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El zoológico de Cristo

El zoológico de Cristo
Joaquín Antonio Peñalosa
Narrativa
Ediciones Paulinas. México. 1994, 159 págs.

Quizá estábamos demasiado acostumbrados a un Joaquín Antonio Peñalosa dedicado al humorismo. Al menos éste es mi caso. De modo que encontrarse con piezas de prosa poética es una verdadera revelación. Además, el tema no podía ser menos apropiado. Aparte de aprovechar la coyuntura ecológica, en los pasajes del Evangelio uno acostumbra pasar por alto muchos detalles (incluso, con más o menos malicia, pasajes fundamentales), así que resulta oportuna la reflexión sobre unos personajes no por brutos menos importantes: los animales de la Sagrada Escritura, el zoológico de Cristo. Y Peñalosa sabe sacar partido de sus 32 coprotagonistas (porque el personaje principal es, sin duda, el dueño del zoológico).
“–¿Cómo fueron las relaciones de Cristo con los animales?
–A la interesante pregunta de usted, señor mío, trata de contestar este librillo.
–¿Quisiera el autor adelantarnos algo?
-Algo sí, porque de otra manera el prólogo se convertiría en libro y el libro en prólogo.” (p.12).
Entre los personajes, desfilan todo tipo de animales. Los hay útiles y simpáticos: el asno, la cabra, y “el perro salchicha de la señora esnob o el perro esnob de la señora salchicha” (p.26); las abejas silvestres, semi-organizadas, “tercermundistas”. Hay también animales inútiles, despreciados por la Ley: los “cerdos pasados por agua” (p.1) y el camello que no pasa por el ojo de la aguja; y animales nocivos: “¿No son peores las picaduras del hombre que las del escorpión? Ay del mundo que sublima la vida y permite la muerte, que promete una tierra feliz y la llena de cadáveres.–Cuidado, un hombre…” (p.88). Sobre todo, las ovejas, las predilectos de Jesús. Como un apéndice están los animales anónimos y los apócrifos, de los evangelios fantasiosos.
Estoy de acuerdo en eso de que “el refrán es la filosofía del pueblo” (p. 103). A pesar de las apariencias, el libro no es ni una colección de sermones, ni un simple repaso zoológico, ni siquiera otro libro de humor; quizá un poco de todo. El desfile no es inútil. Cada descripción es una parábola. Por esta vez, el humor se encarna en fabulista.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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