La vaca
Augusto Monterroso
Alfaguara. México. 1998, 133 págs.
Augusto Monterroso
Alfaguara. México. 1998, 133 págs.
«La vida es como un árbol frondoso que con sólo ser sacudido deja caer los asuntos a montones; pero uno puede apenas recoger y convertir en arte unos cuantos, los que verdaderamente conmueven». Es verdad, no todo lo cotidiano se puede convertir en arte, pero por la pluma deliciosa y finamente irónica de Augusto Monterroso pasan los más variados objetos y personajes, desde la vaca que da origen al título hasta los otros aleph que no son de Jorge Luis Borges, las metamorfosis de Gregor Mendel, el humor de Tolstoi, el yerno de Tomás Moro, los fantasmas de Juan Rulfo, la mano de Onetti, ciertas peculiaridades biográficas de Desiderio Erasmo, el significado de vivir en México, la presencia de Luis Cardoza y Aragón, el susto de otro idioma… ¿Qué escapa a su lúcida mirada, a su benévolo humor?
Se trata de un breve y delicioso libro. Breve como casi todo lo que escribe este guatemalteco radicado en México. «Lo bueno, si breve, mejor», podríamos parafrasear. De esta aparente parquedad se puede gozar y aprender. Nadie que haya seguido a Monterroso se sentirá defraudado; al contrario, podrá percatarse de que, como los buenos vinos, con el tiempo maduran y mejoran.
Se trata de un breve y delicioso libro. Breve como casi todo lo que escribe este guatemalteco radicado en México. «Lo bueno, si breve, mejor», podríamos parafrasear. De esta aparente parquedad se puede gozar y aprender. Nadie que haya seguido a Monterroso se sentirá defraudado; al contrario, podrá percatarse de que, como los buenos vinos, con el tiempo maduran y mejoran.
