Nombre de torero
Luis Sepúlveda
Novela
Tusquets. Barcelona. 1994, 223 págs.
Luis Sepúlveda
Novela
Tusquets. Barcelona. 1994, 223 págs.
Sepúlveda (Un viejo que leía novelas de amor; Mundo del fin del mundo) incursiona en la novela negra. La obra es un relato de aventuras en la que Juan Belmonte (el del “nombre de torero”), antiguo guerrillero chileno, se enfrenta en frenética carrera a Frank Galinsky, ex-oficial de la RDA y desempleado después de caer el Muro. Contratados por un alto personaje de la nueva Alemania, buscarán recuperar un tesoro perdido durante la segunda guerra. Pero ellos tienen sus propias motivaciones. Así, ignorando al principio su mutua existencia, los cazadores de tesoros tratarán de capturar al enigmático Hans Hillerman, desertor alemán que oculta el tesoro y ha escapado a Tierra del Fuego.
El final es bastante convencional: el tesoro va a parar con los “buenos”, y la obra termina como la clásica historia de amor.
Toda la novela es una oda al regreso: Galinsky y Belmonte están de vuelta del socialismo, por el que han peleado en su juventud y les ha convertido en un desecho social. Belmonte vuelve a su Chile natal a recuperar lo perdido. Galinsky trata de recuperar a su familia. El asegurador suizo trata de devolver la colección robada. Hillerman y Helm viven prisioneros por el pasado…
La narración tiene sus partes sórdidas: una especie de hiperrealismo naïf la permea de principio a fin y hay una cierta crudeza en la descripción de los bajos fondos alemanes. El retrato psicológico de los personajes, basado en unos pocos trazos, es más que suficiente. Todo el desarrollo narrativo está muy logrado. La novela está bien construida y constituye un buen ejemplo de relato convergente.
El final es bastante convencional: el tesoro va a parar con los “buenos”, y la obra termina como la clásica historia de amor.
Toda la novela es una oda al regreso: Galinsky y Belmonte están de vuelta del socialismo, por el que han peleado en su juventud y les ha convertido en un desecho social. Belmonte vuelve a su Chile natal a recuperar lo perdido. Galinsky trata de recuperar a su familia. El asegurador suizo trata de devolver la colección robada. Hillerman y Helm viven prisioneros por el pasado…
La narración tiene sus partes sórdidas: una especie de hiperrealismo naïf la permea de principio a fin y hay una cierta crudeza en la descripción de los bajos fondos alemanes. El retrato psicológico de los personajes, basado en unos pocos trazos, es más que suficiente. Todo el desarrollo narrativo está muy logrado. La novela está bien construida y constituye un buen ejemplo de relato convergente.