En este texto, preparado para un grupo de empresarios que terminaron su maestría en IPADE Guadalajara, el autor, profesor de Política de Empresa, cuenta varias anécdotas de su experiencia personal al frente de General Electric Latino América; y se sirve para ello de la metáfora del beisbol. La sencillez y frescura del discurso son una invitación práctica para todo directivo que desea crecer como tal.
Hablar a una generación del Medex no es fácil. Su experiencia es rica y su perspectiva válida. Así que encontrar un hilo conductor para estas palabras no fue tarea sencilla. Sin embargo escogí uno.
Les hablaré en términos beisboleros: me dieron la oportunidad de subirme al montículo el día de hoy, a la loma de las responsabilidades, como diría el Mago Septién –comentarista de beisbol durante muchos años–. Les lanzaré tres pichadas, mis tres mejores lanzamientos: un slider, una recta a los codos y una curva hacia afuera.
Algunos dirían que estoy loco. Un pitcher jamás revela sus lanzamientos antes de tirarlos. Este caso es diferente. Quiero que decidan cuál de los tres les acomoda mejor y espero sinceramente que puedan dar un hit y embasarse.
PRIMERA PICHADA APRENDER ALGO CADA DÍA
Un slider: busquen aprender algo nuevo todos los días del tema que sea. No pueden irse a dormir y darse cuenta que ese día no aprendieron algo nuevo. No les puede suceder.
Estos dos años en el Medex les han dado la maravillosa oportunidad de estar en un ambiente de aprendizaje continuo del más alto nivel. A través de las discusiones en el aula, de los profesores, de las sesiones de equipo y de la preparación individual de los casos. Dos años de intenso aprendizaje. Mejor imposible. La disciplina está ahí, la han desarrollado, no la pierdan. Conviertan el aprendizaje diario en un hábito, en un modo de vivir.
Permítanme contarles una anécdota. Hace un par de años mi familia y yo tuvimos la oportunidad de cenar con un sherpa –esos personajes que ayudan en las expediciones a conquistar las cumbres del Himalaya–. Durante la conversación, pudimos hacerle muchas preguntas. Entre tantas, se me ocurrió una que pensé me daría la fórmula mágica para estar en buena condición física. Le pregunté cómo hace para estar en forma. Él me miró extrañado, por lo que decidí aclarar la pregunta y le dije: ¿cómo hace para alcanzar y mantenerse en buena condición física? Me respondió: «No estoy seguro. Llego a la base de las montañas y ahí me asignan al equipo que ayudaré a conquistar la cumbre. Subimos durante varios días y al llegar arriba, bajamos. Ya en la base de la montaña, me asignan al siguiente grupo; vuelvo a subir y después a bajar; y así todo el año con excepción de dos meses en los que por razones climáticas no se puede escalar». Añadió: «pero sigo sin entender, a qué se refiere cuando dice, ¿cómo le hago para estar en forma?». En ese momento me di cuenta de que para él estar en forma es un hábito. Ni siquiera entendía qué quería decir, estar en forma para él es parte de quien es.
Nos debe ocurrir como al sherpa. Aprender todos los días algo nuevo debe ser un hábito tan arraigado que cuando alguien les pregunte: ¿qué haces para aprender todos los días? Ustedes miren a esa persona extrañados y confundidos como me miró el sherpa y contesten: «pues no sé bien a qué te refieres, me levanto por la mañana y leo un buen editorial en el periódico con un café en la mano, y después subo al auto y mientras lucho con el tráfico escucho algunos de los podcasts que bajé la noche anterior por internet y al llegar a la oficina converso de temas diversos con mis gerentes, directores, compañeros de trabajo y hasta con clientes, los escucho con atención. Al regresar a casa hablo con mis hijos y mi esposa o esposo y me platican sobre sus descubrimientos del día, y al acostarme leo el capítulo del libro que tengo en el buró antes de dormir… Aclárame, ¿a qué te refieres con la pregunta de cómo le hago para aprender algo nuevo? Aprender debe ser un hábito de vida para nosotros.
SEGUNDA PICHADA DESCUBRIR LAS CLAVES DEL LÍDER
Mi mejor lanzamiento: una recta a los codos (en la zona de strike, por supuesto). Mi secreto de liderazgo, mi fórmula, mi receta. Como graduados del Medex lo entenderán muy bien, están en ese momento de su carrera en el que tienen la madurez y la experiencia para apreciar la importancia y el valor del secreto del liderazgo.
Pero, antes de compartirlo con ustedes, permítanme aclarar una cosa: es mi secreto, mi receta. Si ustedes se preguntan, ¿es la única? Yo les diría, enfáticamente, ¡por supuesto que no! ¿Es la fórmula correcta? Probablemente se queda corta. ¿Admite más ingredientes u otros elementos diferentes a los formulados? Sin duda. Pero, ¿saben una cosa?, es mi fórmula. Seguro me llevó demasiado tiempo encontrarla. Pero, ahí está.
Y en esta pichada, lo importante es mi sugerencia: ¡Encuentren su propia fórmula! Busquen crear su receta; no importa si hay otras más, ésa es la suya y el cimiento de su capacidad para encabezar equipos y organizaciones en el futuro. El mensaje real detrás de esta pichada: inventen su fórmula de liderazgo.
Ésta es la mía. Un día descubrí que si verdaderamente –auténticamente– te enfocas en las personas, en los miembros de tu equipo, en aquellos a tu alrededor, y dejas de pensar –genuinamente–, en ti, en tu carrera, en el éxito personal, en la fama y el prestigio; y al mismo tiempo reconoces y te sientes cómodo con el hecho de que muchas personas que te reportan tienen mejores «calificaciones», más habilidades y un futuro profesional más promisorio que el tuyo, cosas extraordinarias pasan… mágicamente.
Fácil decirlo, pero me llevó muchos años darme cuenta; quizá demasiados. Un día lo vi claro y a partir de ahí trabajé en ello todos los días. Se convirtió en mi prioridad número uno. Y los negocios se expandieron, los miembros del equipo directivo ganaron confianza, la organización creció en todos los sentidos, los resultados se dieron, repito, mágicamente.
TERCERA PICHADA LOS SUEÑOS DESAPARECEN SI SE ABANDONAN
Una fácil; una curva hacia afuera. No dejen de soñar. Tengan siempre un sueño. Los sueños nos permiten ir por la vida avanzando en la dirección adecuada; son ese motivador que nos ayuda a levantarnos entusiasmados, pensando que ese día nos acercaremos a nuestro sueño. El camino nunca es claro; a veces hay que dar dos pasos para delante, tres para atrás o uno de lado, pero estos movimientos nos garantizan que al final del día nos hayamos acercado más a ese sueño.
Seguramente, para muchos de ustedes, hoy se cumple un sueño ¡Muchísimas felicidades! Festejen porque se lo han ganado a pulso. Pero muy pronto, habrá que definir el siguiente sueño y eso desafortunadamente, lleva tiempo. Así que hay que trabajar en él.
Debe tener nombre y apellido; ser muy claro. No es tan simple como decir: «quiero ser Director General de una empresa». Sólo hay que trabajar duro, con inteligencia y con un poco de suerte estarán ahí. Su sueño ha de ser diferente; un perfil que muestre mucha más pasión.
Déjenme darles algunos ejemplos. Para ustedes, emprendedores, un buen sueño podría ser que la historia de la empresa que han fundado se convirtiera en un caso del IPADE. Otro buen sueño, un poco más corporativo, que algún día sean invitados a dar una conferencia en un programa del IPADE sobre su trayectoria como líderes. Otro más, podría ser, que en la graduación de la generación Medex 2028-2030 recibieran una invitación para dirigir unas palabras a los graduandos durante la comida de celebración. Qué gran sueño sería. ¡Y los sueños se hacen realidad!
Tres pichadas. Un slider, una recta a los codos y una curva hacia afuera. Aprender todos los días, crear su secreto de liderazgo y perseguir un sueño. Son mis mejores pichadas.
No intenten dar un home run, con dar un hit y ponerse en primera base será más que suficiente. Habrá valido la pena escucharme. Recuerden que en términos beisboleros pegarle a una de tres quiere decir 0.333 de bateo, y eso es buenísimo. Escojan su pichada con astucia, sabedores de su potencial. Y busquen ponerse en primera. Irán avanzando a las siguientes bases con el tiempo, pero primero hay que embasarse.
Si dos de estos lanzamientos a los que se enfrentaron en este discurso no les gustaron, está bien. Pero eso sí, por lo que más quieran, háganle el swing con el bat al menos a uno. No se paren en la caja de bateo sólo para ver pasar los tres lanzamientos sin hacer nada al respecto. Eso significaría que están ponchados y a un Medex no le puede suceder poncharse sin tirarle a ningún lanzamiento.
Queridos amigos y amigas, ha sido un verdadero privilegio estar frente a ustedes en el aula durante las sesiones y pensar que quizá algún comentario, alguna discusión bien llevada, o alguna idea que surgió de esa aula haya significado algo para ustedes. Es un enorme privilegio por el cual estaré eternamente agradecido.
También a nombre del IPADE quiero darles las gracias porque creyeron en nosotros. Le apostaron a nuestra institución tanto con sus recursos económicos, como con su tiempo, familia y persona. Nos sentimos verdaderamente honrados por la confianza. Y finalmente, les deseo el mejor de los éxitos tanto desde el punto de vista personal como profesional y familiar. Estoy seguro de que nos volveremos a encontrar en el camino.
Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias.