¿Por qué el creacionismo
está tan extendido en Estados Unidos?
En el cristianismo protestante de EUA prima la idea de que no hay una autoridad externa que diga lo que tenemos que pensar. No hay un magisterio como en la Iglesia Católica, además con una Pontificia Academia de las Ciencias que ha hecho que el pensamiento católico esté más en diálogo con la ciencia.
Además, en el protestantismo cualquiera puede empezar su propia nueva rama cristiana y usar las ideas que en cada momento son más populares con el fin de ganar más adeptos. Mucho del antievolucionismo se debe al hecho de que a la gente no le gusta la evolución; por tanto, si predicas en contra, tienes una gran audiencia, vendes más libros, la gente te da dinero y puedes crear todo un movimiento.
Por un lado crece la presión
del creacionismo, y por otro aumenta
la voz del ateísmo. ¿Están relacionados?
Sí, creo que las dos cosas crecen juntas. El fuerte creacionismo en EUA emerge a mediados del siglo XX, momento en que la ciencia estadounidense conoce un impulso, en medio de la carrera espacial con los rusos; entonces se invierte en enseñar ciencias en los colegios públicos, con la inclusión de la biología en el currículo.
La evolución empezó a enseñarse con detalle en los centros escolares en la década de 1960 y con ello, como reacción, creció el creacionismo. Y este, a su vez, se fortaleció cuando autores como Richard Dawkins, Isaac Asimov y Carl Sagan unieron evolucionismo y ateísmo, diciendo a la gente que ya no tienen que creer en Dios porque la evolución lo hace innecesario. Las dos opciones parecen estar muy fuertes. En EUA no tenemos personas cristianas de cierto liderazgo que defiendan la evolución. Es una de las principales diferencias con la Iglesia Católica o la Iglesia de Inglaterra.
En uno de sus libros, usted acusa a esos científicos que menciona de «abuso de la ciencia». ¿Por qué?
La ciencia es en cierto sentido un conjunto de herramientas para descubrir cosas del Universo. Algunos científicos concluyen, debido a su éxito en descubrir las partes mecánicas del mundo a las que se dedican, que no existe otro tipo de realidades; para ellos sólo hay lo que puede ser descubierto con sus herramientas. Pero eso no es razonable. En relación a esto suele citarse una famosa analogía. Un pescador que pesca siempre con una red con agujeros de tres pulgadas de grandes, nunca pesca ningún pez que sea más pequeño que eso, pues los que hay se cuelan por el orificio. Al cabo de una serie de años concluye que no hay pescados en el océano que midan una pulgada porque nunca los ha pescado.
Pero el problema es su red, no la composición del océano. Las herramientas de la ciencia no van a descubrir a Dios; no se va a poder diseñar un experimento que permita decir «aquí está Dios» o verificar algunas de sus propiedades. Entonces, ¿cómo podemos decir que Dios no existe, si no podemos descubrirle aún en el caso de existir? Creo que eso es un abuso de la ciencia.
El debate estaría mejor encauzado, según ha dicho en varias ocasiones, con «creyentes más sofisticados» y «ateos menos dogmáticos». ¿Quién tiene más razón, los «creyentes perezosos» o los «ateos intransigentes»?
Me parece, si es que se puede hablar así, que son los cristianos fundamentalistas los que están más lejos de la verdad, porque su contacto con la realidad parece muy inadecuado. Decir que el mundo sólo tiene 6 mil años de antigüedad, lo que supone que los dinosaurios vivieron sólo hace unos pocos miles de años y que convivieron con el ser humano, se trata de algo completamente equivocado y abiertamente contrario a lo que bien conocemos.
Sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace decenas de miles de años antes de la aparición del ser humano. Los ateos son ciertamente dogmáticos, y algunos de ellos lo son mucho, pero creer en Dios no es algo tan obvio. Creo que es muy posible ser alguien que honestamente busca la verdad, pero que concluye que las evidencias acerca de Dios son simplemente insuficientes. Pero no creo que alguien sea un honesto buscador de la verdad y piense que la Tierra tiene 6 mil años. En cierto sentido soy más crítico con los fundamentalistas cristianos.
En sus explicaciones utiliza la distinción entre «la Palabra de Dios» y «las palabras de Dios».
La Palabra de Dios es la manera en que traducimos el logos griego. El logos de Dios se refiere a la idea de una subyacente intencionalidad, a un patrón y espíritu de toda la creación, a lo que Dios tiene en mente como creador. Pero fácilmente pasamos a pensar que la Palabra de Dios es un conjunto de palabras, las palabras que hay en la Biblia, el libro que contiene la Revelación de Dios al ser humano. Y hay quien concluye que entonces basta leer la Biblia, como si ella sola contuviera toda la manifestación de Dios. El catolicismo, por ejemplo, habla también del Magisterio de la Iglesia y de la Tradición, e igualmente podríamos incluir toda la exploración humana de la Creación. Ahí me parece que está el gran error de cierto protestantismo, en mantener un concepto estrecho de Revelación: Dios se manifiesta a través de muchas cosas, no solamente a través de la Biblia.
¿Qué es el diseño inteligente? ¿Por qué también lo rechaza?
Llamamos diseño inteligente en EUA a un movimiento político que intenta tomar algunas ideas del creacionismo y hacerlas más seculares o científicas quitándoles la parte religiosa, de manera que pueda ser enseñado en las escuelas públicas, salvando así lo establecido por los tribunales estadounidenses, que prohíben enseñar creacionismo porque es religión.
El diseño inteligente argumenta que hay cosas en la naturaleza que son tan complicadas y tienen un diseño tan intrincado que no pueden haberse producido por un proceso natural, sino que sólo cabe la intervención directa de Dios con un milagro. De esta manera, además, se podrían explicar los pasos que aún no entendemos en la evolución. Desde mi punto de vista, la única manera en que podemos mantener la idea de Dios como creador en armonía con la ciencia es ver los procesos de la naturaleza como instrumentos que Dios utiliza para crear el mundo. Dios no ha entrado en el orden natural y ha hecho un milagro aquí y otro allí, sino más bien ha ido desplegando de un modo inteligente y ordenado sus propósitos, expresados a través de las reglas y modelos de la naturaleza. El evolucionismo es el modo como Dios ha creado.
¿Fue Darwin una persona antirreligiosa?
En modo alguno. Darwin tuvo educación anglicana y de joven quiso ser sacerdote, aceptando sin problemas los artículos de la fe. Cuando fue al viaje del Beagle se llevó una Biblia con él. Era una persona religiosa convencional, quizás no entusiasta, pero claramente era cristiano. Luego, cuando ya era padre de familia, perdió la fe, pero no por su teoría de la evolución, sino por la muerte prematura de su pequeña hija Annie. De ese fallecimiento no se recobró y pasó a ver el mundo como algo sin sentido, en el que no podía haber Dios. Podemos hablar de agnosticismo, pero Darwin nunca se vio a sí mismo como ateo, ni antirreligioso, pues acompañaba a su familia a la iglesia, aunque él se iba a dar un paseo. No era en absoluto una versión del siglo XIX de Richard Dawkins o Carl Sagan.
¿Van los evolucionistas radicales demasiado lejos cuando hay tantas cosas de la evolución que científicamente se desconocen?
Sí. Evolución es una idea muy elaborada y complicada. No es como la relatividad de Einstein y la mecánica de Newton. Las ideas en física suelen ser muy simples y pueden describirse en ecuaciones matemáticas. La evolución es una historia de 5 mil millones de años de complicados sucesos que tienen lugar en todo el plantea. Sólo tenemos la pequeñísima pista de lo que ocurrió. Tenemos que reconocer que el evolucionismo es una extremadamente imperfecta historia, y deberíamos evitar ser demasiado dogmáticos sobre cómo se produjo exactamente. La dogmática insistencia de los ateos de que debe ser entendido como puramente un proceso aleatorio y sin propósito sencillamente no está justificada. (Publicado en www.abc.es y reproducida con autorización del autor).
Entrevistó Emili J. Blasco