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Perú: Soluciones propias para una intensa crisis

Como única forma de salvar una economía a pique, con una inflación de 35,000 % anual, registrada en el último mes del gobierno de Alan García, y un PIB per cápita en un nivel igual al de los años sesenta, el Estado y la iniciativa privada han logrado sacar el barco a flote con un enérgico programa de reformas. Hemos terminado 1993 no sólo remontando la recesión de los primeros meses sino con un crecimiento en la economía de un 7% y la inflación en un dígito” afirma Manuel G. Llosa, empresario peruano y actualmente Director de Promoción de la COPRI (Comisión de Promoción de la Inversión Privada) Manuel G. Llosa, como muchos otros hombres de negocios, ingresó temporalmente a este organismo para apoyar con su experiencia y financiera el plan de estabilización económica que aplicó Fijumori a partir de junio de 1990. La situación en ese momento era tan caótica y las medidas tomadas tan drásticas que la crisis se extendió casi dos años más. Con el ministro de energía y minas Daniel Hokama, quien hasta el 91 era miembro del sector privado, vinieron a México, en diciembre pasado, un grupo de empresarios peruanos a promover la venta de empresas estatales y encauzar otros negocios.
Cuando entró el gobierno continúa Llosa- las pérdidas de las empresas públicas equivalían a 4 ó 5 % del PIB y sólo producían el 5 % del mismo. Actualmente las empresas en su conjunto, ya no pierden dinero y producen 40% del PIB. Algunas se sanearon, otras se disolvieron, las que gozaban de subsidios u oportunidades artificiales se liquidaron y quedaron simplemente las que tiene justificación económica.
Una solución inédita
El proceso de privatización, aunque lógicamente se apoya en experiencias de otros países, encontró un camino muy propio. En septiembre de 1991 se creó la COPRI, en la que participan cinco ministros (Energía y Minas, Economía, Relaciones Exteriores, Industria y Transportes) con diversos comités como grupos de acción. Esos grupos, formados por ejecutivos del sector privado seleccionados por su capacidad profesional, integridad y experiencia, actúan en forma independiente de acuerdo a los lineamientos de la CO- PRI à La descentralización ha permitido dar un ritmo muy vigoroso al proceso que este año pondrá en venta las empresas más grandes: Energía eléctrica, telecomunicaciones agua y desagüe.
La crisis del país era tan intensa que la sociedad aceptó muy bien esta forma de encarar el problema y estuvo dispuesta a asumir el sacrificio que significaba. Ayudó también la total despolitización del proceso, lo que fue factible porque el propio presidente Fujimori, tiene apenas unos años en la política y la gente que lo rodea viene del sector privado, no hay partidismos, lo que ha permitido que la población vea el proceso como una medida técnica en beneficio del país.

Un entorno conflictivo

Hasta los años sesenta, la economía del Perú había evolucionado con unas características excepcionales dentro de Latinoamérica, la riqueza de sus recursos naturales y la diversificación atrajo mucha inversión extranjera especialmente para pesca y petróleo. Nuestra economía era tan sólida como la de Chile, Venezuela y Colombia en esos años.
El golpe militar de izquierda del año 67 fue el punto de inicio que revirtió la tendencia natural de apertura al exterior. Se implantó un modelo económico básicamente socialista, cerrado en sí mismo, de un nacionalismo a ultranza, que causó desconfianza en el inversionista nacional y extranjero.
Las estadísticas demuestran que en este periodo el país no evolucionó ni siquiera de una forma comparable a Latinoamérica, por ello nos encontramos ahora con un riesgo per cápita similar al de los años sesenta.
No hay cifras confiables del desempleo, están entre el 12 y 15%, pero el nivel de subempleo es muy grande y generalizado. El analfabetismo también es alto debido más que nada a la geografía del país que hace muy difícil el acceso de la educación a comunidades pequeñas en la selva y en las montañas de los Andes. La población urbana, en cambio, se ha incrementado mucho por el terrorismo que atacaba alas comunidades rurales y obligaba a la gente a alistarse, ello hacía que se sintiera muy desprotegida. La población rural debe ser apenas un poco mayor que hace unos años.
El gobierno ha implantado un programa nacional para satisfacer las necesidades más apremiantes de los sectores desprotegidos y la ley obliga que los recursos de la privatización se apliquen a este programa que está creando miniproyectos en zonas rurales que atienden las necesidades en las áreas afectadas.
De acuerdo al censo de mediados del 93. en el Perú hay 23.5 millones de habitantes, Lima cuenta actualmente con siete millones y le sigue Arequipa, en el sur, con millón y medio, después, viene Trujillo, en el norte y otras ciudades en la costa.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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