La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial
Jorge G. Castañeda.
Testimonio
Extra Alfaguara. México. 1998, 550 págs.
Jorge G. Castañeda.
Testimonio
Extra Alfaguara. México. 1998, 550 págs.
Este libro constituye una novedad en el escenario político en el sentido de revelación de importantes datos —y algunos silencios— por parte de los cuatro últimos ex presidentes de la república. El análisis de Castañeda arroja luces nuevas sobre el complejo sistema político mexicano. La curiosidad mata al ciudadano. Este atractivo ha hecho posible que La herencia sea un éxito político y comercial. Convertido en pocas semanas en el libro de referencia, se encuentra en casi todos los escritorios y bibliotecas de servidores públicos, dirigentes políticos de oposición, intelectuales y universitarios.
Sin embargo, no hay que soslayar que los entrevistados —Echeverría, López Portillo, De la Madrid y Salinas— son responsables de las crisis recurrentes padecidas en México y que, desde luego, no todo lo respondido por los políticos al intelectual es verdad. Mentiras y falta de autocrítica, por parte de estos ex jefes de Estado, también forman parte de este interesante libro que puede convertirse en preludio simplemente de la tumba del presidencialismo. (No me atrevería a suscribir lo de «arqueología» porque puede sonar a faraones egipcios o emperadores romanos). Si algo demuestra esta obra es que, en México, los presidentes de la república no han sido tan trascendentes como para, al morir, colocar sus restos debajo de una pirámide maya.
Sin embargo, no hay que soslayar que los entrevistados —Echeverría, López Portillo, De la Madrid y Salinas— son responsables de las crisis recurrentes padecidas en México y que, desde luego, no todo lo respondido por los políticos al intelectual es verdad. Mentiras y falta de autocrítica, por parte de estos ex jefes de Estado, también forman parte de este interesante libro que puede convertirse en preludio simplemente de la tumba del presidencialismo. (No me atrevería a suscribir lo de «arqueología» porque puede sonar a faraones egipcios o emperadores romanos). Si algo demuestra esta obra es que, en México, los presidentes de la república no han sido tan trascendentes como para, al morir, colocar sus restos debajo de una pirámide maya.
