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Impactos de la Economía Digital en Red

Se considera que la era de la economía digital que vivimos representa la quinta revolución tecnológica de la era industrial y se encuentra ahora en la etapa de convergencia entre los centros de datos –con sus grandes computadoras y granjas de servidores–, las telecomunicaciones y los estándares abiertos.
Mucho se habla de la Economía Digital en Red (EDR) y la convergencia de tecnología en comunicaciones, y todo cobra sentido cuando vemos el impacto que tiene en la manera de hacer negocios y hasta en nuestra vida familiar y personal.
La Economía Digital en Red (EDR) es en términos simples la habilidad de interactuar de las economías y las sociedades a través de Tecnologías de Información. Lo interesante es que las sociedades y sus economías pueden tener diferentes características como idioma, costumbres, monedas, legislación, etcétera y sin embargo, a través de una transacción digital podemos poner órdenes de compra, enviar especificaciones, pagar electrónicamente, recibir mercancía e incluso influir en el diseño de nuevos productos y servicios.
Ante idiosincrasias tan diversas, esto se logra en función de procesos predefinidos que pueden automatizarse y ponerse en la red global para compartirlos con clientes actuales, potenciales, o personas que, simplemente navegando en la red y sin importar su ubicación geográfica, puedan interesarse en nuestra oferta, aunque no tengan una necesidad específica.
Además, y con poco esfuerzo un comprador desde cualquier parte del mundo que busca en Internet productos o servicios para, por ejemplo, agilizar líneas de producción, establecer controles o diseñar artículos innovadores, juzgará a las empresas entre otras características, por su capacidad tecnológica y de facilidad para cerrar negocios en forma automatizada vía intercambio electrónico de información.

UN ASUNTO CADA VEZ MÁS COMPLEJO

La convergencia tecnológica facilita este tipo de transacciones al permitir integrar voz, video, correo electrónico y datos priorizados, todo sobre una misma infraestructura. Esto agiliza la comunicación inmediata entre personas y empresas, reduce el tiempo que toma cerrar un negocio, disminuye costos de operación e implantación de tecnología.
¿En verdad todo se está simplificando en esta era de EDR? No necesariamente. La realidad es que diseñar, implantar y administrar esta infraestructura es cada vez más complejo: hay que mantener demasiados elementos trabajando de forma sincronizada.
Antes los departamentos de sistemas y de telecomunicaciones trabajaban por separado, pero la distinción se diluye de forma acelerada y su interdependencia es cada vez mayor. Hoy, muchas decisiones de transacciones se toman directamente en la red sin que intervengan los sistemas centrales porque la seguridad se enfoca cada vez más hacia las telecomunicaciones: prioridad de envío de datos, desecho transacciones por exceso de tiempo, cantidad de retransmisiones, filtrado de acceso a sitios, eliminación de anexos de correo por código potencialmente peligroso o desechar correo chatarra, entre otras.
Esto significa que una caída de los enlaces de red puede virtualmente paralizar a una compañía, aunque los centros de datos sigan funcionando.
Un ejemplo: una gran empresa de manufactura y distribución de artículos de consumo sufrió un terrible paro cuando trabajadores del drenaje cortaron por accidente la fibra óptica principal y la de respaldo. Por la naturaleza de los procesos y productos no se podía parar la planta de producción, el efecto fue devastador. Al no recibir las órdenes de compra, tampoco pudieron facturar para enviar los pedidos (se cobra al momento de entrega), y en menos de 6 horas tenían más de 200 toneladas de productos que desbordaban las bodegas y que tuvieron que almacenar en los patios de maniobra.
Mientras tanto, seguían llegando los trailers para carga (más de 40) y bloquearon las avenidas. Esto demuestra la importancia de la infraestructura de comunicaciones en las empresas, de la que dependen en gran parte sus procesos de manufactura, control de inventarios, ventas y distribución. El problema se solucionó implantado enlaces alternos de comunicaciones inalámbricas hacia los centros de datos.

LOS ANILLOS DE LA SEGURIDAD

La alta complejidad y el tamaño de las redes tienen fuerte impacto también en la seguridad, que funciona como las capas de una cebolla: mientras más cerca del centro de datos está, es más rígida. Conforme se aproxima al exterior –al usuario–, se vuelve más vulnerable. Así, al llegar a internet –la última capa– cuya debilidad es muy alta debido a dos factores: la falta de conocimiento y/o responsabilidad de los usuarios finales (que comparten información indiscriminadamente), y las deficiencias en las aplicaciones de acceso.
Es importante subrayar que existe un enorme riesgo en la seguridad, ya que datos extremadamente confidenciales –personales o de las empresas– residen en las laptops de sus ejecutivos.
Conozco dos jóvenes cuya arma más poderosa es una memoria USB. Bajo un pretexto inocente y con sólo introducirla en la máquina, en automático desactivan los antivirus, crean cuentas de administrador, obtienen todos los passwords y abren huecos de seguridad para tener acceso posterior vía internet. Si la persona tiene conexión inalámbrica y su seguridad no es la adecuada, pueden captar la transmisión de paquetes de datos, analizarlos para saber si se trata de información confidencial y, si fueran delincuentes cibernéticos, hacer mal uso de ella. Afortunadamente lo hacen como «hackers éticos» para probar los puntos débiles de las redes desde el punto de vista académico. ¿Increíble? Solo tienen 16 años y están en 2º de preparatoria.
El incremento exponencial en complejidad, costo de diseño, implantación, administración y mantenimiento de la infraestructura IT está provocando que cada vez más empresas deleguen estas responsabilidades a compañías dedicadas al outsourcing de servicios, para poder trabajar sobre sus procesos, su eficiencia interna, su control de costos y lograr mejoras en sus productos, servicio a clientes y valor para los accionistas.
La EDR modifica también la forma en que los empleados ven el trabajo e incluso su vida personal: el concepto de movilidad pone a su alcance toda la información en todo momento y en cualquier dispositivo, desde computadoras portátiles hasta teléfonos celulares, PDAs y Blackberrys. Esto favorece la posibilidad de horarios más flexibles e incluso cambiar la experiencia de trabajo al poderlo hacer de tiempo parcial o completo desde casa. Sin embargo, hoy leemos y contestamos correos, analizamos información y hacemos planeación durante reuniones familiares, en el cine o incluso en nuestras vacaciones (los estadounidenses hoy hablan de «working holidays»).
Es indiscutible que para efectos comerciales las fronteras hoy no existen pues nadie pide pasaporte o visa a los datos para viajar de un país a otro. Para competir –y cada vez más la sobrevivencia de las empresas depende de ello– es necesario entender la Economía Digital en Red y la convergencia tecnológica, sus beneficios, implicaciones e impacto. Cada día que pasa sin que entremos a fondo en estos temas, nuestras posibilidades ante empresas que lo están incorporando como parte indispensable de sus procesos disminuye notablemente.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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