¿Qué significa ser una empresa virtuosa? Por su claridad y equilibrio, este libro de David Vogel es lectura obligada para toda persona inmersa en el fascinante mundo de la RSE; empresarios cuyas prácticas deriven en el éxito de la compañía y el beneficio a la sociedad.
Usualmente, los libros y textos que tratan temas de responsabilidad social empresarial (RSE) muestran dos tipos de posturas muy marcadas: unos la apoyan y consideran la solución a muchos problemas empresariales y otros la denostan y consideran una moda pasajera.
David Vogel, profesor de ética empresarial en Haas School of Business, escribió uno de los textos más completos y equilibrados sobre el tema: El mercado para la virtud. Potencial y límites de la responsabilidad social empresarial. Él mismo expone su intención:
«Soy un estudioso de la ciencia política que en primera instancia se enfocó a políticas públicas (…) He intentado presentar una revisión y análisis, coherente e informado, del potencial y límites de la RSE; con la esperanza de que contribuirá tanto a la discusión pública, como a mejorar la calidad de los futuros estudios en esta materia relevante.»
UN CLÁSICO PARA RELEERSE
Aunque muchos cambios han ocurrido en el mundo con respecto a la RSE desde 2005, en que se publicó este libro, como todo texto que profundiza y reflexiona seriamente, sigue siendo muy actual en sus aportaciones y sus críticas.
El autor se pregunta: ¿La virtud paga? El mercado para la virtud argumenta que aunque la RSE puede proveer beneficios para las empresas en algunas áreas –por ejemplo, protegiendo o incrementando su reputación, o ayudándoles a atraer, motivar y retener a empleados– estos beneficios son muchas veces elusivos y pocas veces afectan el desempeño financiero.
Señala desde el principio que la RSE es multidimensional, lo que complica la evaluación objetiva de las empresas como socialmente responsables: «Las compañías como los individuos, típicamente no exhiben un comportamiento moral o social consistente.»
Abunda en ejemplos positivos y negativos:
Nike, junto a otras compañías americanas y europeas fabricantes de equipos deportivos, monitorean las condiciones de trabajo de sus proveedores en fábricas instaladas en países del tercer mundo. Lo hizo a partir de una fuerte presión social ante un escándalo mundial.
Wal-Mart, podría considerarse socialmente responsable por proveer a sus consumidores con precios bajos en sus productos, pero también irresponsable en su pago y trato a algunos empleados y proveedores o en un efecto derivado de su operación, ya que saca del mercado a pequeños competidores.
Monsanto introduce semillas modificadas, lo que puede considerarse una contribución a la agricultura sustentable o una amenaza a la salud pública y a la integridad ecológica.
British Petroleum se comprometió a reducir de manera significativa sus emisiones de gases invernadero, pero es responsable de uno de los derrames más grandes y perjudiciales a la ecología.
Ikea solicita a sus proveedores de alfombras en la India que prohíban el empleo infantil y brinden apoyo financiero a las familias de sus trabajadores para ayudar a que sus niños no entren al mercado laboral.
Starbucks adquiere y vende su café bajo el sello de comercio justo, que garantiza a los productores de café un precio arriba del mercado por sus cosechas.
Home Depot, junto con otros mayoristas, garantiza no vender productos que se fabriquen con madera de bosques que estén en peligro de extinción.
UN MUST PARA EL EMPRESARIO RESPONSABLE
El autor define a la RSE como una virtud empresarial, que se deriva en prácticas que mejoren el lugar de trabajo y beneficien a la sociedad en modos que van más allá de lo que las compañías están legalmente obligadas a hacer. Hace falta este tipo de empresas y de líderes comprometidos, en un contexto donde la influencia del sector privado en la vida social es cada vez mayor.
El mercado para la virtud está dirigido a toda persona interesada en las políticas públicas, el mundo empresarial o –aún mejor– la relación entre los dos. Sólo los modelos colaborativos entre sector público, privado y social pueden hacer frente a los retos que tenemos delante como sociedad: una mayor productividad y competitividad como país, migraciones a las ciudades, un modo más sustentable de gestionar nuestras empresas y países –que tome en cuenta variables financieras, sociales y medioambientales–, problemas de agua, residuos sólidos, uso eficiente de la energía y un largo etcétera.
El lector encontrará, sin duda, un texto interesante, profesional, ameno y yo diría un must para las personas inmersas en este fascinante tema que es la Responsabilidad Social Empresarial.
The Market For Virtue
The Potential And Limits Of Corporate Social Responsibility
David Vogel
Brookings Institution Press, 2005
222 págs.