LA BICICLETA DE SUMJI
Amos Oz
Novela
FCE-Siruela,
Amos Oz
Novela
FCE-Siruela,
México, 2007.
78 pp.
Establezcamos un principio que parece olvidado, un principio que nos ayude a entender el porqué de nuestro empecinamiento por seguir escribiendo: aún se puede hacer literatura que le cante a lo bello de la vida. Más bien, siempre se podrán escribir historias que partan de lo más sencillo, de un sentimiento inocente, quizá, pero que alcancen, por su origen mismo, por su inocencia misma, a desentrañar lo más complejo a lo que puede acceder al corazón humano: el perdón, la amistad, el amor.
No existen definiciones exactas del amor, pero al leer historias como La bicicleta de Sumji nace en nosotros, aunque no sepamos bien de dónde, un espíritu más libre: la certidumbre de que no todo tiene por qué ser tan complicado; de que tal vez todo sea tan sencillo como un día de coincidencias al final del cual un par de niños se dicen: «te quiero».
Y es entonces, al terminar la lectura y cerrar por un momento los ojos, cuando entendemos que, si el hombre no ha dejado de creer ni su mano ha dejado de crear, es porque aún existe una gran necesidad por escuchar, aún existe mucho por decir y, pese a todo, aún existen bellas formas de decirlo.
No existen definiciones exactas del amor, pero al leer historias como La bicicleta de Sumji nace en nosotros, aunque no sepamos bien de dónde, un espíritu más libre: la certidumbre de que no todo tiene por qué ser tan complicado; de que tal vez todo sea tan sencillo como un día de coincidencias al final del cual un par de niños se dicen: «te quiero».
Y es entonces, al terminar la lectura y cerrar por un momento los ojos, cuando entendemos que, si el hombre no ha dejado de creer ni su mano ha dejado de crear, es porque aún existe una gran necesidad por escuchar, aún existe mucho por decir y, pese a todo, aún existen bellas formas de decirlo.