Hace pocos meses me incorporé a una empresa transnacional como jefe de ventas. Como parte de mi capacitación e integración me enviaron por un mes a la casa matriz, que está en el extranjero. Al volver me incorporé a la empresa con un plan de trabajo y los conocimientos necesarios para comenzar a elevar las ventas. Al poco tiempo un amigo, dueño de una empresa del mismo ramo, me llamó para hacerme una propuesta bastante más atractiva que la de mi puesto actual. No sé si es ético salirme de la empresa, porque sé que he adquirido conocimientos muy valiosos que tendré que aplicar si ingreso a la de mi amigo y quizá pueda ser una especie de traición, aunque al final, creo que todos somos libres de laborar donde nos convenga más.
Los asesores sugieren:
1. Sin duda, cada uno es libre de trabajar donde quiere y tiene el derecho y el deber de mejorar sus condiciones laborales. En el caso propuesto, habrá que analizar si al momento de la contratación hubo un acuerdo, tácito o explícito, en relación a guardar un secreto relativo a las operaciones propias de la empresa, en cuyo caso no es honesto valerse de esa información con una empresa de la competencia.
Hay que considerar que muchas empresas estipulan en sus acuerdos de contratación para empleados de cierto rango, la obligación, al dejar la empresa, de no trabajar para ningún competidor ni revelar los procedimientos de la empresa durante un periodo de tiempo, generalmente los siguientes dos años. No es ético, en cambio, obligar a los empleados a guardar secreto en relación al conocimiento general profesional, es decir al conocimiento que se adquiere en el desarrollo de la profesión independientemente de la compañía o de diversas situaciones que se siguen de cualquier trabajo.
En el caso planteado, hay que estudiar el momento oportuno para hablar con los directivos en relación al ofrecimiento de la competencia y tratar de mejorar las condiciones de trabajo, pero sin que dicho ofrecimiento sea usado como chantaje.
2. El tema es de lealtad profesional, y en ese terreno las variantes son muchas. Pienso que en primer lugar debe evaluarse el estilo, vocación o definición de esa empresa transnacional. Si el único valor que ahí se respeta es el económico, como lamentablemente sucede con mucha frecuencia, habrán previsto alguna forma de compensación por ese entrenamiento que usted recibió, y sin duda al aceptarlo quedó comprometido a ello. Deberá entonces cumplir su compromiso o remunerarlo adecuadamente a la compañía.
Si, por otro lado, como debería ser, se trata de una empresa que promueve personas y comunidades, respeta valores y compromisos sociales, económicos, ecológicos, etcétera, al aceptar usted trabajar en ella, implícita o explícitamente ha aceptado esa «filosofía». Entonces su compromiso no se reduce al mero salario, y salirse es, sin más, una traición nada ética. De alguna forma, sin embargo, esta oferta que le han hecho podría ser ocasión de una revisión de su salario en la compañía en la que ha sido capacitado.