Procuro un ambiente saludable en mi empresa y que las relaciones se queden estrictamente en lo profesional para evitar problemas. Hace un tiempo, me enteré de que una secretaria ya casada está embarazada y se rumora que el bebé es producto de un affaire sostenido con alguien de la compañía.
Sé que por causa de embarazo no la puedo despedir, sin embargo, su actitud va contra los valores que se promueven en mi oficina y su marido podría atentar contra el personal de mi negocio. No sé cómo solucionar el problema.
Los asesores sugieren:
El dilema supone un tratamiento muy delicado. Independientemente de la situación laboral del despido y que la ley lo penaliza por proteger el derecho a la vida, lo que deben tener claro los involucrados es que un bebé no es mala noticia y que tanto la salud de la creatura como la de la madre son primero. No pueden sacudirse de esa responsabilidad.
Ahora bien, tanto a ella como al presunto padre debe quedarles claro que la situación en la que se encuentran no va de acuerdo con la empresa en la que se desenvuelven. Hacerlos reflexionar en el efecto que esto tendrá en la convivencia profesional podría permitir persuadirlos para que busquen un lugar donde no contravenga las normas establecidas.
La obligación del jefe es tutelar y custodiar que todos los empleados gocen de los beneficios y derechos que tienen gracias al trabajo para poder llevar a buen fin una situación que se puede tornar mucho más incómoda.
Es deber de los directivos de la empresa lograr un ambiente saludable de trabajo. Para lograrlo, es cada vez más usual establecer un código de ética interno, que entre otras cosas, implante una clara prohibición a involucrarse afectivamente con otros y las sanciones que habrá para quienes no cumplen con dichos requisitos.
En el caso propuesto, la frase «se rumora que el bebé es producto de un affaire sostenido con alguien de la compañía», es insuficiente y peligrosa. Habría que tener la certeza de ese dato. De confirmarse, no se puede despedir a ella por estar embarazada, ni a él por ser el presunto padre. En cambio, sí es posible por lo que ese hecho significa: que los involucrados no fueron capaces de ajustarse a ese código, lo cual tiene consecuencias.
