Sueños de Einstein
Alan Lightman
Tusquets. México. 1993, 150 págs.
Alan Lightman
Tusquets. México. 1993, 150 págs.
Freud pensaba que los sueños revelan nuestras motivaciones y personalidad reales. Descartes atribuyó a un sueño el descubrimiento del método verdadero de la filosofía. ¿Por qué no podía Einstein elaborar la teoría de la relatividad en sueños? Lightman maneja esta hipótesis con gracia y talento, relatando los Sueños de Einstein.
Alan Lightman es profesor de cosmología y redacción literaria en el Tecnológico de Massachussetts (Estados Unidos). Ésta es su primera novela -si a esto se puede llamar novela-, y su éxito ha causado asombro incluso al editor. No es que el tema sea novedoso. La posibilidad de que el tiempo sea de otra manera en distintos mundos posibles ha sido abordado muchas veces por diversos autores, literatos, filósofos y científicos. Lo novedoso del libro de Lightman es que se trata de un científico que se ocupa del asunto literariamente. Y el resultado es más que bueno.
Repasando el libro de Lightman uno puede descubrir los sueños que representa el tiempo mecánico newtoniano (28 de abril y 22 de junio) y el sueño que dio la clave de la teoría de la relatividad (29 de mayo). Incluso hay una evocación de Hielo y fuego de Bradbury (3 de junio). Todo eso junto a las más comunes y las más disparatadas hipótesis: si el tiempo es circular, si es discontinuo, si es una cualidad en vez de una cantidad, si varía de acuerdo al humor, si se puede viajar a través de él, si no existe, etcétera. Todo intercalado con conversaciones en tiempo real de Einstein con Bessó. Una sobriedad estilística formidable y un libro breve, entretenido, ingenioso. En suma, miel sobre hojuelas.
Sólo desentona un detalle, y es que entre las distintas versiones del tiempo se escapa a Lightman alguna insinuación erótica, eso sí, sin llegar a descripciones grotescas.
Alan Lightman es profesor de cosmología y redacción literaria en el Tecnológico de Massachussetts (Estados Unidos). Ésta es su primera novela -si a esto se puede llamar novela-, y su éxito ha causado asombro incluso al editor. No es que el tema sea novedoso. La posibilidad de que el tiempo sea de otra manera en distintos mundos posibles ha sido abordado muchas veces por diversos autores, literatos, filósofos y científicos. Lo novedoso del libro de Lightman es que se trata de un científico que se ocupa del asunto literariamente. Y el resultado es más que bueno.
Repasando el libro de Lightman uno puede descubrir los sueños que representa el tiempo mecánico newtoniano (28 de abril y 22 de junio) y el sueño que dio la clave de la teoría de la relatividad (29 de mayo). Incluso hay una evocación de Hielo y fuego de Bradbury (3 de junio). Todo eso junto a las más comunes y las más disparatadas hipótesis: si el tiempo es circular, si es discontinuo, si es una cualidad en vez de una cantidad, si varía de acuerdo al humor, si se puede viajar a través de él, si no existe, etcétera. Todo intercalado con conversaciones en tiempo real de Einstein con Bessó. Una sobriedad estilística formidable y un libro breve, entretenido, ingenioso. En suma, miel sobre hojuelas.
Sólo desentona un detalle, y es que entre las distintas versiones del tiempo se escapa a Lightman alguna insinuación erótica, eso sí, sin llegar a descripciones grotescas.