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Mensajes de texto. Una adicción inadvertida

Lo hacen por la noche cuando sus padres están dormidos, en los restaurantes, al cruzar las calles y en el salón de clases con las manos detrás de la espalda. Le hacen tanto daño a sus pulgares…
Impulsados por los planes de texto ilimitado, cada adolescente americano envió y recibió un promedio de 2 mil 272 mensajes de texto por mes en el cuarto trimestre de 2008, cerca de 80 mensajes al día según resultados de la Compañía Nielsen.
El fenómeno preocupa a médicos y psicólogos, quienes afirman que este hábito lleva a los jóvenes a la ansiedad, distracción en la escuela, bajas calificaciones, estrés e insomnio.
Peter W. Johnson de la Universidad de Washington expuso que el uso intensivo y repetitivo de las extremidades superiores puede dar lugar a trastornos en músculos y huesos, y daños temporales e incluso permanentes en el pulgar. Aunque el fenómeno es muy reciente para adelantar datos concluyentes sobre los efectos en la salud.
Sherry Turkle, psicóloga y directora de la Initiative on Technology and Self en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, ha estudiado el fenómeno por tres años y afirma que este hábito podría estar causando un cambio en el desarrollo de los jóvenes.
Los psicólogos esperan que los adolescentes se independicen de sus padres para convertirse en adultos autónomos. «Si la tecnología continúa transformándose en una herramienta para mantener un contacto tan cercano e inmediato, será más difícil tal separación. Las adolescentes se comunican con sus madres 15 veces al día para preguntar cosas como: ¿debo elegir unos zapatos azules o rojos?», explicó la profesora Turkle.
«Es muy difícil lograr un estado mental de paz y tranquilidad si algo a tu lado vibra cada dos minutos. Con un bombardeo de información constante, la urgencia por contestar de inmediato un mensaje de texto, subordina a la razón».
Michael Hausauer, psicoterapeuta en Oakland, California, afirma que los adolescentes han desarrollado una tremenda ansiedad por saber lo que pasa en la vida de sus compañeros y siempre estar al día. «El envío de mensajes puede ser una gran herramienta, ofrece compañía y la promesa de mantener un contacto cercano con el mundo; pero, al mismo tiempo, puede hacer que un joven se sienta asustado y sobreexpuesto».
 
New York Times
25/V/09

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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