Con la literatura en el cuerpo
Alberto Ruy Sánchez
Narrativa
Taurus. México. 1995, 235 págs.
Alberto Ruy Sánchez
Narrativa
Taurus. México. 1995, 235 págs.
El título de esta obra bien podría ser Con la melancolía en la literatura, pues Ruy Sánchez (México, 1951), realiza un recorrido por dieciocho autores —poetas y novelistas— cuya obra está marcada por esa «monomanía en que dominan las afecciones morales tristes», como dirían los discípulos de Freud. Entre esos literatos y literatas los hay, según la clasificación que Ruy Sánchez recoge de Ficino, melancólicos pasivos y activos: aquéllos cuya tristeza los embarga hasta el punto de no encontrar ni «gusto ni diversión en ninguna cosa», y aquéllos en quienes «la tristeza se debe a que un ideal no ha sido alcanzado pero se tiende hacia él», según lo señala el diccionario.
¿Por qué y para qué nos conduce Ruy Sánchez por este recorrido en el que prevalecen los amargados, los dominados por la melancolía pasiva o acedía? A mí se me ocurre que porque es lo que hay. Pocos autores desde el siglo pasado muestran un panorama positivo y alentador —autores serios, digo, no ésos de pasquín ni los burdos y pesados moralizantes—, y así quizá no podría haber otros literatos en esta sugerente recopilación de ensayos sobre poesía y literatura. En cuanto al para qué… ¿para qué sirve la literatura? Para leerse y disfrutarse. ¿Se puede disfrutar a un(a) amargado(a)? Sí, definitivamente sí. Si Ítalo Calvino es un atrevido y Pier Paolo Pasolini encarna el escándalo sobre el escándalo «impertinente, obstinado, eternamente opositor, pretendiendo, queriendo, identificándose con los diferentes, escandalizando, blasfemando»—, lo menos que se puede saber de ellos es quiénes y porqué son —fueron— así.
El panorama gótico en el que Ruy Sánchez nos presenta a Rilke, Savinio, Yourcenar, Beckett, Frisch, Víctor Hugo, Shostakovich, Mandelstam, Zamiatin, Orwell, Istrati, Herling, Dostoievski, Solzhenitsyn, Foucault y Barthes —además de Calvino y Pasolini—, es descrito con una pulcra y fluida escritura. ¿Se podrá escandalizar alguien con un libro así? Sí, no lo dudo. Pero Ruy Sánchez no nos presenta a estos autores como modelos, sino como realidades y reflejos de una modernidad amargada, encerrada en sí misma, en busca de «un ideal que no ha sido alcanzado pero se tiende hacia él»: la pureza del lenguaje por el lenguaje, el escándalo por el escándalo, los fuertes y contrafuertes de una literatura gótica en estilo y moderna en sus fines, que se busca a sí misma y no se encuentra, por lo que termina por dominar el medio y perder el fin.
Pero eso es lo que hay. Y el actual director de Artes de México cuenta con buen oficio para mostrárnoslo tal cual es. Además, esta colección de autores son un ejemplo de las fuentes donde beben muchos hoy en día. En fin, es un libro para enterarse de cómo está el panorama y para gozar la escritura de Alberto Ruy Sánchez.
¿Por qué y para qué nos conduce Ruy Sánchez por este recorrido en el que prevalecen los amargados, los dominados por la melancolía pasiva o acedía? A mí se me ocurre que porque es lo que hay. Pocos autores desde el siglo pasado muestran un panorama positivo y alentador —autores serios, digo, no ésos de pasquín ni los burdos y pesados moralizantes—, y así quizá no podría haber otros literatos en esta sugerente recopilación de ensayos sobre poesía y literatura. En cuanto al para qué… ¿para qué sirve la literatura? Para leerse y disfrutarse. ¿Se puede disfrutar a un(a) amargado(a)? Sí, definitivamente sí. Si Ítalo Calvino es un atrevido y Pier Paolo Pasolini encarna el escándalo sobre el escándalo «impertinente, obstinado, eternamente opositor, pretendiendo, queriendo, identificándose con los diferentes, escandalizando, blasfemando»—, lo menos que se puede saber de ellos es quiénes y porqué son —fueron— así.
El panorama gótico en el que Ruy Sánchez nos presenta a Rilke, Savinio, Yourcenar, Beckett, Frisch, Víctor Hugo, Shostakovich, Mandelstam, Zamiatin, Orwell, Istrati, Herling, Dostoievski, Solzhenitsyn, Foucault y Barthes —además de Calvino y Pasolini—, es descrito con una pulcra y fluida escritura. ¿Se podrá escandalizar alguien con un libro así? Sí, no lo dudo. Pero Ruy Sánchez no nos presenta a estos autores como modelos, sino como realidades y reflejos de una modernidad amargada, encerrada en sí misma, en busca de «un ideal que no ha sido alcanzado pero se tiende hacia él»: la pureza del lenguaje por el lenguaje, el escándalo por el escándalo, los fuertes y contrafuertes de una literatura gótica en estilo y moderna en sus fines, que se busca a sí misma y no se encuentra, por lo que termina por dominar el medio y perder el fin.
Pero eso es lo que hay. Y el actual director de Artes de México cuenta con buen oficio para mostrárnoslo tal cual es. Además, esta colección de autores son un ejemplo de las fuentes donde beben muchos hoy en día. En fin, es un libro para enterarse de cómo está el panorama y para gozar la escritura de Alberto Ruy Sánchez.
