Optimista, ¿a pesar de mis genes?
Ningún extremo es bueno. Considerada desde diversas perspectivas, la vida feliz implica un temperamento positivo sin exageraciones, conservando la visión objetiva de la realidad. Y aunque múltiples factores "genéticos, sociales, culturales" influyen en la predisposición anímica con que enfrentamos la vida, es posible modelar, equilibrar y controlar nuestro temple «natural»; sin olvidar que hay casos patológicos que exigen atención psiquiátrica.