PASAJERO EN LAS AMÉRICAS
Pedro Salinas
Ensayo
FCE. México, 2007.530. 405 págs.
Pedro Salinas
Ensayo
FCE. México, 2007.530. 405 págs.
Cuando Pedro Salinas, miembro de la generación del 27, desembarcó en Estados Unidos para dar una cátedra en una reconocida escuela, no encontró la tierra prometida.
Azorado, escribe con frecuencia a su esposa e hijos, que aguardan al otro lado del Atlántico, y relata con delicia literaria desde las nimiedades cotidianas hasta los más profundos sentimientos del viajero que abandona su tierra por siempre. En un exilio voluntario, lejos de la guerra civil española ?apenas iniciada a su partida?, el madrileño encuentra en sí mismo un espiral estilístico que crece a pasos acelerados. Sus ocasionales viajes a México y algunos países de Latinoamérica le recargan las pilas del lenguaje y desatan un torbellino de creación literaria por demás fructífera.
El volumen cuenta con una serie de cartas y una segunda parte aborda reflexiones acerca del lenguaje y del género epistolar, tan en desuso en nuestros días. A través de esta correspondencia, el lector se asoma por la ventana y mira al autor escribir en la intimidad. Un poco de vouyerismo, tal vez, pero al final todo lo que sale de la pluma del autor es propiedad del lector ?inmediato o remoto, pensado o inimaginado.
Escribir cartas es un arte y Salinas, un maestro.
Azorado, escribe con frecuencia a su esposa e hijos, que aguardan al otro lado del Atlántico, y relata con delicia literaria desde las nimiedades cotidianas hasta los más profundos sentimientos del viajero que abandona su tierra por siempre. En un exilio voluntario, lejos de la guerra civil española ?apenas iniciada a su partida?, el madrileño encuentra en sí mismo un espiral estilístico que crece a pasos acelerados. Sus ocasionales viajes a México y algunos países de Latinoamérica le recargan las pilas del lenguaje y desatan un torbellino de creación literaria por demás fructífera.
El volumen cuenta con una serie de cartas y una segunda parte aborda reflexiones acerca del lenguaje y del género epistolar, tan en desuso en nuestros días. A través de esta correspondencia, el lector se asoma por la ventana y mira al autor escribir en la intimidad. Un poco de vouyerismo, tal vez, pero al final todo lo que sale de la pluma del autor es propiedad del lector ?inmediato o remoto, pensado o inimaginado.
Escribir cartas es un arte y Salinas, un maestro.
