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La Inteligencia Artificial no amenaza el empleo

Más que sustituirnos, la Inteligencia Artificial y el avance tecnológico promoverán la creación de nuevos puestos de trabajo, para lo cual las sociedades, las empresas y las instituciones educativas deben prepararse.
El camino a la innovación, la Inteligencia Artificial (IA), la automatización de tareas y la robótica generan inevitablemente cambios en la forma de trabajo que pueden ser vistos como una amenaza o sustitución de empleos.
Pero, a pesar de que se afirma que la automatización acabará con 47% de los empleos actuales en 10 años, lo cierto es que también se generarán otros nuevos. En este panorama, conocido como cuarta revolución industrial, las ocupaciones que se crearán exigirán profesionales muy calificados. Según la consultora IDC, el mercado de la IA alcanzará en 2020 un volumen de 60,000 millones de dólares (mdd) en todo el mundo, cifra que se traducirá en la creación de miles de empleos. Estos empleos serán tanto para las nuevas generaciones como para aquellos que se empeñen en mantener la actualización de sus habilidades como una constante en sus carreras.
Ginni Rometty, CEO de IBM, ha estado hablando de los efectos que la IA tendrá sobre los trabajos. En una conferencia que dio a principios de este año en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, puntualizó que los robots no vendrán a robar todos nuestros puestos de trabajo, sino a crear nuevos tipos de profesiones y mayor especialización. “Los avances en la Inteligencia Artificial conducirán a formas de trabajo renovadas. Estamos frente a una nueva alianza entre el hombre y la máquina”, mencionó Ginni.
ALIANZAS HOMBRE-MÁQUINA
Esto no es un fenómeno nuevo. En la película Talentos Ocultos (Hidden Figures), recientemente nominada al Oscar como mejor película, mejor actriz de reparto y mejor guion adaptado y basado en una historia real, queda al descubierto el secreto de cómo un grupo de mujeres afroamericanas, en pleno apartheid, aseguró su supervivencia dentro de la NASA y se hizo imprescindible para el funcionamiento de las nuevas tecnologías adoptadas por la organización.
En el momento en que la NASA innovó al adquirir su primera computadora de IBM, fue una de las protagonistas quien sintió que su trabajo estaba en riesgo y visualizó que se gestaba una nueva era audaz e hizo los ajustes pertinentes, especializándose en computación electrónica y programación Fortran, con lo que ella y sus colegas se hicieron indispensables.
Esta cinta revela la historia de un grupo de mujeres que cambiaron los fundamentos de su país al apuntar hacia las estrellas. El filme presenta la determinación de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, tres mujeres cuya mente y habilidades brillantes hicieron posible que el astronauta John Glenn se convirtiera en el primer estadounidense en hacer una órbita completa a la Tierra durante la carrera espacial en los años 60.
Johnson, Vaughan y Jackson eran verdaderos “talentos ocultos”, que gracias a que siguieron el camino de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (lo que hoy conocemos como STEM, por sus siglas en inglés), pudieron participar en áreas que necesitaban urgentemente estos nuevos conocimientos, además de capacitar a otras mujeres para seguir sus pasos.
Según indica la UNESCO, la situación de las mujeres en carreras STEM, tanto en América Latina como en nuestro país, presenta rasgos comunes. Si bien su participación ha ido en aumento, las mujeres siguen concentradas en algunas ramas y subrrepresentadas en otras. A lo largo de su vida profesional enfrentan obstáculos y dificultades específicas que obedecen tanto a factores intrínsecos de los modelos y prácticas (característicos de las instituciones científicas y de la industria de tecnología), como a condicionantes socioculturales que limitan su pleno desarrollo.
Como resultado, persisten situaciones de discriminación salarial y laboral, que se expresan en su desempeño en tareas y cargos de menor jerarquía y en que su presencia es minoritaria en los niveles de decisión. Si analizamos el punto desde una perspectiva de género, la brecha en la especialización que exigirán las nuevas carreras: ciencia de datos, ciberseguridad, hacking ético y ciencia cognitiva, es mayor.
El camino de inspiración, inclusión y nuevos modelos de trabajo a seguir es lo que asegurará que la IA –y todas las carreras del futuro– tengan el talento suficiente para satisfacer la demanda de expertos que irá en firme aumento. Por ejemplo, sabemos que los ataques de ciberseguridad siguen siendo una amenaza inminente en todo el mundo y los expertos predicen una escasez de 1.5 millones de puestos de seguridad por cubrir hacia 2020. Dirigir a las nuevas generaciones, sobre todo la Generación Z, a este sector es una forma en que la industria puede abordar la creciente brecha de conocimientos.
La Generación Z, conocida también como la primera generación “digitalmente nativa” (aquellos nacidos entre 1995 y 2010), replanteará la forma en la que se relacionan con la tecnología en el ámbito del trabajo. Un estudio liderado por el IBM Institute for Business Value, que recopila la opinión de 15,000 jóvenes entre 13 y 21 años –residentes en 16 países de todos los continentes–, encontró que esta generación que aprendió a hacer clic antes de hablar y que ingresará a la universidad con una gran ventaja, representa un valor emergente de 44,000 mdd.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el número de estudiantes en carreras de ciencias duras, como Física y Matemáticas, se ha reducido a la mitad en algunos de sus países miembros a partir de 1995, mientras que las ingenierías, biología y temas medioambientales se han mantenido o se han incrementado. La Generación Z son cerca de 2,000 millones en el mundo y 2% se encuentra ya en edad laboral. Un porcentaje que, a nivel global, alcanzará 12% en 2020.
¿CÓMO SER VALIOSO ANTE LOS CAMBIOS?
Desde nuestras ventanas vemos al futuro, urgiéndonos a alcanzarlo. Estimaciones del Foro Económico Mundial dicen que 65% de los niños que ingresan hoy a la educación primaria terminará trabajando en nuevos tipos de empleo que hoy ni siquiera existen. Esto quiere decir que, en menos de cinco años, más de un tercio de las habilidades que actualmente se consideran importantes en el trabajo habrán cambiado.
Esto plantea nuevos desafíos que hacen necesario cambiar la base y alinear lo que se enseña en la escuela con lo que se necesita en los negocios. Si no se construye una estrategia de transición a corto plazo y una fuerza de trabajo con las habilidades del futuro, los gobiernos tendrán que hacer frente a una desigualdad cada vez mayor y las empresas tendrán que sobrevivir con cada vez menos clientes.
Ésta es una tarea que requiere del trabajo conjunto de los padres de familia, el sector educativo y las empresas. Ginni Rometty lo expresa así: “Es nuestra responsabilidad, como líderes al frente de estas tecnologías, guiar la entrada al mundo de la IA de una manera segura”. En IBM contemplamos tres principios para la IA ética:
1. Propósito
Es importante que la gente desarrolle confianza en los sistemas de IA. Para IBM, el propósito de la IA será ayudar a los humanos, no reemplazarlos. Dice Ginni Rometty: “Nosotros decimos cómputo cognitivo, no Inteligencia Artificial, porque con la tecnología, estamos aumentando la inteligencia de los humanos. Para la mayoría de nuestros negocios y empresas, no será hombre o máquina, será una relación simbiótica. Nuestro propósito es aumentar la inteligencia al servicio de lo que hacen los humanos”.
2. Transparencia
Debemos tener claro, a medida que se construyen las plataformas de IA, cómo se entrenan y qué datos se utilizan para su formación. El ser humano necesita permanecer en control del sistema. En camino a la construcción de esta transparencia, IBM, en alianza con otras compañías tecnológicas, ha creado un estándar ético para cuestiones que involucran a la IA. El Partnership on Artificial Intelligence to Benefit People and Society, tiene como objetivo guiar los esfuerzos para asegurar la confiabilidad de la IA al dirigir las nuevas investigaciones hacia tecnologías que sean éticas, seguras y confiables.
3. Habilidades
Las plataformas de IA deben construirse con personas de la industria, ya sean médicos, mercadólogos, financieros, profesores, etcétera. En el pasado, sólo algunas ingenierías tenían un mayor contacto con las tecnologías emergentes, conforme éstas se han ido simplificando en forma y fondo (uso de lenguaje natural, reconocimiento de imágenes, interfaces para móviles, etcétera), han alcanzado prácticamente a todas las profesiones. La Generación Z debe adoptar, en todas las disciplinas, las actuales plataformas de desarrollo para poder transformar digitalmente cualquier proceso de negocio, con el fin de innovar en productos, modelos de negocio, nuevos canales, servicios, etcétera”.
¿Hay que tener miedo? No. Pero sí hacer ajustes en escuelas y trabajos, para caminar de la mano con las herramientas que faciliten los procesos. En nuestro país, las inversiones tendrán que hacerse inteligentemente y apostar por la población más joven para poder adelantarse a los desafíos tecnológicos que impondrán los trabajos del futuro.
El reto más importante al que nos enfrentamos es dar un giro relevante y urgente a la educación y formación en México en carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas). Las empresas deben tener una participación activa con las universidades como lo ha hecho IBM con Pathways in Technology Early College High Schools (P-TECH), un innovador modelo de educación pública en el que se desarrollan habilidades técnicas que las nuevas tecnologías van exigiendo.
Este reto tiene que estar acompañado desde la educación en nuestras casas, para cambiar los estereotipos de estas profesiones y para inculcar en nuestros hijos el valor de poder “cambiar o mejorar el mundo” a través del “arte de lo posible” o en otras palabras, empoderar e inspirar a las nuevas generaciones.
¿Por qué se requieren estas profesiones y perfiles de talento altamente calificados? No sólo por la tecnología, sino también porque la ventaja competitiva para muchas empresas estará en la forma en cómo aprovechen los datos –estructurados y no estructurados– que sus procesos de negocio, sus clientes y ecosistema estén generando, para mantenerse un paso adelante. Y porque las instituciones y gobiernos podrán encontrar nuevas formas de bajar las barreras de acceso a la salud, a la educación y a la seguridad, entre otros, que nos permitan construir un mundo más justo y equilibrado.
Notas Finales
1 Para más información, pueden visitar el sitio de la organización: https://www.partnershiponai.org/
2 PCfr. https://www-03.ibm.com/press/us/en/presskit/42300.wss

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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