UNA PREGUNTA INTERESANTE
A finales del siglo XX, impulsados por la importancia del cambio de siglo y de mileno, le preguntaron al celebre «gurú» del management, Peter Drucker, quiénes eran a sus juicio los hombres más importantes en el mundo de la empresa del siglo XX.
Qualquiera pensaría en Henry Ford o en Edison que dieron origen a sectores completos de la economía, o quizá vendría a la mente Bill Gates el innovador e inteligente creador de Microsoft. Pero no, Drucker no mencionó estos nombres; para él los empresarios del siglo eran Alfred Sloan y Jack Welch. (Drucker conoció y trató a ambos.)
Sloan fue nombrado director de General Motors en 1923, Presidente del Consejo en 1937, se retiró en 1956 y falleció en 1966, para principios de la década de los 30’s GM ya era el líder mundial en fabricación de automóviles (posición que conservó hasta 2007, en que Toyota, aplicando muchas de las ideas de Sloan, ocupó este puesto). En resumen bajo la dirección de Sloan, GM se volvió la más grande, exitosa y rentable empresa industrial que ha habido en el mundo.
Welch fue nombrado director y presidente del consejo de General Electric en 1981, permaneció en el puesto 20 años y bajo su gestión las ventas de la empresa pasaron de 26,000 a 130,000 millones de dólares y el valor de mercado de GE pasó de 14,000 a 410,000 millones de dólares.
¿QUE TIENE QUE VER ESTA ELECCIÓN CON LA VERDAD?
Drucker indicaba que había seleccionado a Sloan y Welch porque ambos «veían la cosas como eran, no como quisieran que fueran» es decir veían a la realidad tal cual es, y si la verdad se define (en su primera acepción) como «Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente»,1 ambos directores asentaban sus decisiones y su acción en la verdad. Quien no ve la verdad trata de «ajustar » la realidad a sus esquemas preconcebidos, a sus ideologías, a sus prejuicios…
La Real Academia Española presenta varios significados, pero para nuestros fines interesan los dos primeros, el mencionado: «Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente». Y el segundo: «Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa».
Basado en estas dos definiciones podemos abordar el tema, la verdad es importante en la empresa por dos razones, que a la vez son las dos exigencias que la sociedad actual hace a la empresa: ser eficaces y ser éticos.
SER EFICAZ
Afirmábamos en un artículo anterior3 que preguntarle a un profesor de management qué es estrategia, es como preguntarle a un filósofo qué es la verdad, hay muchas definiciones y el tema sigue siendo discutido.
Para ser eficaz hay que ser realista, es decir respetar la verdad, la labor de un director comienza con un diagnóstico de la realidad, que le indica cómo está el entorno y que situación guarda su empresa, para ello, como señala el propio Llano, ha de ser objetivo hacia fuera y humilde hacia adentro (entendiendo como humildad la objetividad con uno mismo), quien es objetivo y humilde busca la verdad, no se deja engañar por falsedades ni permite que sus deseos (prejuicios a veces) le impidan verla, quien es objetivo y humilde es veraz, por eso es importante la verdad en la empresa, a partir de ella se tendrá un diagnóstico atinado, la base para formular e implementar una buena estrategia.
SER ÉTICO
Y para ser ético también, hay que buscar la verdad, pensarla, decirla (y por supuesto vivirla), aquí nos es útil la segunda acepción de la verdad (Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa), quien es ético busca el bien y evita el mal, pero no lo busca sólo para conocerlo, o para sentirlo, sino para decirlo. Y al haber conformidad entre lo que se dice con lo que se siente o se piensa se es veraz, y esa veracidad alcanza su plenitud al llevarse a la práctica, buscando el verdadero bien y compeliéndose a practicarlo (mediante hábitos buenos que son virtudes). Esa práctica lleva a la persona (en la empresa y a quienes en ella laboran empezando por el director) a ser ético (además de que se es veraz), por conformar lo que se piensa con lo que dice y con lo que se hace.
La verdad en la empresa es entonces elemento necesario, útil e indispensable si queremos que la empresa sea a la vez eficaz y ética.
1 Ver Diccionario de la Real Academia Española, XXIIª edición (2001), voz: «Verdad».
2 Al respecto vale la pena ver la presentación que hace Carlos Llano acerca de estos dos requerimientos en la página 290 de su libro Dilemas éticos de la Empresa Contemporánea, FCE, México 1997. Carlos la denomina «Estudio de la relación armónica y dinámica entre los resultados económicos y los principios axiológicos ».
3 «¿En qué consiste la Estrategia? » istmo Nº 243, julio/agosto 1999.
*El autor es Profesor del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) y Director de Relaciones Internacionales de la misma institución.