¿Qué necesitas para ganar tu día?

La directora para México de Tesla comparte sus ideas

sobre liderazgo y manejo del talento: el propósito es lo

más importante.

 

Teresa Gutiérrez Smith ha coleccionado una gran cantidad de experiencias a su paso por empresas como McKinsey, Nestlé y Mattel. Con una destacada carrera en Marketing, tuvo la oportunidad de llevar al éxito a la empresa de entrega a domicilio Rappi. Esto le valió ser convocada como Country Manager para Tesla en México a partir de enero de 2024.

Según comenta en entrevista, el propósito es lo más importante en la vida, tanto como debe serlo para la empresa. No es lo mismo picar piedra que construir catedrales.

Como líder de Tesla México, ¿podrías hablarnos de los principales retos que has enfrentado y cómo los has abordado desde tu estilo de liderazgo?

Puedo decir que, lamentablemente, solo el 15 % del talento se siente comprometido con el trabajo que está haciendo. Siempre digo que no hay nada más personal que el liderazgo. Piénsalo para ti, en tu rol actual: ¿qué tanto compromiso sientes con tu propósito?

Las encuestas internacionales dicen que un 80–85 % del talento no se siente conectado. ¿Cómo, entonces, podemos tener buenos liderazgos y buenos desempeños si las personas no sienten conexión con lo que están haciendo?

Estudié Ingeniería Química y, en el último semestre, un profesor de innovación nos contó la historia de un señor que se encuentra a una persona picando piedra en la calle. Al preguntarle qué está haciendo, él le responde que está picando piedra bajo el sol, y que es un trabajo…

«Ganar el día

significa vencerte

a ti mismo, salir

de tu área de

confort.»

muy duro. Sigue caminando y se encuentra a otra persona haciendo lo mismo. La respuesta del segundo es que está sacando adelante a su familia, pagando la educación de sus hijos. Finalmente, hay un tercer hombre haciendo lo mismo, pero éste le responde que se dedica a construir catedrales.

Es un gran negocio y una gran idea para el talento forzarse a estar conectado, a tener un propósito. Una pregunta que hago todas las mañanas a mis hijos, pero también a mis equipos, es: ¿Qué significa para ti hoy ganar el día?

Para mis hijos puede ser un examen difícil, o un amigo que se tiene que ganar, o una competencia deportiva muy complicada. Ganar el día significa vencerte a ti mismo, salir de tu área de confort.

Las compañías solo tenemos tres cosas: estrategias, procesos y talento. Puedes tener una estrategia robusta que todo el mundo conoce y tener procesos eficientes que te acompañen en ese crecimiento y necesidades. En cuanto al talento, según General Atlantic, si tienes el correcto en el momento adecuado, es ocho veces más factible llegar a tus resultados de crecimiento exponencial.

No hay mejor negocio, tanto para el talento como para el sistema, que comprometerse con el propósito para tener desempeños superiores.

En mi primer trabajo «rolaba» turnos de manufactura: me pintaron en la primera semana un círculo en el piso y me dijeron que durante una semana estaría observando desde ahí para aprender que todo lo que no agregara valor en la cadena es desperdicio. Lo mismo pueden ser tiempos perdidos que autorizaciones, retrabajos, talento mal utilizado.

¿Podrías comentar experiencias clave que te llevaron a identificar la relevancia del propósito, tanto en lo personal como en lo profesional?

Sin duda, tuve una infancia muy feliz. Soy la mayor de siete y eso me marcó para toda la vida.

A los diecisiete tuve un accidente muy fuerte: un evento cardiovascular, seis infartos cerebrales, perdí mucha sangre. El diagnóstico era que perdería la vida o que mi movilidad quedaría seriamente afectada. La primera noche tuvieron que revivirme; pasé tres meses en el hospital en terapia intensiva con la mitad del cuerpo paralizado. El daño era profundo porque fueron infartos grandes.

Mi caso estuvo en el Massachusetts General como uno de investigación y desarrollo, porque pocas personas habían logrado sobrevivir. Hubo mucha investigación alrededor de la reconexión de mi cerebro y de las competencias que tengo.

Tardé cinco años para que me dieran de alta. Cuando estás tan vulnerable, que acabas de perder todo tu futuro, tus prioridades se organizan bastante rápido.

El reto más importante no fue para mí levantarme de la silla de ruedas, sino aprender de nuevo a vivir con propósito.

Le digo a la gente y a mis hijos que ojalá no tengan que pasar por algo tan difícil para saber que solo tienes una vida. ¿Cómo vivirías hoy si supieras que es tu último día?

No se trata de que vayas por la vida con miedo, pero tampoco con ingenuidad pensando que tienes todo el tiempo del mundo, sobre todo para hacer lo correcto, para agregar valor, para poner tus talentos al servicio…

 

«No se trata de

que vayas por la

vida con miedo,

pero tampoco

con ingenuidad

pensando que

tienes todo

el tiempo del

mundo.»

 

..de los demás, para crear familias unidas, empresas buenas, para un México mejor.

En las empresas donde has trabajado, ¿has pedido esquemas de flexibilidad para quienes se convierten en madres en el entorno corporativo? ¿Podrías platicar un poco sobre este tema?

He tenido una carrera de más de veinticinco años en diferentes empresas multinacionales e incluso tuve la oportunidad de emprender por mi cuenta. En los últimos años he estado en compañías grandes del ramo de la tecnología, que tienen ritmos mucho más acelerados que otras más tradicionales. Puedo decir que se tiene hambre y sed de liderazgos, de líderes buenos.

¿Cuánto estamos dispuestos a invertir en talento? Mucho. ¿Cuánto estamos dispuestos a invertir en ese talento que te entrega consistentemente el 130 % del resultado? Hay mucha flexibilidad. El tema es saber hablarle al sistema.

Al final, las empresas tenemos que entregar resultados y un retorno de inversión a nuestros inversionistas. No somos ONG. El propósito y fin de una compañía es entregar resultados; sobre todo si es una empresa que cotiza en bolsa y ésta te da un premio en el valor de la acción.

En esta retórica, tener equipos diversos paga muy bien. No lo digo yo, lo dicen McKinsey, The World Economic Forum, Gallup, que tienen estudios muy interesantes sobre las compañías con mejores liderazgos, que crecen 50 % más. No es nada despreciable: son 25 % más rentables, 30 % más creativas.

Es un no-brainer invertir en talento, en diversidad, pero hay que hacerlo tanto desde el punto de vista del talento como del sistema.

Creo que hay un balance entre lo que un gran talento puede aportar y la flexibilidad que el sistema puede tener. En mi experiencia, cuando haces planteamientos buenos para el sistema y también para las personas, se obtiene mucho valor.

«Hay que

saber pedir y

pedir cosas

inteligentes, pero

sobre todo hay

que atreverse y

no tener miedo a

crecer fuerte.»

Eres una inspiración para nuestras participantes del programa de MBA aquí en el IPADE. Como egresada, ¿hay algún consejo que les podrías compartir?

Claro, avancen sin miedo, no hay que tener miedo en el camino. El Padre Nuestro de cada día es así: no nos da el pan de la semana, ni el del mes, ni el del trimestre. Te da la gracia y lo que necesitas para vivir ese día con plenitud.

Me he percatado de que, en multitud de ocasiones, nosotras mismas no pedimos lo que necesitamos para poder desempeñarnos. Que no tengan miedo de crecer, la vida se va acomodando.

Pidan como lo hacen las personas inteligentes, que hacen casos de negocio. Si pido algo alegando que lo necesito por ser mujer, eso no se sostiene. En cambio, si digo que vamos a reducir el 50 % de la rotación en liderazgo, que aporta gran valor a la compañía, eso sí tiene sustento desde el punto de vista de la empresa.

Es para mí un honor regresar al IPADE, a mi casa. Sin duda, formarme aquí fue un punto muy importante en mi carrera. Entré muy joven al IPADE y comencé a tener éxitos contundentes, de modo que estoy muy agradecida por la formación y el tiempo aquí.

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No. 26 
Febrero – Marzo 2025

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