amigos. Se da como persona y consejero en forma entusiasta e indiscriminada. Siempre está listo para responder a una necesidad espiritual y sus consejos son siempre acertados. Ojalá México tuviera más Carlos Llanos y ojalá hubiéramos estado más cerca para enriquecernos de su espíritu y consejo. Esta reflexión me lleva a pensar que no es tarde para hacerlo, ya que tenemos a Carlos para muchos años más.
Antonio Madero Bracho. Director General de San Luis Corporación

«¿OTRA VEZ AMIGOS?»

Era apenas alumno de preparatoria y jugaba un partido de futbol al lado de un hombre de treinta y pocos años que desbordaba pasión en cada movimiento, atacaba como un miura y contagiaba a sus compañeros durante todo el juego. Alguien me lo presentó: era el doctor Carlos Llano, filósofo, director de la revista istmo y consejero de diferentes empresas.
Poco después asistí a una conferencia que impartió, recuerdo su energía, su lenguaje preciso, culto, rico y, al mismo tiempo, sencillo y accesible, su sentido del humor y su disponibilidad dentro y fuera del aula para comentar todo tipo de dudas. Ahí tomé conciencia de su magnetismo con todo el mundo, en especial con los jóvenes. Más adelante, siendo universitario, me invitó a trabajar en el IPADE -aunque no directamente con él-, donde pude conocer a fondo su rica personalidad. Me sorprendió que destacados empresarios de México, muchos mayores que él, le trataban con enorme respeto y cariño, de igual a igual. Carlos Gutiérrez Nieto, Agustín Legorreta, Gastón Azcárraga, José María Basagoiti… se contaban entre sus alumnos y amigos.
Filósofo eminente, empresario destacado, escritor prolífico, amigo entrañable? No es fácil hablar de una sola de sus facetas, porque se entrelazan y bifurcan. Pero su rica y versátil personalidad es punto central de cualquier comentario.
Por ello, me referiré a la relación que he llevado con él por casi 40 años. Lo he conocido como jefe directo, como mi mentor en cuestiones laborales, pero también como amigo y confidente. Se le puede definir con dos palabras: congruencia y constancia, que además se reflejan en sus líneas de investigación filosófica y empresarial y en su currículo de trabajo. Ha sabido emplear su inteligencia en actividades de diferente calibre y en todas ha brillado.
Es difícil compaginar las mil y un actividades que llenan su apretada agenda y no perder la cordura, ni el sentido humano, pero se da el tiempo para atender a todo el que lo busca, y el lapso que dura la entrevista -mucho o poco- uno tiene la plena conciencia de que es un tiempo exclusivo, donde te escuchan con absoluta atención.
En 1974 me invitó, junto con otros jóvenes profesionistas a colaborar en un proyecto visionario: transformar el Instituto Panamericano de Humanidades en una universidad de primer nivel, que más tarde cristalizaría en la Universidad Panamericana. Con pleno respeto a nuestra individualidad nos animaba a tener metas claras y elevadas, nos formaba con cariño, exigencia y seguimiento continuo tanto de los proyectos como del desarrollo personal.
A lo largo de esos veinte años, me llamó mucho la atención su compromiso y entrega a la UP, pero más la magnanimidad de metas e ideales, no obstante las limitaciones económicas de los inicios. Su ejemplo arrastró a todos, porque lo mismo hacía gestiones de alto nivel que daba una clase o recorría las instalaciones, dejándonos con una lista interminable de detalles que había que mejorar. Esa intensidad en el trabajo estaba siempre salpicada de detalles de buen humor, lo que aligeraba o rompía la tensión que las exigencias y su propia personalidad planteaban al equipo.
También nos enseñó cómo hacer mucho con poco en todas las áreas de la Universidad; daba ejemplo de sobriedad en su persona, en su auto y en sus gastos personales sin caer en la tacañería.
La mayor parte de sus colaboradores inmediatos, entre diez y quince años más jóvenes que él, cometíamos errores frecuentes por nuestra inexperiencia, que continuamente tenía que corregir. La expresión «¡Jesús!…» cuando me llamaba la atención se convirtió en un estribillo repetido por todos. Sin embargo, no recuerdo una sola ocasión en que después no haya ido a mi oficina para decirme «Discúlpame chico… ¿somos amigos otra vez?» y me tendía la mano.
Pero Carlos no es sólo un líder que marca el rumbo, también sabe seguir y acatar resoluciones. Siempre me impactó su docilidad. Era gratificante ver que aun con su experiencia y capacidad, en los despachos colegiados primero escuchaba atentamente nuestras propuestas y, cuando se aprobaban decisiones contrarias a su opinión, las aceptaba y hacía propias. Ese espíritu nos enseñó a vivir la colegialidad como la forma de gobierno propia de la universidad.
Con el paso de los años, no sólo ha ganado experiencia sino profundidad intelectual y altura humana. Pero me atrevo a decir que lo que más ha ganado son amigos, porque ha sabido ser amigo y mantenerse en estrecho contacto con todos sus colaboradores. Estoy seguro que en su cumpleaños 75 podremos hacer un recuento de los abundantes y estupendos frutos que su labor ha dejado pero, sobre todo, dar gracias a Dios por habernos permitido contar con su cálida y valiosa amistad.

Jesús Magaña Bravo. Rector de la Universidad Bonaterra


EN BUSCA DE LA EXCELENCIA

Carlos Llano, profesor por vocación, el mejor, actor extraordinario, elocuente, «teatral», con una entonación cambiante que va del susurro al grito logra la atención al 150%. Esta es la forma; en el fondo, conocedor profundo de los temas económicos y sociales basado en principios. Transmite su respeto a la persona, lo siente, lo vive. Incansable investigador; por eso sus innovaciones prácticas son constantes, aplicadas al medio empresarial.
Con su visión ha formado instituciones congruentes que multiplican el pensamiento de este sabio profesor en miles de alumnos. Líder en llevar a cabo lo que se propone buscando siempre la excelencia.
José Ignacio Mariscal. Integrante de la Comisión Ejecutiva de COPARMEX,y Presidente mundial de UNIAPAC

 

UN CORAZÓN ABIERTO A LA HUMANA DEBILIDAD

Cuando el elogio nace del cariño y del agradecimiento hace bien porque ayuda a cumplir el conocido dicho: «es de bien nacidos ser agradecidos». Además, cumple la enseñanza del profeta Isaías: «Decid al justo que lo hace bien». Es el caso del doctor Llano a quien tengo la suerte de conocer hace casi cincuenta años. Carlos es un humanista de los pies a la cabeza. Ha sabido combinar la teoría del filósofo profundo con la praxis que le coloca en primera línea como filósofo y pensador de la empresa. Pero de la empresa entendida como comunidad de personas, un hábitat de trabajo en colaboración, no sólo humanizante, sino personalizador.
Creo que tiene bien merecido el título de nuestro primer metafísico de la organización empresarial que supera con elegancia esa superficialidad característica de nuestros días, lo que M.F. Sciacca llamaba el «riesgo metafísico». En sus libros aprendemos a ejercitar las neuronas sin prejuicios ni limitaciones empiristas ni positivistas de ningún tipo. Con la voluntad, asiento de la libertad, aprendemos de la mano de Carlos, no a hacer lo que nos viene en gana, sino a realizar «porque nos da la gana» lo que debemos hacer.
En su «magisterio» no desdeña ni olvida los sentimientos. Tras los «gritos» y «puñetazos» en la mesa de sus conferencias se transluce un corazón abierto a la humana debilidad. Oír y leer al doctor Llano lleva a superar el racionalismo frío y destructor de la razón, el voluntarismo tiránico que debilita la voluntad, y aprendemos los nobles sentimientos que humanizan a la persona.
Pbro. Santiago Martínez Sáenz. Profesor de UP campus Guadalajara

 

MI AMIGO CARLOS

Conocí Carlos Llano cuando llegué al IPADE en 1969. Lo primero que me impactó fue su forma de impartir una clase amena, espontánea, cargada de humanismo empresarial y profundidad filosófica. Inmediatamente busqué su amistad y desde entonces ha existido un pacto de confianza y de servicio entre nosotros. Así descubrí las cualidades de su amistad: siempre incluyente; siempre empático y simpático; jamás deprimente o juez; un espíritu de servicio total. Aunque nos vemos pocas veces por sus muchas ocupaciones, en ocasiones nos hacemos encargos que siempre he procurado poner en primer lugar en mi agenda.
Carlos me invitó a ser profesor externo del IPADE. Una noche habló a mi casa y me pidió que le ayudara a buscar una sede para la Universidad Panamericana y que él rezaría. De momento me pareció que sería más fácil hacerlo al revés, que yo rezara y él buscara, pero luego me di cuenta que era mejor como él sugería. U
nas amistades, doña Tere Chancellor y doña Rosario Centeno, me consultaban sobre la conveniencia y los trámites para convertir en restaurante su hermosa casa, un antiguo convento de dominicos en Mixcoac. Como obtener la licencia para restaurante se dificultaba, se me ocurrió decirle a doña Tere que había un comprador para destinar la casa a Universidad. Ella lo pensó y cuando supo de quién se trataba estuvo de acuerdo. Resultó una muy hermosa propiedad que a instancias de Carlos se adquirió para hacer pareja con la otra casa del IPADE en Clavería
Pedí a la dueña que dejara las pequeñas esculturas de los ángeles que están en el jardín y otras cosas que había traído de sus incontables viajes al extranjero: una ventana de Perú, un pozo español de Ávila y dos chimeneas: una italiana y otra española.
Desde entonces, he dado clases en la Universidad Panamericana y, a instancias de Carlos estudié el doctorado en Filosofía en la Universidad de Navarra. Me presentó amigos, como los doctores Héctor Lerma y Jorge Morán, quien me orientó en la tesis; y después, en España, a su hermano Alejandro y a tantos otros, ayudas imprescindibles por las que estoy muy agradecido. Me parece que toda la familia Llano extrema la cordialidad, pues su hermana y madre, a quienes tuve el gusto de conocer en Madrid, son del mismo estilo, alegría y cordialidad.
José Morales Mancera. Participante IPADE. AD-2 1969-70 Director del Bufete Morales Mancera

 

LO MEJOR DE MI VIDA PROFESIONAL

La gratificante experiencia que he tenido a través de 22 años de compartir y aprender de quien ha recibido la misión de dirigir, ha sido lo mejor de mi vida profesional.
Su servicio a la sociedad, cordura y satisfacción plena de dar, me han hecho admirarlo y tener un deseo absoluto de seguir aprendiendo a su lado. Esta es mi recompensa y agradezco que me haya dado la oportunidad.
Alguien dijo que la grandeza de un hombre se mide por la grandeza de la verdad que profesa, por la grandeza del servicio que rinde, por la grandeza del destino que forja y de la vida que vive. Gracias.
Adriana Pérez de Pineda. Secretaria de Carlos Llano

 

TRABAJANDO CON ÉL APRENDÍ A TRABAJAR

Conocí a Carlos Llano en 1960, cuando estudiaba Ingeniería (aunque después me cambié a Economía). Fui su alumno en unos cursos de Filosofía y el trato con él y sus magníficas clases me cambiaron rotundamente, ya que en el estudio de la Filosofía encontré la respuesta a muchas preguntas existenciales que se plantea cualquier universitario.
Años después me invitó a formar parte del claustro de profesores de lo que sería el IPADE y se convirtió, sin duda, en la persona que más ha influido en mi vida profesional. Incluso, puedo afirmar que trabajando con él aprendí a trabajar. Es y ha sido para mí un hermano.
En el área de filosofía empresarial es difícil referir sus aportaciones de forma concisa. Su libro Análisis de la acción directiva, aunque es de los más antiguos, contiene los conceptos más importantes y Dilemas éticos de la empresa contemporánea es la mejor bibliografía para enseñar ética en la empresa.
No podría divorciar su aportación como filósofo de su aportación al mundo del pensamiento sobre la empresa y al papel que el IPADE ocupa en la sociedad mexicana. El hecho de que fuera su primer director y su líder formal e informal hasta la actualidad, ha sido determinante. Una gran aportación de Llano a la libre empresa es la relación que ha logrado entre la ética filosófica, la política empresarial y el factor humano; todo empapado por la ética.
Carlos Rossell A. Profesor emérito del IPADE


FINO E INGENIOSO SENTIDO DEL HUMOR

Alrededor de 1970 oí por primera vez de Carlos Llano, cuando mi padre tomaba uno de los primeros cursos del IPADE, y me habló de un profesor con una inteligencia fuera de serie, a quien llegó a consultar para afrontar aspectos de los negocios que en aquella época emprendía en Baja California.
En los siguientes años, llegaron a mí ocasionalmente grandes elogios al doctor Llano de varios de sus alumnos que me motivaron a adquirir algunos de sus libros. Más de 20 años después, cuando colaboraba con mi padre en la dirección del Núcleo Radio Mil, cursé el programa AD-2, y tuve oportunidad de acercarme a él y volverme su amigo. No solamente me parecieron extraordinariamente claras y elocuentes las ideas que transmitía en sus conferencias, sino que desde entonces he podido disfrutar con enorme gusto y provecho otras conferencias sobre temas filosóficos, siempre aderezadas con su fino e ingenioso sentido del humor y formidable presencia.
Tener a Carlos Llano entre nosotros es una enorme fortuna, pues su influencia entre las personas «de acción», como entre las «de pensamiento», ha permitido que muchos empresarios actúen de manera más ética, inteligente y solidaria en su vida personal y profesional, y que los pensadores influidos por él, piensen más clara y acertadamente.
Guillermo Salas. IPADE AD-2 1992-93


RESOLVER RETOS MAYORES

El inicio del IPADE presentaba retos mayores que fueron satisfactoriamente resueltos en sus primeros años de operación:

  • Había que formar el archivo de casos, en los cuales el «IESE» fue determinante.
  • Había que formar el cuerpo docente.
  • Había que convencer a empresarios de estatura para que tomaran los cursos.
  • Había que dejar clara la filosofía que se aplicaría a toda actividad de la institución.
  • Había que obtener los fondos para sustentar el proyecto.

A resolver todos estos retos y algunos más, fue Carlos Llano quien con su dinamismo, entusiasmo, capacidad, contribuyó en forma más importante que cualquier otro, y yo tuve la suerte de convivir con él en forma muy cercana en aquella época difícil pero llena de satisfacciones.
Manuel Senderos. Cofundador del IPADE Fundades de Grupo DESC

 

HOMBRE DE FE, MAESTRO Y AMIGO

Conocí a Carlos Llano a principios de los años sesenta cuando participó en la Conferencia de Organizaciones Nacionales. Recuerdo que intervino como director de la revistay me llamó mucho la atención lo directo, claro e inteligente de sus palabras.
Ya en 1969 en el IPADE tuve oportunidad de recibir sus espléndidas clases sobre alta dirección de empresas. Los alumnos le escuchábamos fascinados por su consumada habilidad para transmitir conceptos siempre bien articulados y desafiantes.
El mismo efecto ha tenido escucharle en varias conferencias por más de cuarenta años en la Unión de empresarios de México en su curso de Formación Social, mismo que por muchos años ha impartido con gran generosidad y una muy original presentación.
Con alguna frecuencia nos comunicamos para intercambiar preocupaciones o proyectos con relación a la empresa, la eficacia y la responsabilidad social, la sociedad y el bien de nuestro país. Siempre he recibido de él comprensión, simpatía y consejo.
Finalmente deseo concluir con la expresión de mi admiración y afecto por Carlos, hombre de fe, maestro y amigo.
Lorenzo Servitje S. IPADE AD-2 1969-70. Fundador de Grupo Bimbo


AYUDA A DESCUBRIR LAS POTENCIALIDADES

Conociendo la modestia de Carlos Llano sé que este homenaje que le hacelo pondrá incómodo; sin embargo, qué buena oportunidad de expresarle mi admiración, cariño y agradecimiento.
Tuve el privilegio de ser parte de la primera generación del MEDEX (Máster en Dirección de Empresa para Ejecutivos con experiencia) y conocerlo desde el primer día de clases. Maestro privilegiado en el conocimiento del hombre, con la virtud de la elocuencia. No sólo ilustra y convence en sus clases sino además arrastra a ser un mejor ser humano. Para mí su genialidad se manifiesta en que ayuda a los que le rodean a descubrir sus potencialidades trascendentales.
Afortunadamente va documentando sus conocimientos en su vasta obra literaria. Muy útil para consultar en momentos difíciles o importantes de la vida.
Antonio Taracena Sosa. Director General de Cementos Moctezuma

 

¿Y LOS GUATEMALTECOS Y LOS CHINOS?

Aun cuando no es difícil describir las cualidades, valores y virtudes del doctor Carlos Llano, conociéndolo, sé que no le agradaría, pues si a alguien no le interesa figurar o tener un papel protagónico es a él. Por lo mismo me limitaré a compartir con ustedes una plática que, como muchas otras que he tenido con él, han contribuido en mi formación.
Pues bien, casi al finalizar mis estudios en la maestría del IPADE fui a verlo a su pequeña, austera y poco soleada oficina, y al comentarle mis planes, le dije que me gustaría poder hacer algo que contribuyera al bienestar de los mexicanos. El doctor Llano ?como bien saben los que lo han tratado?, se sonrió, se rascó la cabeza y bajando la voz, me preguntó: ¿y qué pasa con los guatemaltecos, chinos y otras gentes que tratarás?
Jaime Yedid. Participante IPADE. MEDE, 72/74 Director General OshKosh

 

VISIÓN PARA ADELANTARSE A SU TIEMPO

Conocí a Carlos Llano hace ya muchos años, y siempre me ha impresionado su gran visión y la capacidad que ha demostrado para adelantarse a su tiempo. Es un hombre con una vitalidad extraordinaria, pero sobre todo, un gran maestro que transmite el entusiasmo por aprender y logra despertar en los estudiantes el deseo de trascender.
Recuerdo con aprecio que cuando fui nombrado Director General de CEMEX, a mediados los años ochenta, me visitó y tuvimos una larga plática. Me dio consejos muy valiosos que me ayudaron a enfrentar el reto que se me presentaba y que de hecho me siguen siendo muy útiles.
En otra ocasión lo invitamos a participar en una de las reuniones que organizamos con los directivos de la compañía. Como siempre, fue muy claro y contundente, sus comentarios y puntos de vista tuvieron un impacto muy valioso y duradero. Fue un gusto escucharlo de nuevo.
Carlos es una persona fuera de serie; realmente me sorprende cómo le alcanza el tiempo para dedicarse a tantas actividades. En todos estos años ha logrado combinar el pensamiento filosófico con el sentido práctico del emprendedor y una profunda ética humanística en beneficio de la educación superior en México y en especial de todos aquellos que hemos tenido la fortuna de ser sus alumnos.
Lorenzo H. Zambrano. Presidente del Consejo y Director General de CEMEX

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

Newsletter

Suscríbete a nuestro Newsletter