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Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo

Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo
Ryszard Kapuscinski
Anagrama. Barcelona, 2002. 124 págs.

Durante 22 años, Kapuscinski (Polonia, 1932) fue corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa, para la que cubrió 17 revoluciones en países de África, Ásia y América Latina. Colaborador permanente en el New York Times, Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Conceptualmente, Los cínicos no sirven para este oficio no ofrece novedad alguna a los interesados en el periodismo: el reportero debe comprometerse, simpatizar con los problemas sociales, jugarse el pellejo por dar voz a los más débiles, aun en contra de los intereses de los poderosos. Desde otro ángulo, sin embargo, la experiencia de Kapuscinski como corresponsal en el tercer mundo es difícil de igualar. Para poder escribir sobre la «parte infeliz de la familia humana» —los pobres— sin reflejar estadísticas sino vidas, entendió que debía vivir con ellos un tramo de su existencia.
El libro no es optimista sobre la evolución de los medios: constata que la información se ha convertido en espectáculo, que los directivos son ahora hombres de negocios, no periodistas, y que el espacio para analizar matices es cada vez más reducido. Y, a pesar de todo, afirma que no es una profesión para desencantados. Exige una especie de fe en que distribuir la información es redistribuir el poder, en que la buena labor periodística hace la diferencia, especialmente cuando indaga en la historia y las causas y el entorno de los conflictos.
Sin contar la última parte —una conversación deshilvanada e insípida—, el libro es un buen aperitivo para buscar las obras que han hecho la fama de Kapuscinski: El Emperador, El Sha, El Imperio y Ébano.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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