Lo que oí sobre Iraq
Eliot Weinberger
Testimonio
Era. México, 2006. 92 págs.
Eliot Weinberger
Testimonio
Era. México, 2006. 92 págs.
Tras el 11/09, Condoleezza Rice (en el mundo árabe, «The Black Rice»), se preguntó, según Weinberger, cómo podían aprovecharse oportunidades como ésas. Pocos días después, los militares norteamericanos llegaron a Afganistán; después, Iraq se convirtió en otro objetivo militar; el presidente Bush declaró: «No se puede distinguir entre Al-Qaeda y Saddam». Desde entonces, la «guerra contra el terrorismo» ha desencadenado una serie inaudita de acontecimientos violentos. Bush se empeña en confirmar que estamos ante una lucha de civilizaciones.
Weinberger reúne en este libro una lista de confesiones, declaraciones, confusiones, mentiras y engaños de políticos y militares, con la finalidad de mostrar cuán sospechosas son las razones que motivaron la guerra. Este trabajo es un ejemplo de los excesos a los que conducen la violencia y el fanatismo. Quienes hemos sido críticos de la jihad islámica y hemos defendido que Dios y las guerras debieran ser incompatibles ?tal como sostuvo Benedicto XVI en Ratisbona?, no dejaremos de asombrarnos con una de las afirmaciones que se recogen aquí: «Oí al presidente [Bush] decir que no le pidió consejos a su padre sobre la guerra por venir: ?Si se trata de fortaleza, él no es el padre al que hay que acudir. Yo recurro a un Padre superior?». ¡Caray con los fanáticos! Siempre tan piadosos, tan generosos, altruistas… e hipócritas.
Weinberger reúne en este libro una lista de confesiones, declaraciones, confusiones, mentiras y engaños de políticos y militares, con la finalidad de mostrar cuán sospechosas son las razones que motivaron la guerra. Este trabajo es un ejemplo de los excesos a los que conducen la violencia y el fanatismo. Quienes hemos sido críticos de la jihad islámica y hemos defendido que Dios y las guerras debieran ser incompatibles ?tal como sostuvo Benedicto XVI en Ratisbona?, no dejaremos de asombrarnos con una de las afirmaciones que se recogen aquí: «Oí al presidente [Bush] decir que no le pidió consejos a su padre sobre la guerra por venir: ?Si se trata de fortaleza, él no es el padre al que hay que acudir. Yo recurro a un Padre superior?». ¡Caray con los fanáticos! Siempre tan piadosos, tan generosos, altruistas… e hipócritas.