Ojalá muchos empresarios fueran capaces de poner sus experiencias en blanco y negro como hace Ary Kahan en este libro. Al narrar con sencillez y humildad sus éxitos y fracasos, se desnuda un poco ante el lector y comparte los resortes y mecanismos que lo hicieron reaccionar en las diferentes etapas.
Ary es hijo de un inmigrante judío Wolf Kahan que vino de Rusia y supo ver las oportunidades que México le brindaba. «Los inmigrantes son observadores de oportunidades. No poseen nada al llegar y tienen que proveerse de todo. Supieron tomar un riesgo en su debido momento y dominar el miedo a lo desconocido, supieron sacrificar las raíces de su tierra original para no morir antes de tiempo y plantarlas en otra parte».
Uno de sus muchos aprendizajes ha sido armonizar en su propia vida el apego a las tradiciones con la capacidad de mirar al futuro. «Alas y raíces» es un pequeño capítulo de su obra: «Dale a tus hijos alas y raíces. Raíces para que sepan dónde queda su hogar y alas para volar lejos y ejercer lo que les fue enseñado».
Su cosecha de logros como empresario es considerable, pero mucho más cuantiosas son sus ganancias como promotor de obras asistenciales y educativas, como enlace entre grupos profesionales y religiosos, como amigo, como padre, como abuelo
Al heredar a su hijo la estafeta directiva de su empresa automotriz, ha hecho de la buena voluntad una bandera y un oficio, lo que lo ha impulsado a tender muchos puentes. Este libro es uno más, una charla amena en la que abre mente y corazón para todos los que queramos beneficiarnos con sus reflexiones y recuerdos.
