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El cómputo del tiempo

Terminamos una era. Estamos ya en el alba del tercer milenio pero ¿el tercer milenio para quién? El año 2000 será el 5761 para los judíos, el del dragón para los chinos, el 1378 para los musulmanes… Ninguno iniciará el 1o. de enero. Más aún ¿será realmente el 2000 después del nacimiento de Cristo, fecha que toma como punto de partida el calendario gregoriano?
Cuando comparamos las diferentes maneras de utilizar la cronología queda claro que nadie puede estar seguro de una fecha determinada y menos aún al referirse a las «históricas».

Complicadas fechas romanas

No sólo cada pueblo llevó su propia cronología sino que también es posible encontrar hasta diferentes maneras de llevar el conteo que no son ciertamente 1, 2, 3…. Mostrémoslo con la manera romana de escribir una fecha, por ejemplo, el día de mi cumpleaños es: a.d. Idibus Juliis, que significa 15 de julio. Otra fecha: a.d. XI Kal. Jun, quien la lea pensará, interpretando el número romano, que se trata del día 11 de junio; lo siento, no es así, esa fecha significa: a día (ad dies) 11 antes de la calenda de junio, o sea, 22 de mayo. ¿Cómo se obtuvo esa fecha? Va la explicación.
Los romanos tenían tres días importantes cada mes, que tomaban como punto de partida para su conteo y a los que daban nombre especial: Kalendae, el día primero, Nonane el día 5 e Idus el día 13. En Maius, Martius, Julius y October, Nonane e Idus tenían dos días más, o sea, 7 y 15 respectivamente, así, Kalendis Februariis era 1o. de febrero, Nonis Januariis era 5 de enero, Idibus Martiis era 15 de marzo, Idibus Juliis era 15 de julio. Pridie Idus December era 12 de diciembre, es decir, un día antes de Idus de diciembre (pridie indicaba un día antes).
La palabra calendario, deriva precisamente de Kalendae, del latín: calendas, calendarum, a su vez derivado de calare (proclamar, avisar públicamente). Los griegos no utilizaron esta denominación, de donde emana la expresión: «ad calendas graecas» (en las calendas griegas), para indicar que algo nunca ocurriría, algo similar a nuestra exclamación: «¡eso ocurrirá el 30 de febrero!».
Para obtener las cuentas anteriores, a Kalendae se sumaban dos días y a Nonane e Idus, solamente uno. La fecha se expresaba restando de Kalendae, Nonane o Idus, el que estuviera más próximo. Sí, ¡qué complicado! Mi duda es, ¿quien «tradujo» al calendario occidental las fechas romanas, habrá hecho bien todas las cuentas?
El año musulmán
Se me objetará que los romanos ya son historia, pero veamos el año musulmán utilizado por la mayoría de países en los que predomina el Islam.
Comienza el 16 de julio de 622: día de la héjira, cuando Mahomet se va de La Meca a Medina. Basado en el babilonio, es de tipo lunar, el día comienza al atardecer. Alternan meses de 30 y 29 días. Forman ciclos de 30 años, el año regular tiene 354 días (29 x 6) + (30 x 6) y el bisiesto 355. El día se añade al final de Dhu al Hiijab, el último mes, el de la peregrinación. Son bisiestos los años: 2, 5, 7, 10, 13, 16, 18, 21, 24, 26 y 29. El resultado es que las fechas cambian respecto del gregoriano a lo largo de esos 30 años (33 años musulmanes hacen 32 gregorianos). Así, Ramadán, el mes del ayuno, se recorrerá de enero a diciembre poco a poco. No podemos decir que Muharram, el primer mes del año, será en enero, en agosto o en marzo, porque si un año coincide Muharram con nuestro enero, el siguiente comenzará 354 días después, esto es, el 20 de diciembre, y un año después, iniciará en 9 de diciembre, eso contando que ni el musulmán ni el gregoriano sean bisiestos.
Por tanto, no sabemos, fácilmente, qué día será 11 de Ramadán, 15 de Shawwä o cualquier otra fecha musulmana, en nuestro calendario. Además, como su día comienza al atardecer, nos lleva seis horas y si a esto añadimos los diferentes husos horarios, ¡cuesta trabajo saber qué día es en un país musulmán!
El calendario judío
También los judíos, y por consiguiente el Estado de Israel, tienen su propio calendario. El día al igual que el antiguo babilonio, que adoptaron después del cautiverio comienza al atardecer. Desde la antigüedad lo dividieron en 12 meses de 29 y 30 días alternados. La reforma vigente fue establecida por el rabino Hilel II en 360 d.C. Forma ciclos de 19 años y existen tres tipos de años: «defectuoso» de 353 días, el «regular» (bisiesto) de 354 y el «perfecto» (con un mes más) con 383. Son bisiestos los años: 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19. Cada 19 años añaden un mes. Inician el conteo en 3761 a.C., de modo que el año 2000 gregoriano, corresponde al 5761 judío, pero su año no se inicia en la primavera ni el primero de enero, sino en Rosh Hashana, que inicia el mes Tishri, aproximadamente en septiembre del gregoriano.
Pero, ¿cómo saben qué tipo de año será el siguiente? La respuesta es: con la clave correspondiente. Ejemplo: año GKH, significa que Rosh Hashana será en martes (G es la tercera letra del alfabeto e indica tercer día de la semana), será año regular (Ke-sidra) y Pesah será en jueves (la H es la quinta letra e indica quinto día de la semana. Pesah es la fiesta conmemorativa de la salida de Egipto).
Hace poco, escribía un artículo sobre la creación del Estado de Israel y me encontré con el problema del día: oficialmente es el 5 de Iyar, que en 1948 correspondió al 15 de mayo, pero ellos lo proclamaron el 14, porque en la tarde ya era, en su calendario, el día siguiente. Esa situación origina que, en libros, revistas y periódicos, exista la discrepancia, unos consignan 14 y otros 15. Comprenderán ahora mi renuencia a creer en fechas históricas. La creación del Estado de Israel data de hace 50 años, ¡y ya existe problema!
Recordemos que del pueblo hebreo heredamos la semana (o sea, los días de la Creación del Génesis), forma de contabilidad que emigró a Babilonia durante el cautiverio judío y de ahí se extendió al Medio Oriente.
Doce animales en el calendario chino
Data, al parecer, del tercer milenio a.C. Es también lunar. Se inicia en el segundo novilunio después del solsticio de invierno, por lo que ocurre entre el 21 de enero y el 19 de febrero. Está dividido en doce meses de 29 ó 30 días; periódicamente añaden días para ajustarlo al solar. Tienen ciclos de 60 años en los que van alternando, en secuencia fija, nombres de doce animales: rata, buey, tigre, gato, dragón, serpiente, caballo, cordero, chango, gallo, perro y puerco. Al año 2000 corresponde el dragón.

El calendario juliano y el año más largo de la historia

Ahora, ¿por qué diciembre, que significa décimo mes, es el décimo segundo?
Julio César encargó a Sosígenes de Alejandría que hiciera las rectificaciones necesarias al calendario vigente en Roma para establecer uno más exacto. En el año 46 a.C., el annus confusionis, correspondiente al 708, después de la fundación de Roma (que era su punto de partida), Sosígenes hizo el ajuste, que consistió en aumentar 23 días después del 23 de februarius y dos meses, que juntos sumaron 67 días, entre november y december, o sea, 100 días en total. ¡Ese sí que fue el año más largo de la historia!
El cambio al calendario consistió en alternar meses de 30 y de 31 días, los impares tendrían 31 y los pares 30, lo que sumaba 366 días, por lo que eliminó un día al último mes, februarius, que quedó de 29. Resultó así la siguiente distribución: martius 31, aprilis 30, maius 31, junius 30, quinctilis 31, sextilis 30, september 31, october 30, november 31, december 30, januarius 31 y februarius 29.
Para compensar las aproximadamente seis horas extras de cada año, se añadiría un día cada cuatro años, que se insertaría el día sexto antes de la Kalendae de martius, y como sería doble día sexto, se llamó: bis-sexto o bissextile. Ése es el origen de nuestro año bisiesto.
El Senado decidió incluir en los cambios, pasar al primero de enero la iniciación del año (lo que posiblemente ya había ocurrido en época de Numa Pompilio), por ser la fecha en la que los magistrados ocupaban los nuevos cargos, en lugar de iniciarlo en el equinoccio de primavera. Este cambio originó que el mes con menos días fuera el segundo y que los nombres no coincidieran con el orden, de donde los meses: quinctilis, sextilis, september, october, november y december, en realidad eran: 7o., 8o., 9o., 10o., 11o. y 12o.
En 44 a.C. (710 romano) el Senado aprobó llamar julius a quinctilis, en honor de quien había hecho la reforma. Posteriormente, autorizó que sextilis pasara a llamarse augustus, porque en época de Octavio Augusto se hizo el ajuste de los años bisiestos, pero sólo tenía 30 días, lo que no correspondía a su grandeza, así que le asignó 31 días y quitó un día más a februarius que ahora resultó de 28. Hizo reorganizar los días de september a december, pero tampoco reacomodó los nombres. Así, con la anárquica distribución, que suponemos molestó sobremanera a Sosígenes, ha llegado hasta nosotros: enero 31, febrero 28, marzo 31, abril 30, mayo 31, junio 30, julio 31, agosto 31, septiembre 30, octubre 31, noviembre 30 y diciembre 31.
Los nombres de los meses derivan, como hemos visto, del calendario romano: januarius dedicado a Jano, februarius, derivado de februare (purificar), mes para ofrendar sacrificios, martius dedicado a Marte, aprilis derivado de aperire (abrir, por ser la germinación), maius dedicado a Maya, junius a Juno (algunos consignan que era «juvenis» el mes de la juventud), julius por Julio César, augustus por Octavio Augusto, september o séptimo mes, october el octavo, november el noveno y december el décimo.
El calendario Juliano continuó prácticamente sin modificaciones, con la salvedad de que en 325, el Concilio de Nicea fijó el 21 de marzo como el día oficial del equinoccio de primavera.
El calendario gregoriano «desaparece» días
El no tomar en cuenta los minutos (el año trópico es de 365,2422 días ó 365 días, 5 horas, 48 minutos, 46 segundos), cerrando la cifra en 6 horas, originó días bisiestos de más. Ésta fue la causa de que en 1582 el equinoccio de primavera ocurriera el 11 de marzo y no el 21 como se suponía que debía ser. En ocasión del Concilio de Trento, Christopher Clavius S.J., realizó el estudio que entregó al Papa Gregorio XIII. La decisión fue simple: añadir 10 días, de modo que, el día siguiente al jueves 4 de octubre de 1582 fue el viernes 15 de octubre. Para evitar que esta situación volviera a ocurrir, por acumulación de bisiestos, Alosyus Giglio (conocido como Lilius) propuso que los años centenarios que no fueran múltiplos de 400 no serían bisiestos. Así, 1700, 1800 y 1900 no fueron bisiestos, pero el 2000 sí lo será.
Aún existe el problema generado por los segundos, que origina una diferencia de tres horas cada 400 años, o sea, un día cada 3200 años. Para evitar irregularidades, cada 3200 años, deberá suprimirse un bisiesto, situación que sólo se ha presentado los primeros 400 años.
Recordemos que los siglos XVI, XVII y aun XVIII, fueron de conflictos religiosos: luteranos, calvinistas, anglicanos… y como este calendario era «papista», en el lenguaje protestante de la época, Inglaterra no lo adoptó hasta 1752, durante el reinado de Jorge II de Hannover, cuando se decretó la libertad religiosa y la diferencia de calendario les resultaba problemática (respecto al continente), así, lo ajustaron en septiembre, al día 3 de septiembre, sucedió el día 13.
Los Estados Germánicos lo adoptaron, a instancias de Erhard Weigel, en forma gradual, entre 1698 y 1870, al surgir el Estado Alemán. Suiza también lo adoptó, paulatinamente, entre 1583 y 1812. Las Iglesias ortodoxas, entre ellas la rusa, no lo aceptaron, incluso varias de ellas continúan con el juliano, por lo que celebran la Navidad en enero. Fue la revolución bolchevique la que unificó el calendario; en Rusia, el cambio se hizo en 1918, de ahí que, durante la era de la URSS, festejaran la Revolución de Octubre el 7 de noviembre.
Con todos estos ajustes, ¿podemos creer en las fechas que consignan los libros de Historia? La gran pregunta: ¿harán todos los cronistas los ajustes en sus relatos? Cuando se hace referencia a sucesos ocurridos en el siglo XVII ¿toman en cuenta las diferencias entre calendarios juliano, gregoriano y musulmán? Si lo ocurrido hace trescientos años, implica ciertas dificultades, ¡imaginemos siglos atrás!
Los griegos y el ciclo ático
Los griegos nunca tuvieron calendario unificado, ni siquiera, parece ser, dieron importancia a la cronología. Atenienses y macedonios hicieron continuos ajustes a sus calendarios. Su antiguo calendario fue lunar, de 12 meses de 29 y 30 días, lo que hacía un año de 354 días. El mes de 29 días se llamaba hueco y el de 30 lleno. El año se iniciaba en el novilunio siguiente al solsticio de verano, tiempo de cosecha. Después, adoptaron el solar. Se conoce el ciclo ático u oktaëteris, ciclo de ocho años, consistente en intercalar un mes, de 30 días (totalizando 384 días), los años 3, 5, 8, de donde resulta: (354 x 5) + (384 x 3) = 2922 : 8 = 365,25 promedio.
¿A quién le consta que Aristóteles murió en 322 y que Platón nació en 428 antes de nuestra era? No diré que la diferencia pueda ser de décadas, pero sí de años. Los mismos romanos dudaban de sus fechas.
Como dije al principio: nadie puede estar seguro de una fecha determinada. ¿Usted lo está?

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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