En este ejemplar de ISTMO coinciden dos asuntos tan disímbolos que reunirlos parece casi insensato: el fin del papado de Juan Pablo II y el resurgimiento del subcontinente indio. Nada en común, excepto que ambos apuntan al futuro y lo cuestionan.
Tras largas semanas preparando una sección dedicada a Juan Pablo II, nos alcanzó su muerte. El acontecimiento rebasó con mucho los confines de la Iglesia que encabezaba y ningún medio de comunicación quedó ajeno. Ofrecemos breves esbozos de lo que deberá ser un análisis mucho más profundo y necesariamente extenso de su herencia en tantos órdenes del quehacer humano.
Mejor que agregar frases propias, prefiero señalar el acontecimiento con palabras de su sucesor, Benedicto XVI: «Juan Pablo II coronó su largo y fecundo pontificado, confirmando en la fe al pueblo cristiano, reuniéndolo en torno a sí y haciendo sentirse más unida a la entera familia humana».
«Junto a sus restos mortales, colocados en la tierra, se recogieron los jefes de las naciones, personas de todas las clases sociales, y especialmente los jóvenes, en un inolvidable abrazo de afecto y admiración. El mundo entero clavó su mirada en él con confianza. A muchos les pareció que aquella intensa participación, amplificada hasta los confines del planeta por los medios de comunicación social, fuese como una petición de ayuda dirigida al Papa por parte de la humanidad, que turbada por incertidumbres y temores se interroga por su futuro».
«Frente a mí está en particular, el testimonio de Juan Pablo II. Él deja una Iglesia más valiente, más libre, más joven. Una Iglesia que, según su enseñanza y su ejemplo, mira con serenidad al pasado y no tiene miedo al futuro».
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Hace tres números presentamos algunos aspectos sobre China, ahora nos abocamos a la India, ese otro mundo que atesora tanta tierra, tanta vitalidad, tanta magia
De este viaje a la India a través de los ojos de nuestros colaboradores, instantáneas insuficientes pero clarificadoras, me impactaron especialmente algunas frases del Embajador de la India que cita Rodolfo Bermejo: «Necesitamos que los empresarios mexicanos quieran entender que la India se ha convertido últimamente en uno de los mercados más dinámicos y con mayor potencial en el mundo, no quieren ver lo que es obvio. Deberían ir y ver lo que sucede allá». «Estamos esperando que México despierte a esta nueva era de comercio y acuerdos con India. Pero no esperaremos eternamente, si los mexicanos no quieren aprovechar este momento, habrá otros países que decidan tomar la oportunidad».
Tales afirmaciones nos permiten intuir que este recorrido por la India en la sección de Alta Dirección no es precisamente turístico, hemos de conocer y entender esa nueva potencia, sí, pero no por cultura, sino por necesidad de sobrevivencia. La India ha desbrozado recientemente un camino para reducir la pobreza y le ha funcionado a tal grado que ya desea exportarlo.