EXPECTATIVAS EMPRESARIALES IPADE 2025: el optimismo no se rinde

Los primeros resultados de la Encuesta de Expectativas

Empresariales de IPADE 2025 muestran un dato

alentador: tras algunos periodos de caída, el optimismo del

empresariado mexicano no solo ha dejado de deteriorarse,

sino que ha crecido un poco. Pese a la complejidad del

entorno —tanto nacional como internacional—, comienza

a vislumbrarse un punto de inflexión. Esta recuperación

parcial no solo refleja resiliencia, sino también la capacidad

adaptativa de un liderazgo empresarial que aprende a

operar en la incertidumbre.

 

La Encuesta de Expectativas Empresariales de IPADE se realiza desde 2021 entre los empresarios egresados del instituto. Este estudio nos ofrece una mirada integral sobre cómo perciben el entorno económico y político quienes dirigen organizaciones en México.

El objetivo de esta quinta edición de la encuesta es producir información oportuna que sea útil a los empresarios y a la comunidad alrededor de IPADE. Una de las principales variables que medimos es la confianza del empresariado mexicano, respaldada por amplia evidencia que muestra cómo las expectativas y percepciones influyen en sus decisiones de inversión, contratación y expansión. Además, el actuar de los líderes de empresa es un indicador que puede ayudar a visualizar de manera adelantada cambios en las variables económicas del país.

A partir de 2024, decidimos realizar el levantamiento de información de manera semestral: en el primer y tercer trimestre del año, a fin de capturar cambios interanuales y comparar expectativas versus resultados obtenidos. Esta es una encuesta única porque le pregunta al sector empresarial del país, captura su ánimo y toma la «temperatura» del ambiente de negocios en México de manera periódica.

Como enseñaba Aristóteles, la praxis humana está siempre mediada por la deliberación sobre fines posibles. El optimismo, en este contexto, no es ingenuidad, sino una forma de proyectar sentido en medio de la contingencia: una disposición necesaria para actuar con propósito.

En marzo de 2025 se realizó una nueva encuesta, cuyos resultados fueron presentados durante el evento IPADE Trends en abril pasado. Los resultados totales pueden verse en la página de IPADE, donde todos nuestros egresados pueden informarse sobre el nivel de optimismo y cómo se sienten cada uno de los más de 1,400 egresados que nos han hecho el favor de contestar la encuesta, los cuales representan todos los sectores de la economía mexicana y una gran parte de la geografía nacional.

el objetivo fue

medir los niveles de

optimismo respecto

de sus objetivos

personales, el

desempeño de

sus empresas y el

futuro del país, así

como entender las

razones detrás de

sus respuestas.

 

La edición más reciente de la encuesta contó con la participación de 1,421 egresados del IPADE, que representan a 523 empresas con presencia nacional. Las respuestas provienen en su mayoría de empresas con sede en Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León, y cubren todos los sectores relevantes de la economía, desde manufactura hasta servicios profesionales.

Agradecemos la participación de los egresados de IPADE, sin cuya disposición este esfuerzo de inteligencia colectiva no sería posible.

UN «TERMÓMETRO EMPRESARIAL»

Los resultados de la encuesta de marzo presentan claroscuros y cambios importantes relativos a las encuestas anteriores, poniendo en evidencia el dinamismo que caracteriza al sector empresarial.

Por un lado, la segunda encuesta de 2024 mostró que el optimismo del empresariado mexicano venía a la baja de forma generalizada respecto al arranque de dicho año, independientemente del sector y aun de la región del país. Al cierre de 2024 y arranque del 2025, ante la pregunta de qué era preocupante, se mostró un viraje respecto de las encuestas anteriores, en cuanto a que la principal fuente de preocupación dejó de ser el entorno político y pasó a ser la incertidumbre económica.

Lo que entonces aparecía como señal incipiente ahora se confirma en las estadísticas oficiales: la incertidumbre económica se ha consolidado como la principal fuente de preocupación.

México está entrando en una recesión económica por varios factores. Entre ellos está un cambio importante en la Presidencia del país. Comúnmente, cuando hay cambios de administración en México, la economía tiende temporalmente a la baja, no por otra razón sino porque el empresariado se detiene, trata de aprender, pospone algunos proyectos y luego se vuelve a activar la economía. Es algo usual y conocido por los economistas como un «hecho estilizado», observado con frecuencia siguiendo un patrón bien entendido.

En cuanto al desempeño reciente, una proporción relevante de empresas reportó aumentos en sus ventas durante 2024, aunque más mesurados en comparación con 2023, que fue un año de crecimiento importante entre la comunidad empresarial. Las proyecciones para 2025 son ligeramente más optimistas que el año anterior, lo que podría indicar un cambio de tendencia tras las preocupaciones de cierre del año anterior.

A esto se suma un segundo eje de preocupación: las reformas al marco legal, particularmente los cambios constitucionales impulsados por la actual administración, como la reforma al Poder Judicial. En ediciones pasadas de la encuesta, este fue un tema poco mencionado.

En tercer lugar, destacan los factores externos, específicamente la incertidumbre generada por la administración Trump debido a su estrategia comercial poco predecible, caracterizada por la imposición generalizada de tarifas y comunicación agresiva vía medios y redes sociales.

En particular, seis de cada diez empresarios consideran que la administración de Donald Trump impactará negativamente en la economía mexicana. Sin embargo, incluso entre quienes prevén un efecto adverso, uno de cada tres mantiene una actitud favorable hacia la inversión.

Esta aparente contradicción revela una paradoja clave: un empresariado capaz de mantener decisiones estratégicas activas incluso frente a escenarios desfavorables.

Un cambio relevante es la pérdida de claridad sobre la relación con Estados Unidos. La percepción de este país como un socio confiable (y permanente) se ha debilitado entre los encuestados, lo cual ha enfriado el entusiasmo previo por el fenómeno del nearshoring, anteriormente visto como una gran oportunidad comercial. Para complicar más la materia, tampoco es clara la relación que habrá entre China y Estados Unidos, lo cual potencialmente impactará la economía mexicana.

En ese sentido, la Encuesta de Expectativas Empresariales de IPADE está comenzando a funcionar como un indicador adelantado y un factor explicativo de las estadísticas oficiales. Como «termómetro empresarial», nos puede ayudar para pronosticar la conducta de la inversión.

independientemente de las oportunidades

percibidas, solo el 54% respondió

que era el momento adecuado para

invertir para capitalizar oportunidades

en el entorno empresarial.

 

 

y consumo privados, y entender el comportamiento de la actividad económica de diversos sectores. Con esa visión, incluimos en la encuesta de 2024 una pregunta sobre si consideran que es un buen momento para hacer inversiones.

Aunque no contamos aún con datos suficientes para argumentar cierto poder estadístico de los mismos, la información con que contamos a la fecha sugiere que la disposición de invertir reportada por los egresados de IPADE puede ser un pronosticador efectivo de los indicadores de inversión publicados por INEGI.

El siguiente paso será interpretar los resultados respecto a otros indicadores de consumo o de actividad económica manufacturera, pues también podríamos contar con indicadores adelantados que nos ayuden a entender qué hay detrás de los indicadores económicos más actuales.

La encuesta más reciente nos informó de algo nuevo. Si bien, a fines de 2024 el optimismo venía a la baja, prácticamente en picada, para marzo de 2025 —periodo en el cual se incluyen las primeras políticas disruptivas a la administración Trump, y por ello podemos asumir que se captura toda la incertidumbre generada por nuestra relación con Estados Unidos— los datos nos indican que el nivel de optimismo se estabilizó e incluso repuntó.

Aunque no muestra una recuperación clara todavía, ¡no continúa descendiendo y ya muestra signos de resiliencia!

En una escala del 1 al 10, el promedio de optimismo reportado fue de 7.0, lo cual representa un incremento de 0.21 puntos respecto al segundo semestre de 2024. El mayor repunte se observó en la expectativa personal, seguida de la empresarial y, finalmente, la nacional. Aun con esta ligera mejora, el nivel de optimismo se mantiene por debajo de lo observado a principios de 2024.

De hecho, vemos un aumento en las expectativas personales, empresariales y del país entre el empresariado respecto al cierre de 2024. Igualmente, vemos un ligero repunte positivo del apetito para invertir.

Este resultado es difícil de interpretar, porque en el momento en que se levantó la información era el momento de mayor incertidumbre histórica, de acuerdo con diferentes mediciones —a excepción del segundo trimestre de 2020, recién iniciada la pandemia por COVID-19—, la cual provoca que las decisiones se pospongan.

Buena parte de esta cautela inversora parece explicarse por la incertidumbre económica derivada del contexto internacional, particularmente por la falta de claridad respecto a las decisiones que pueda tomar Estados Unidos.

Sin embargo, esta encuesta parece decirnos que hemos llegado a un «nivel de soporte» del optimismo empresarial, por lo que podría esperarse que no empeore si no hay mayores sorpresas negativas en el panorama económico.

Pudiéramos inferir que los egresados de IPADE están aprendiendo a lidiar con la incertidumbre, tanto política como económica, en su afán de continuar con su misión empresarial.

En filosofía moral, Aristóteles advertía que el carácter se forja en la repetición de elecciones prudentes en medio de lo incierto. Lo que esta encuesta sugiere es que, más allá del entorno volátil, el ánimo empresarial se apoya en una disposición práctica a actuar con mesura y persistencia.

No se trata de euforia, sino de una forma serena de respuesta al entorno.

Un contraste importante es que en la versión anterior vimos una caída en el optimismo…

Generalizada en todos los sectores: servicios, manufactura, agro y básicamente en todas las regiones. En cambio, ahora vemos una conducta diferenciada, ya sea por sector o geografía. Se va recuperando el optimismo en la industria, en el agro y, sobre todo, en el centro, sur y sureste del país. El norte del país continúa mostrando cautela (anteriormente esperanzada por el nearshoring), debido a su alta dependencia de la manufactura orientada a exportación, estrechamente vinculada a la dinámica comercial con Estados Unidos.

Mientras los servicios muestran una recuperación notable, sectores como salud, educación, administración pública y cultura presentan un deterioro relativo, probablemente asociado a limitaciones presupuestarias y factores estructurales. Entonces, ya empezamos a ver una diferenciación que no habíamos observado anteriormente, por lo que es relevante indagar en las causas subyacentes.

PRINCIPALES HALLAZGOS:

• El optimismo empresarial mostró un punto de inflexión y estabilidad en marzo de 2025.
• La visión empresarial es más resiliente frente al entorno incierto.
• El ánimo varía por sector y región, con señales de recuperación en el sur y en servicios.
• Crecen preocupaciones sobre el entorno económico; sin embargo, los empresarios siguen atentos a temas de seguridad, marco jurídico y movimientos políticos.
• La encuesta comienza a alinearse con indicadores oficiales, mostrando potencial predictivo.

Es importante que nuestros participantes, los empresarios, revisen los detalles de la encuesta y los interpreten para tomar decisiones. Igualmente, que nos compartan su opinión sobre los resultados obtenidos desde su propia óptica. Es a partir de estos datos cuantitativos que podemos entender mejor lo que estamos experimentando y prepararnos para el futuro.

Seguiremos publicando los resultados y análisis en el sitio y las redes sociales de IPADE, así como en la revista Istmo. También, por supuesto, estaremos discutiéndolos contigo en nuestras aulas.

Invitamos a los empresarios a revisar a fondo los resultados, interpretarlos desde su propia realidad y usarlos como insumo estratégico para anticiparse, adaptarse y dirigir sus organizaciones. Los datos no sustituyen la decisión, pero sí pueden iluminarla.

Como enseñaba Pascal, el ser humano es una «caña pensante»: frágil ante los elementos, pero capaz de juicio. En tiempos de incertidumbre, esa capacidad de pensar con datos —de ver más allá del presente inmediato— es lo que distingue al líder de la reacción automática. La tarea no es prever el futuro, sino crearlo.

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No. 26 
Febrero – Marzo 2025

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