Durante la época de Navidad, el departamento de ventas pide que se seleccione a un auxiliar de ventas, pues la demanda de clientes en el almacén es bastante alta. Se contrató a una persona y se le explicó que el horario de trabajo es de 8:30 a 18:30.
Al empleado no se le avisó que debería trabajar los sábados. Resulta que trabajó de lunes a viernes y cuando se enteró que tenía que ir también los sábados, advirtió que le es imposible porque tiene un compromiso previo para cuidar a un familiar incapacitado. Por otro lado, el sábado es el día que más clientes llegan al almacén.¿Se debe obligar a la persona a trabajar los sábados? ¿Habrá que despedirla?
Respuesta 1
Deberíamos dejar que el empleado tome la decisión. El puesto de trabajo tiene sus requisitos y él los cumple casi todos. Quizá pueda encontrar temporalmente, (el trabajo parece ser sólo temporal, por la época de Navidad) quién le sustituya en los cuidados al familiar incapacitado. Por otro lado, lo sucedido habla de que deben mejorarse los conductos de comunicación en su empresa: las exigencias o requisitos de cada puesto de trabajo deben estar claros a los seleccionadores y a los aspirantes.
Respuesta 2
Una exigencia ética fundamental de la empresa es cumplir de buena fe las obligaciones que derivan de los contratos que ha celebrado con cada empleado. Debe tenerse en cuenta, además, que la mayoría de los contratos de empleo contienen no sólo términos explícitos sino también implícitos. A menudo el empleado tendrá que afrontar situaciones imprevistas en el contrato y tendrá que actuar de buena fe movido por los criterios de justicia, lealtad a la firma, etcétera.
En el caso planteado, es evidente que se trata de un craso error por parte de quien contrató a esa persona. Sólo resta hablar de nuevo con ese auxiliar de ventas recién contratado, para intentar establecer con él un nuevo contrato que salve sus intereses y los de la empresa, quizá pidiéndole el trabajo del día sábado a cambio de otras horas entre semana. De no llegar a un acuerdo, no se le puede despedir por ese motivo, si se quiere actuar éticamente. Si la empresa lo despide por otro motivo, deberá como es lógico, indemnizarlo conforme a la ley.