Trabajo en el área de marketing de una farmacéutica alemana. Recientemente ha convocado a diversas reuniones de funcionarios de las filiales de todo el mundo en Alemania. Como esos encuentros son en idioma alemán y mi jefe no lo habla, me ha enviado a mí, que sí lo hablo. En cada ocasión le preparo un informe detallado de todo lo que se trata.
En la última reunión se establecieron determinadas directrices sobre la forma de presentar los resultados de cada filial. Cuando se las informé a mi jefe no le parecieron adecuadas y me pidió retirarlas del informe hasta que, dentro de tres meses presentemos los resultados de México, porque con ese nuevo sistema no alcanzamos los objetivos propuestos, pero una vez que se entreguen los resultados será evidente que no están bien.
Por otra persona me entero de que me va a culpar a mí por no «haber entendido» o «no haber informado correctamente», pero que le quitará importancia al asunto diciendo que quizá se deba a mi falta de dominio del idioma. Mi jefe es el director en México y tendría que recurrir a los directivos corporativos, lo que me pondría en evidencia con quien me da trabajo. Me molesta mentir y me molesta que me haga pasar por una tonta, ¿qué puedo hacer?
LOS ASESORES SUGIEREN
1 No se puede tapar el sol con un dedo. Es evidente que retrasar esos informes tres meses no conducirá a nada sano pues el intentar poner como excusa el «no me doy cuenta» no tendrá ningún valor ante la matriz alemana, que inmediatamente pedirá los informes según el nuevo modelo. Esto, creo que debería ser el tema de una buena conversación con tu jefe en México. Su plan no funciona, y deja a todos mal.
Además hay otro argumento y es fuerte: «A mí no me gusta mentir», que es justo lo que pienso que me estás pidiendo. Si él insistiera, caben varias salidas. A) Pedirle que te manifieste por escrito lo que te está pidiendo; B) No hacerle caso, aunque te lo pida y enviar copia de tu informe a otros directivos; C) Proponer una solución al verdadero problema: lograr las metas previstas o esperadas por la central de Alemania, o mostrar los resultados según el nuevo modelo, pero con las anotaciones y aclaraciones convenientes. Toda reforma de este tipo, como la que pide la oficina alemana, lleva tiempo en implementarse y todos esperan una cierta curva de aprendizaje, lógica ante esas reformas; D) Denunciarlo, en idioma alemán, a los directivos europeos…
Armando Reygadas
Abogado especialista en ética de Empresa
2 Quizá no sea lo más conveniente recurrir inmediatamente a los directores corporativos, en plan de «denunciar» lo que tu jefe directo planea hacer. Primero, porque el comentario de la otra persona sobre tu posible inculpación podría no ser exacto o verdadero, o simplemente porque podría no llegar a hacerse realidad (no hay que descartar que tu jefe pueda rectificar y asumir la responsabilidad por los malos resultados). Lo que sí conviene hacer es conservar evidencia escrita que ponga de manifiesto tu adecuada comprensión de las directrices recibidas sobre la presentación de resultados, en caso de que sea necesario que defiendas tu capacidad al respecto. Adicionalmente, no deberías descartar abordar oportunamente a tu jefe para contribuir a que desista en su intento de evitar informar adecuadamente de los malos resultados pues, como quiera que sea, el camino para rectificar en cualquier terreno pasa siempre por el reconocimiento de haber incurrido en el error o en una falla. Ocultar el error es garantía para seguir incurriendo en él, además de que, a la postre, cuando acaba descubriéndose, las consecuencias resultan peores.
Admitir las propias equivocaciones siempre es preferible a esconderlas, pues lo segundo, además de hacernos pasar por ineptos o tontos, nos muestra como mentirosos. Cabe también, para el caso de que no encuentres eco en tu jefe, que reflexiones si te interesa continuar trabajando bajo las órdenes de una persona que está dispuesta a mentir y a inculpar a otros de sus deficiencias antes que admitirlas como propias.
Tomás Viracocha
Consultor de ética empresarial